Gekkouha
La flor de la luz de la luna
Escrito por: Maru de Kusanagi
Disclaimer: Bleach y todos sus personajes no me pertenecen. Ojala fueran míos. Esto está escrito por una fan para otros fans, y no pretende ofender a nadie, ni sacar provecho económico alguno.
Advertencias del capítulo: yaoi, parejas extrañas, flurry, universo alternativo y escritora loca. Acento rioplatense.
Parejas: principalmente Renji/Ichigo, ya se suma acá la Byakuya / Ishida, y habrán más (irán apareciendo a lo largo de los capítulos, si leyeron la versión en inglés, ya deben saber).
Clasificación: M (habrá lemons).
~Terminología para esta historia~
Semi-humano: una persona mitad animal, como los nekobito.
Neko: gato en japonés.
Nekobito: significaría algo así como “persona gato”, y es la unión de las palabras japonesas “neko” y “hito” (persona), y es una palabra que inventé.
Kitsune: zorro
Inubito: persona + perro... no me gusta como suena, así que no lo voy a usar mucho.
CAPÍTULO 7
Como todas las noches antes de acostarse, Ichigo se peleo con Grimjow, sobre el hecho de todavía esperaba que su mamá viniera a buscarlo. Había sido enviado a Gekkouha después de que Grand Fisher conoció a su madre. Entonces, Masaki buscaba un lugar donde pudiera dejarlo mientras trabajaba. Él le ofreció un precio muy económico por un sitio donde el joven nekobito tendría educación y otros chicos con los cuales jugar. Como era madre soltera de un chico inusual, no podía ir a pedir ayuda a cualquiera, así que decidió aceptar la propuesta. Le juró a su hijo que iría a verlo todos los días, pero, tras unos meses, sus visitas terminaron.
“¡Cortenla!” dijo Toushirou, separándolos. En ese tiempo, Ichigo tenía seis años y Toushirou doce, pero su cuerpo era como el de un chico de trece a catorce años. Grimjow tenía ocho años y Ulquiorra, un estoico inubito (ya sé que es otra cosa, ¡no me reten!), tenía la misma edad. Sin contar a Rangiku, la chica zorro tetona, era los únicos que ahora habitaban aquel lugar.
Se suponía que era una escuela donde los semi-humanos abandonados eran educados y reubicados en nuevos hogares, pero pronto descubrieron que el dinero que llenaba los bolsillos de Grand Fisher provenía de otras fuentes.
“¡Siempre se la agarra conmigo!” chilló Ichigo.
“Seh, ¡porque es un idiota!”
Un reflejo amarillo brilló en los ojos de Ichigo, que eran normalmente castaños. Era joven y todavía no estaba acostumbrado a controlar su carácter.
Ulquiorra siempre los miraba pelearse con la misma cara de aburrimiento. Toushirou deseaba obtener un poco de su ayuda a veces, pero era demasiado pedir.
“¡Bajen la voz o el Amo nos castigará!”
“¡No le tengo miedo!” grito Grimjow, liberándose de su mano. “¡Hey!” y entonces salió corrió por el pasillo, gritando y haciendo barullo. Siempre era así. A veces, trataba de pelearse con Ulquiorra, quien lo ignoraba o lo noqueaba con un hábil golpe si se ponía muy pesado. Después de recuperarse, Grimjow siempre lo buscaría por la revancha y buscaría otra manera de desafiarlo, o buscaba a Ichigo. El final siempre era los dos con ropas desgarradas, golpes, moretones y mordidas en todo el cuerpo. A veces, incluso se peleaba con Toushirou...
Un suave roce en la nariz hizo a Ichigo volver a realidad. La repentina luz brillante lo cegó momentáneamente, y la tapo con el brazo. Esos recuerdos... hacía rato que no pensaba en esos tiempos. ¿Qué le habría pasado a esos dos después de que los cazaran? Luego de tomar caminos diferentes, Toushirou y él nunca escucharon o supieron algo de ellos.
Volvió a percibir el suave roce sobre su piel desnuda, y bajó el brazo para ver. Una mariposa negra con marcas rojas había aterrizado sobre su brazo y se movía, como pidiendo su atención. Ichigo se sentó derecho y trato de cruzar sus piernas, pero el dolor lo detuvo. La mariposa revoloteó alrededor suyo, esperando a que estuviera listo y volvió a aterrizar, esta vez en el revés de su mano. Raro. ¿Desde cuándo las mariposas se portaban así?
“Oh, ya despertaste.”
Ichigo levantó los ojos del bicho negro para mirar a Renji. Acababa de bañarse y vestía un yukata con motivos florales. Su cabello rojo estaba suelto y se lo secaba con una toalla. Cuando Ichigo recordó que también estaba desnudo, tomo una sabana y se cubrió, sintiendo la cara enrojecer. Esta vez la mariposa voló hacia Renji, quien extendió su mano y la recibió.
“Shuuhei...” miró a Ichigo, quien repentinamente olvidó su vergüenza para ver qué estaba haciendo. Renji fue a su lado y le mostro el bicho negro “Esta es una mariposa infernal, y es usada mayormente para enviar mensajes entre shinigamis. Me estaba buscando, quizá sintió mi energía alrededor tuyo y por eso intentaba atraer tu atención.”
Ichigo miró al insecto con atención renovada “Es un mensaje de mi amigo Shuuhei. Me invita a tomar algo, ¿tenés ganas?”
“¿Qué? ¿Me... me dejás que elija qué hacer?”
“Bueno, si no querés, puedo decirle que vamos en otro momento, y podemos conseguir algo para comer acá. No te preocupés, ya llamé a tu jefe y dijo que estaba bien que te quedes a pasar la noche.”
Pero también había dicho que Ichigo debía estar a primera hora de la mañana de regreso y que debían tener una seria discusión cerca del contrato, especialmente sobre sus límites y atribuciones. Renji había esperado algo por estilo. También necesitaba tener una pequeña charla con ese hombre.
“No sé... nunca fui a un bar a tomar...”
“Bueno...”
Ichigo vió el descontento en los ojos de Renji, y entonces agregó:
“Pero, me gustaría saber cómo es...”
Renji sonrió y le revolvió los cabellos.
“Perfecto.”
La mariposa negra se marchó con el mensaje. Ichigo la vio desaparecer y volvió su atención a Renji. Le estaba acariciando las orejas. Cerró los ojos y se dejo llevar por las caricias.
“”Entonces,” dijo repentinamente, levantándose con Ichigo en brazos. La fuerte protección de esos brazos le era algo muy familiar a Ichigo “Necesitas tomar un baño, porque por más que me encante ver tu cuerpo desnudo, eso no sería muy conveniente.”
Ichigo frunció el ceño. Renji lo llevó al baño para que se limpie. Casi deseo haber despertado antes así habría podido bañarse con Renji. Oh, bien, solo quería tener la oportunidad en el futuro.
Mientras se limpiaba, vio los números en su brazo.
“¿Crees... que ella en verdad me olvidó?”
Toushirou lo miro con ojos llenos de compasión.
“No. Quizás le paso algo y ahora no pudo venir.” Le dijo el gato blanco, tratando de mantener las esperanzas en el más joven. Esto lo tranquilizó un poco.
“¿Toushirou?”
“¿Sí?”
“¿Qué pasó hoy en la oficina del Amo?”
“Nada, ¿por qué preguntas?”
“Algo te molesta.”
El gato blanco estuvo callado un momento.
“Nah, no te preocupes.” Vio a Ichigo rascarse la cara interna de su brazo izquierdo y decidió echar una mirada.
“¿Qué es esto?” unos números están grabados en la suave piel, aun rojos.
“El Amo mando a alguien que lo hiciera mientras estabas en su oficina. Dijo que era necesario.”
Toushirou tragó saliva, como si tratara de hacer algo bajar por su garganta. Sus ojos mostraban conflicto interno.
“¿Toushirou?”
“Es tarde, vamos a dormir.”
Ichigo toco las marcas. No era como las que estaban en la piel de Renji, que habían sido su elección. Esta era una intrusión en su cuerpo, y la piel reaccionaba dejando una cicatriz que sobresalía. Podía sentir la irregularidad en la piel bajo sus yemas. Como deseaba arrancar esa marca de su cuerpo, y dejar solo aquellas echas por la gente que amaba.
Maldición, no necesitaba esto ahora. Iba a salir con Renji y nada lo iba a arruinar, ni siquiera los fantasmas de su pasado.
“¿Ya estás listo?”
Ichigo casi saltó de la bañera. ¡¿Cuándo había entrado Renji?!
“Sí...”
“Te ayudo a alistarte, Shuuhei dijo que ya estaba en el bar.”
Renji ya estaba vestido con su uniforme negro, ocultando la mayor parte de su piel. Una bandana blanca estaba atada en su frete y el cabello rojo peinado en colita con forma de piña. Ichigo no sabía que le gustaba más: este “look profesional” o el cuerpo desnudo contra su piel.
Ichigo salió de la bañera y tomo una de las toallas que Renji le había traído y se secó la cara. Renji uso la otra para secarle el pelo y después la espalda. Ichigo dejó escapar un gemido.
“Ichi....” susurró Renji en su oído “ahora no.”
Las manos del pelirrojo se movieron por su cuerpo, dejando marcas ardientes. Ichigo no pudo evitar ceder en el roce, sentir a Renji besándole la nuca le nubló la mente.
“Renji... yo...”
“Minino, sos tan... sexy...” la voz de Renji estaba ronca por el deseo. Una mano le acaricio un pezón rosado y la otra bajo a la erección del gato naranja. Ichigo se cubrió la boca con la mano, y la mordió hasta hacerla sangrar cuando su orgasmo atravesó su cuerpo. Al menos, esta vez no se desmayó.
“¡Ichigo! Déjame ver.” Renji le lavo la herida. “En serio, tenés que dejar de morder cuando llegas a este punto.”
“Perdón...” se disculpó Ichigo, aún confundido “No puedo evitarlo todavía... es la primera vez que paso por esto...”
Renji notó que la herida no se curaba. Le preguntó sobre eso, y el nekobito explicó que la saliva solo seria en heridas hechas por otro de su clase y no en esas hechas por armas o él mismo.
“Y lo otro es que no puedo curar heridas en mi propio cuerpo. Sólo en los otros.”
Renji le vendó y lo ayudo a vestirse. Le prestó un uniforme viejo, cuyo color combinaba perfecto con su piel. Solo hizo falta un hoyo para que la cola pudiera ladearse cómodamente, y era un neko shinigami perfecto.
En el bar, Ichigo conoció a los amigos de Renji, que eran shinigamis como él. Había un hombre joven, rubio, de apariencia frágil llamado Kira, un hombre de sombrero y un kimono rosado sobre el uniforme, quien resulto ser un capitán llamado Shunsui Kouryaku (y con una actitud completamente opuesta a la de Byakuya acerca de la vida), y por supuesto, Shuuhei. A Ichigo no le gustó de movida. Era un shinigami joven, con corto cabello corto y crespo, figura esbelta y tenía unas cicatrices en el lado derecho de la cara que, en lugar de afear su rostro, sólo destacaba sus atractivas facciones. También tenía tatuado el número “69” en el lado izquierdo, algo que enervaba a Ichigo aún más.
La mesera les dio una orden de sushi y sake antes de que la charla empezara.
“Así que vos sos Ichigo. Escuchamos mucho sobre vos y estábamos deseosos de ver como eras” dijo Shuuhei con un brillo maligno en los ojos “Bueno, no puedo negar que sos sexy.”
Ichigo lo miró con odio. Estaba sentado a la derecha de Renji y a su izquierda estaba Kira. A la izquierda de Renji estaba Shuuhei, y Kouryaku. Shuuhei estaba innecesariamente cerca de Renji y la cola del gato ladeó exasperada. Una mano sobre su vaso vacio lo hizo volverse a ver a Kira.
“Ichigo, no lo dejes que te moleste” le susurro Kira “Shuuhei ha estado tras Renji por años. Una vez estuvieron juntos, pero no funcionó.” Kira llenó el vaso de Ichigo nuevamente “Y Renji nunca se vio tan contento como ahora, y lo conozco desde el primer día en la academia.”
Kira le sonrió e Ichigo miro su vaso. Aun escuchando eso, todavía no le gustaba ver a Shuuhei tan cerca de Renji.
La mano de Shuuhei estaba innecesariamente cerca del hombro de Renji.
Se tragó el vaso de sake en menos de un segundo y pidió otro.
“¡Ese es el espíritu, chico!” celebró Kouryaku “¡Bebe y disfruta! ¡Kanpai!”
“¡Kanpai!” dijeron al unísono y bebieron.
“¡Gatito!!!!!!”
¿La voz de un infante?
Ichigo vió rosa pasar por sobre sus ojos y algo aferrarse de su cuello. Casi cayó de espaldas en su silla por la sorpresa.
“Capitán Zaraki, teniente Kujisaki, ¡bienvenidos!” dijo el otro capitán. Ichigo se volvió y vio la GIGANTESCA figura de Kenpachi Zaraki mirarlo con una sonrisa malévola. Colgando de su hombro estaba una niña de cabello rosa y mejillas sonrosadas. Vestía un uniforme como el de Renji, y el gran hombre usaba un haori desgarrado. Ichigo se sentó derecho y la niña se acomodó en sus hombros.
“Estas pagando vos, ¿no?” dijo Kenpachi y se sentó junto a Kouryaku.
“¡Gatito!” chilló Yachiru, tirando de las orejas de Ichigo “Nunca antes te había visto, ¿también sos un shinigami?”
“No, está con el teniente Abarai. Es su amigo.” Contestó Kira a la niña hiperactiva, porque Ichigo tenía sus manos en la boca y no podía formar palabras.
“Ah. ¡Soy Yachiru! ¿Y vos?”
Ichigo al fin pudo hablar.
“Ichigo...”
“¡Wow! ¡Hasta tu nombre es lindo, gatito!” dijo la chica, saltando a su regazo y abrazándolo “¡Kenny! ¡Quiero un gatito como él!”
“No lo necesitas. Y debe ser una perra extra cara.” Kenpachi bebió su trago “Me gustaría saber como un teniente puede costeárselo.”
“¡Él es un gato, no una perra, Kenny!” le grito Yachiru.
Repentinamente, Ichigo se sintió fuera de lugar. Ese era su trabajo, en cierto sentido, el vender su compañía, pero ser señalado así dolía. Cuando miro a Shuuhei, vio el destello en sus ojos, obviamente estaba disfrutando de la vergüenza que estaba sintiendo Ichigo por las palabras de Kenpachi.
“Tengo mis métodos, capitán.” Dijo Renji, tomando a Ichigo de la cintura con su brazo derecho y acercándolo más.
Kenpachi bebió más de su sake, y repuso “¡Bah! ¿A quién le importa? Me da lo mismo lo que te guste, colorado.”
Al sentir la mano de Renji en su cintura, Ichigo supo que Renji estaba con él, y que le importaba un carajo lo que los otros pensaran de ellos.
“¡Yay! ¡El gatito es el novio de Renji!” Yachiru se volvió a sentar en el regazo de Ichigo y tomo un poco de sushi “¡Ten, Ichi!”
La niña prácticamente aplasto un rollo contra su boca.
“¡Bebe!” Yachiru tomo el vaso que Kira había vuelto a llenar y casi lo hizo ahogar. La niña rió por su reacción y siguió con el mismo juego.
“El amor duele.” Le dijo Kira a modo de apoyo.
La reunión termino sin incidentes. Zaraki se marchó cuando Yachiru cayo dormida en sus brazos (Ichigo creyó que esa niña tenía energía infinita, así que, cuando se desvaneció, creyó que estaba muerta-por segunda vez-). Kouryaku se durmió sobre la mesa y una chica con anteojos, llamada Nanao, que tenía el aire de una perfecta traga libros, vino por él. Después, Ichigo supo que era su teniente y que aquella escena era algo muy común en Soul Society.
Shuuhei fue llevado a casa por Kira. El rubio tenía una expresión resignada cuando les dio las buenas noches a Ichigo y Renji, mostrando ningún problema al cargar el peso de su amigo al hombro, a pesar de que se viera tan delgado.
“Ese tipo lo ama.” Dijo Ichigo cuando llegaban a la casa de Renji.
“¿Quién?”
“Kira. Está enamorado de Shuuhei.”
“¿Cómo podes adivinarlo?
“Sexto sentido... nah, los humanos también tienen feromonas, pero no tan fuertes como las de mi raza. Cada vez que miraba a Shuuhei, las estaba destilando como polen al viento. Y Shuuhei estaba igual, pero por vos.”
Renji permaneció callado un momento, nunca se había dado cuenta de eso. Sabía que Shuuhei estaba tras él y nunca pensó que podía guiarlo a los brazos de Kira. Pero lo intentaría.
“¿Estabas celoso?”
“No.” Dijo Ichigo, empacado.
Fueron al dormitorio e Ichigo dejó su cabeza descansar en el hombro de Renji, estaba cansado pero a la vez feliz con ser aceptado por Renji y haber sido reafirmado en frente de los otros shinigamis. Y el alcohol le daba una linda sensación en el cuerpo, un temblorcito que lo llamaba a dormir.
Renji lo tomo de la cadera y lo hizo recostarse en la cama, Ichigo lo miro con las mejillas ruborizadas y ojos entreabiertos. Estaba cansado, sí, peor si Renji quería, no iba a decir que no. Ichigo alzo los brazos y soltó el cabello de Renji, desenredándolo con los dedos. Renji se acerco y lo besó.
“¿Vamos a...?”
Renji lo miro.
“Estas cansado, y me parece que los dos necesitamos descansar esta noche. Mañana, Urahara nos quiere en su casa a primera hora.”
“Mmm...”
Ichigo ayudo a Renji a quitarse las ropas y yacieron en la cama en silencio. Aunque hacia un poco de calor, Ichigo enredó su cuerpo al de Renji. Esperaba que, al acercar a Renji más, mantendría a los fantasmas alejados. Renji puso una mano en su espalda y la otra sobre sus cabellos, un poco sorprendido por la repentina necesidad del gato. Ichigo cerró los ojos, contando los latidos de corazón de su pareja.
“No deberías perder el tiempo así.”
Era de nuevo ese extraño lugar. Casi lo había olvidado. Era ese lugar de los edificios que estaban en sentido horizontal, el cielo sobre ellos y no había verde o criatura viva cerca. Su otra mitad lo miraba con esos ojos dorados. Tenía la misma apariencia a la de Toushirou en su forma humana, con la piel y el pelaje incoloro.
“Te enamoraste de esa piña roja, ¿podía ser más estúpido?”
“Sos parte mía, así que debes sentir lo mismo.”
“Tcht. Pero sabes, ¿por cuánto más vas a negar ésto?”
Shirosaki-esa cosa no tenía nombre, pero se había acostumbrado a llamarlo así- levanto la manga de su ropa y mostró la misma marca que tenia Ichigo. “Sabés que significa. Él ahora puede sentirnos, y vendrá por nosotros.”
“Lárgate, Shirosaki.”
Shirosaki se aparto.
“El amor hace a todos estúpidos.”
Urahara vio la diferencia en los ojos de Ichigo. Amor absoluto por el colorado.
Y dolía.
El nekobito estaba vistiendo el mismo uniforme que Renji le había prestado la noche anterior y le sentaba muy bien. Urahara llamo a Renji a su oficina y había un sobre en la mesa.
“Debes cumplir con tu palabra. Así que, ve a trabajar, debo tener unas palabras en privado con el teniente Abarai.” La voz de Kisuke carecía de su usual tono juguetón, así Ichigo supo que algo no estaba bien. Pero obedeció y los dejó solos.
“Sí, Urahara-san”
Solo después de que Ichigo cerró la puerta, Urahara habló.
“Me parece que lo podemos llamar un buen trato.”
“¿Disculpe?” dijo Renji.
“Esto.” Urahara abrió el sobre y señalo unos puntos en los papeles que extrajo de este. Era el contrato que originalmente hizo con Ichigo por el asunto de los anteojos rotos. “Ichigo trabajaría por ti por un mes o mas gratuitamente haciendo tus quehaceres domésticos para que cubriera el precio de tus anteojos rotos. Pero si Ichigo hacia algo especial que disminuyera o incluso pagara la totalidad de la deuda, el tiempo a su servicio seria acortado o considerado terminado. Creo que algo como darle su virginidad a usted cubre más que la deuda acordada, pero no le cobrare ningún extra solo por esta vez.”
Renji miro al contrato y luego a Urahara. Nunca leía esas cosas, pero el hecho que menos le gustaba era el tono de la voz de Urahara.
“Así que, considere su contrato con Ichigo cumplido y culminado.”
La flor de la luz de la luna
Escrito por: Maru de Kusanagi
Disclaimer: Bleach y todos sus personajes no me pertenecen. Ojala fueran míos. Esto está escrito por una fan para otros fans, y no pretende ofender a nadie, ni sacar provecho económico alguno.
Advertencias del capítulo: yaoi, parejas extrañas, flurry, universo alternativo y escritora loca. Acento rioplatense.
Parejas: principalmente Renji/Ichigo, ya se suma acá la Byakuya / Ishida, y habrán más (irán apareciendo a lo largo de los capítulos, si leyeron la versión en inglés, ya deben saber).
Clasificación: M (habrá lemons).
~Terminología para esta historia~
Semi-humano: una persona mitad animal, como los nekobito.
Neko: gato en japonés.
Nekobito: significaría algo así como “persona gato”, y es la unión de las palabras japonesas “neko” y “hito” (persona), y es una palabra que inventé.
Kitsune: zorro
Inubito: persona + perro... no me gusta como suena, así que no lo voy a usar mucho.
***=^..^=***
CAPÍTULO 7
Como todas las noches antes de acostarse, Ichigo se peleo con Grimjow, sobre el hecho de todavía esperaba que su mamá viniera a buscarlo. Había sido enviado a Gekkouha después de que Grand Fisher conoció a su madre. Entonces, Masaki buscaba un lugar donde pudiera dejarlo mientras trabajaba. Él le ofreció un precio muy económico por un sitio donde el joven nekobito tendría educación y otros chicos con los cuales jugar. Como era madre soltera de un chico inusual, no podía ir a pedir ayuda a cualquiera, así que decidió aceptar la propuesta. Le juró a su hijo que iría a verlo todos los días, pero, tras unos meses, sus visitas terminaron.
“¡Cortenla!” dijo Toushirou, separándolos. En ese tiempo, Ichigo tenía seis años y Toushirou doce, pero su cuerpo era como el de un chico de trece a catorce años. Grimjow tenía ocho años y Ulquiorra, un estoico inubito (ya sé que es otra cosa, ¡no me reten!), tenía la misma edad. Sin contar a Rangiku, la chica zorro tetona, era los únicos que ahora habitaban aquel lugar.
Se suponía que era una escuela donde los semi-humanos abandonados eran educados y reubicados en nuevos hogares, pero pronto descubrieron que el dinero que llenaba los bolsillos de Grand Fisher provenía de otras fuentes.
“¡Siempre se la agarra conmigo!” chilló Ichigo.
“Seh, ¡porque es un idiota!”
Un reflejo amarillo brilló en los ojos de Ichigo, que eran normalmente castaños. Era joven y todavía no estaba acostumbrado a controlar su carácter.
Ulquiorra siempre los miraba pelearse con la misma cara de aburrimiento. Toushirou deseaba obtener un poco de su ayuda a veces, pero era demasiado pedir.
“¡Bajen la voz o el Amo nos castigará!”
“¡No le tengo miedo!” grito Grimjow, liberándose de su mano. “¡Hey!” y entonces salió corrió por el pasillo, gritando y haciendo barullo. Siempre era así. A veces, trataba de pelearse con Ulquiorra, quien lo ignoraba o lo noqueaba con un hábil golpe si se ponía muy pesado. Después de recuperarse, Grimjow siempre lo buscaría por la revancha y buscaría otra manera de desafiarlo, o buscaba a Ichigo. El final siempre era los dos con ropas desgarradas, golpes, moretones y mordidas en todo el cuerpo. A veces, incluso se peleaba con Toushirou...
Un suave roce en la nariz hizo a Ichigo volver a realidad. La repentina luz brillante lo cegó momentáneamente, y la tapo con el brazo. Esos recuerdos... hacía rato que no pensaba en esos tiempos. ¿Qué le habría pasado a esos dos después de que los cazaran? Luego de tomar caminos diferentes, Toushirou y él nunca escucharon o supieron algo de ellos.
Volvió a percibir el suave roce sobre su piel desnuda, y bajó el brazo para ver. Una mariposa negra con marcas rojas había aterrizado sobre su brazo y se movía, como pidiendo su atención. Ichigo se sentó derecho y trato de cruzar sus piernas, pero el dolor lo detuvo. La mariposa revoloteó alrededor suyo, esperando a que estuviera listo y volvió a aterrizar, esta vez en el revés de su mano. Raro. ¿Desde cuándo las mariposas se portaban así?
“Oh, ya despertaste.”
Ichigo levantó los ojos del bicho negro para mirar a Renji. Acababa de bañarse y vestía un yukata con motivos florales. Su cabello rojo estaba suelto y se lo secaba con una toalla. Cuando Ichigo recordó que también estaba desnudo, tomo una sabana y se cubrió, sintiendo la cara enrojecer. Esta vez la mariposa voló hacia Renji, quien extendió su mano y la recibió.
“Shuuhei...” miró a Ichigo, quien repentinamente olvidó su vergüenza para ver qué estaba haciendo. Renji fue a su lado y le mostro el bicho negro “Esta es una mariposa infernal, y es usada mayormente para enviar mensajes entre shinigamis. Me estaba buscando, quizá sintió mi energía alrededor tuyo y por eso intentaba atraer tu atención.”
Ichigo miró al insecto con atención renovada “Es un mensaje de mi amigo Shuuhei. Me invita a tomar algo, ¿tenés ganas?”
“¿Qué? ¿Me... me dejás que elija qué hacer?”
“Bueno, si no querés, puedo decirle que vamos en otro momento, y podemos conseguir algo para comer acá. No te preocupés, ya llamé a tu jefe y dijo que estaba bien que te quedes a pasar la noche.”
Pero también había dicho que Ichigo debía estar a primera hora de la mañana de regreso y que debían tener una seria discusión cerca del contrato, especialmente sobre sus límites y atribuciones. Renji había esperado algo por estilo. También necesitaba tener una pequeña charla con ese hombre.
“No sé... nunca fui a un bar a tomar...”
“Bueno...”
Ichigo vió el descontento en los ojos de Renji, y entonces agregó:
“Pero, me gustaría saber cómo es...”
Renji sonrió y le revolvió los cabellos.
“Perfecto.”
La mariposa negra se marchó con el mensaje. Ichigo la vio desaparecer y volvió su atención a Renji. Le estaba acariciando las orejas. Cerró los ojos y se dejo llevar por las caricias.
“”Entonces,” dijo repentinamente, levantándose con Ichigo en brazos. La fuerte protección de esos brazos le era algo muy familiar a Ichigo “Necesitas tomar un baño, porque por más que me encante ver tu cuerpo desnudo, eso no sería muy conveniente.”
Ichigo frunció el ceño. Renji lo llevó al baño para que se limpie. Casi deseo haber despertado antes así habría podido bañarse con Renji. Oh, bien, solo quería tener la oportunidad en el futuro.
Mientras se limpiaba, vio los números en su brazo.
“¿Crees... que ella en verdad me olvidó?”
Toushirou lo miro con ojos llenos de compasión.
“No. Quizás le paso algo y ahora no pudo venir.” Le dijo el gato blanco, tratando de mantener las esperanzas en el más joven. Esto lo tranquilizó un poco.
“¿Toushirou?”
“¿Sí?”
“¿Qué pasó hoy en la oficina del Amo?”
“Nada, ¿por qué preguntas?”
“Algo te molesta.”
El gato blanco estuvo callado un momento.
“Nah, no te preocupes.” Vio a Ichigo rascarse la cara interna de su brazo izquierdo y decidió echar una mirada.
“¿Qué es esto?” unos números están grabados en la suave piel, aun rojos.
“El Amo mando a alguien que lo hiciera mientras estabas en su oficina. Dijo que era necesario.”
Toushirou tragó saliva, como si tratara de hacer algo bajar por su garganta. Sus ojos mostraban conflicto interno.
“¿Toushirou?”
“Es tarde, vamos a dormir.”
Ichigo toco las marcas. No era como las que estaban en la piel de Renji, que habían sido su elección. Esta era una intrusión en su cuerpo, y la piel reaccionaba dejando una cicatriz que sobresalía. Podía sentir la irregularidad en la piel bajo sus yemas. Como deseaba arrancar esa marca de su cuerpo, y dejar solo aquellas echas por la gente que amaba.
Maldición, no necesitaba esto ahora. Iba a salir con Renji y nada lo iba a arruinar, ni siquiera los fantasmas de su pasado.
“¿Ya estás listo?”
Ichigo casi saltó de la bañera. ¡¿Cuándo había entrado Renji?!
“Sí...”
“Te ayudo a alistarte, Shuuhei dijo que ya estaba en el bar.”
Renji ya estaba vestido con su uniforme negro, ocultando la mayor parte de su piel. Una bandana blanca estaba atada en su frete y el cabello rojo peinado en colita con forma de piña. Ichigo no sabía que le gustaba más: este “look profesional” o el cuerpo desnudo contra su piel.
Ichigo salió de la bañera y tomo una de las toallas que Renji le había traído y se secó la cara. Renji uso la otra para secarle el pelo y después la espalda. Ichigo dejó escapar un gemido.
“Ichi....” susurró Renji en su oído “ahora no.”
Las manos del pelirrojo se movieron por su cuerpo, dejando marcas ardientes. Ichigo no pudo evitar ceder en el roce, sentir a Renji besándole la nuca le nubló la mente.
“Renji... yo...”
“Minino, sos tan... sexy...” la voz de Renji estaba ronca por el deseo. Una mano le acaricio un pezón rosado y la otra bajo a la erección del gato naranja. Ichigo se cubrió la boca con la mano, y la mordió hasta hacerla sangrar cuando su orgasmo atravesó su cuerpo. Al menos, esta vez no se desmayó.
“¡Ichigo! Déjame ver.” Renji le lavo la herida. “En serio, tenés que dejar de morder cuando llegas a este punto.”
“Perdón...” se disculpó Ichigo, aún confundido “No puedo evitarlo todavía... es la primera vez que paso por esto...”
Renji notó que la herida no se curaba. Le preguntó sobre eso, y el nekobito explicó que la saliva solo seria en heridas hechas por otro de su clase y no en esas hechas por armas o él mismo.
“Y lo otro es que no puedo curar heridas en mi propio cuerpo. Sólo en los otros.”
Renji le vendó y lo ayudo a vestirse. Le prestó un uniforme viejo, cuyo color combinaba perfecto con su piel. Solo hizo falta un hoyo para que la cola pudiera ladearse cómodamente, y era un neko shinigami perfecto.
***=^..^=***
En el bar, Ichigo conoció a los amigos de Renji, que eran shinigamis como él. Había un hombre joven, rubio, de apariencia frágil llamado Kira, un hombre de sombrero y un kimono rosado sobre el uniforme, quien resulto ser un capitán llamado Shunsui Kouryaku (y con una actitud completamente opuesta a la de Byakuya acerca de la vida), y por supuesto, Shuuhei. A Ichigo no le gustó de movida. Era un shinigami joven, con corto cabello corto y crespo, figura esbelta y tenía unas cicatrices en el lado derecho de la cara que, en lugar de afear su rostro, sólo destacaba sus atractivas facciones. También tenía tatuado el número “69” en el lado izquierdo, algo que enervaba a Ichigo aún más.
La mesera les dio una orden de sushi y sake antes de que la charla empezara.
“Así que vos sos Ichigo. Escuchamos mucho sobre vos y estábamos deseosos de ver como eras” dijo Shuuhei con un brillo maligno en los ojos “Bueno, no puedo negar que sos sexy.”
Ichigo lo miró con odio. Estaba sentado a la derecha de Renji y a su izquierda estaba Kira. A la izquierda de Renji estaba Shuuhei, y Kouryaku. Shuuhei estaba innecesariamente cerca de Renji y la cola del gato ladeó exasperada. Una mano sobre su vaso vacio lo hizo volverse a ver a Kira.
“Ichigo, no lo dejes que te moleste” le susurro Kira “Shuuhei ha estado tras Renji por años. Una vez estuvieron juntos, pero no funcionó.” Kira llenó el vaso de Ichigo nuevamente “Y Renji nunca se vio tan contento como ahora, y lo conozco desde el primer día en la academia.”
Kira le sonrió e Ichigo miro su vaso. Aun escuchando eso, todavía no le gustaba ver a Shuuhei tan cerca de Renji.
La mano de Shuuhei estaba innecesariamente cerca del hombro de Renji.
Se tragó el vaso de sake en menos de un segundo y pidió otro.
“¡Ese es el espíritu, chico!” celebró Kouryaku “¡Bebe y disfruta! ¡Kanpai!”
“¡Kanpai!” dijeron al unísono y bebieron.
“¡Gatito!!!!!!”
¿La voz de un infante?
Ichigo vió rosa pasar por sobre sus ojos y algo aferrarse de su cuello. Casi cayó de espaldas en su silla por la sorpresa.
“Capitán Zaraki, teniente Kujisaki, ¡bienvenidos!” dijo el otro capitán. Ichigo se volvió y vio la GIGANTESCA figura de Kenpachi Zaraki mirarlo con una sonrisa malévola. Colgando de su hombro estaba una niña de cabello rosa y mejillas sonrosadas. Vestía un uniforme como el de Renji, y el gran hombre usaba un haori desgarrado. Ichigo se sentó derecho y la niña se acomodó en sus hombros.
“Estas pagando vos, ¿no?” dijo Kenpachi y se sentó junto a Kouryaku.
“¡Gatito!” chilló Yachiru, tirando de las orejas de Ichigo “Nunca antes te había visto, ¿también sos un shinigami?”
“No, está con el teniente Abarai. Es su amigo.” Contestó Kira a la niña hiperactiva, porque Ichigo tenía sus manos en la boca y no podía formar palabras.
“Ah. ¡Soy Yachiru! ¿Y vos?”
Ichigo al fin pudo hablar.
“Ichigo...”
“¡Wow! ¡Hasta tu nombre es lindo, gatito!” dijo la chica, saltando a su regazo y abrazándolo “¡Kenny! ¡Quiero un gatito como él!”
“No lo necesitas. Y debe ser una perra extra cara.” Kenpachi bebió su trago “Me gustaría saber como un teniente puede costeárselo.”
“¡Él es un gato, no una perra, Kenny!” le grito Yachiru.
Repentinamente, Ichigo se sintió fuera de lugar. Ese era su trabajo, en cierto sentido, el vender su compañía, pero ser señalado así dolía. Cuando miro a Shuuhei, vio el destello en sus ojos, obviamente estaba disfrutando de la vergüenza que estaba sintiendo Ichigo por las palabras de Kenpachi.
“Tengo mis métodos, capitán.” Dijo Renji, tomando a Ichigo de la cintura con su brazo derecho y acercándolo más.
Kenpachi bebió más de su sake, y repuso “¡Bah! ¿A quién le importa? Me da lo mismo lo que te guste, colorado.”
Al sentir la mano de Renji en su cintura, Ichigo supo que Renji estaba con él, y que le importaba un carajo lo que los otros pensaran de ellos.
“¡Yay! ¡El gatito es el novio de Renji!” Yachiru se volvió a sentar en el regazo de Ichigo y tomo un poco de sushi “¡Ten, Ichi!”
La niña prácticamente aplasto un rollo contra su boca.
“¡Bebe!” Yachiru tomo el vaso que Kira había vuelto a llenar y casi lo hizo ahogar. La niña rió por su reacción y siguió con el mismo juego.
“El amor duele.” Le dijo Kira a modo de apoyo.
***=^..^=***
La reunión termino sin incidentes. Zaraki se marchó cuando Yachiru cayo dormida en sus brazos (Ichigo creyó que esa niña tenía energía infinita, así que, cuando se desvaneció, creyó que estaba muerta-por segunda vez-). Kouryaku se durmió sobre la mesa y una chica con anteojos, llamada Nanao, que tenía el aire de una perfecta traga libros, vino por él. Después, Ichigo supo que era su teniente y que aquella escena era algo muy común en Soul Society.
Shuuhei fue llevado a casa por Kira. El rubio tenía una expresión resignada cuando les dio las buenas noches a Ichigo y Renji, mostrando ningún problema al cargar el peso de su amigo al hombro, a pesar de que se viera tan delgado.
“Ese tipo lo ama.” Dijo Ichigo cuando llegaban a la casa de Renji.
“¿Quién?”
“Kira. Está enamorado de Shuuhei.”
“¿Cómo podes adivinarlo?
“Sexto sentido... nah, los humanos también tienen feromonas, pero no tan fuertes como las de mi raza. Cada vez que miraba a Shuuhei, las estaba destilando como polen al viento. Y Shuuhei estaba igual, pero por vos.”
Renji permaneció callado un momento, nunca se había dado cuenta de eso. Sabía que Shuuhei estaba tras él y nunca pensó que podía guiarlo a los brazos de Kira. Pero lo intentaría.
“¿Estabas celoso?”
“No.” Dijo Ichigo, empacado.
Fueron al dormitorio e Ichigo dejó su cabeza descansar en el hombro de Renji, estaba cansado pero a la vez feliz con ser aceptado por Renji y haber sido reafirmado en frente de los otros shinigamis. Y el alcohol le daba una linda sensación en el cuerpo, un temblorcito que lo llamaba a dormir.
Renji lo tomo de la cadera y lo hizo recostarse en la cama, Ichigo lo miro con las mejillas ruborizadas y ojos entreabiertos. Estaba cansado, sí, peor si Renji quería, no iba a decir que no. Ichigo alzo los brazos y soltó el cabello de Renji, desenredándolo con los dedos. Renji se acerco y lo besó.
“¿Vamos a...?”
Renji lo miro.
“Estas cansado, y me parece que los dos necesitamos descansar esta noche. Mañana, Urahara nos quiere en su casa a primera hora.”
“Mmm...”
Ichigo ayudo a Renji a quitarse las ropas y yacieron en la cama en silencio. Aunque hacia un poco de calor, Ichigo enredó su cuerpo al de Renji. Esperaba que, al acercar a Renji más, mantendría a los fantasmas alejados. Renji puso una mano en su espalda y la otra sobre sus cabellos, un poco sorprendido por la repentina necesidad del gato. Ichigo cerró los ojos, contando los latidos de corazón de su pareja.
“No deberías perder el tiempo así.”
Era de nuevo ese extraño lugar. Casi lo había olvidado. Era ese lugar de los edificios que estaban en sentido horizontal, el cielo sobre ellos y no había verde o criatura viva cerca. Su otra mitad lo miraba con esos ojos dorados. Tenía la misma apariencia a la de Toushirou en su forma humana, con la piel y el pelaje incoloro.
“Te enamoraste de esa piña roja, ¿podía ser más estúpido?”
“Sos parte mía, así que debes sentir lo mismo.”
“Tcht. Pero sabes, ¿por cuánto más vas a negar ésto?”
Shirosaki-esa cosa no tenía nombre, pero se había acostumbrado a llamarlo así- levanto la manga de su ropa y mostró la misma marca que tenia Ichigo. “Sabés que significa. Él ahora puede sentirnos, y vendrá por nosotros.”
“Lárgate, Shirosaki.”
Shirosaki se aparto.
“El amor hace a todos estúpidos.”
***=^..^=***
Urahara vio la diferencia en los ojos de Ichigo. Amor absoluto por el colorado.
Y dolía.
El nekobito estaba vistiendo el mismo uniforme que Renji le había prestado la noche anterior y le sentaba muy bien. Urahara llamo a Renji a su oficina y había un sobre en la mesa.
“Debes cumplir con tu palabra. Así que, ve a trabajar, debo tener unas palabras en privado con el teniente Abarai.” La voz de Kisuke carecía de su usual tono juguetón, así Ichigo supo que algo no estaba bien. Pero obedeció y los dejó solos.
“Sí, Urahara-san”
Solo después de que Ichigo cerró la puerta, Urahara habló.
“Me parece que lo podemos llamar un buen trato.”
“¿Disculpe?” dijo Renji.
“Esto.” Urahara abrió el sobre y señalo unos puntos en los papeles que extrajo de este. Era el contrato que originalmente hizo con Ichigo por el asunto de los anteojos rotos. “Ichigo trabajaría por ti por un mes o mas gratuitamente haciendo tus quehaceres domésticos para que cubriera el precio de tus anteojos rotos. Pero si Ichigo hacia algo especial que disminuyera o incluso pagara la totalidad de la deuda, el tiempo a su servicio seria acortado o considerado terminado. Creo que algo como darle su virginidad a usted cubre más que la deuda acordada, pero no le cobrare ningún extra solo por esta vez.”
Renji miro al contrato y luego a Urahara. Nunca leía esas cosas, pero el hecho que menos le gustaba era el tono de la voz de Urahara.
“Así que, considere su contrato con Ichigo cumplido y culminado.”
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