Gekkouha
La flor de la luz de la luna
Escrito por: Maru de Kusanagi
Disclaimer: Bleach y todos sus personajes no me pertenecen. Ojala fueran míos. Esto está escrito por una fan para otros fans, y no pretende ofender a nadie, ni sacar provecho económico alguno.
Advertencias del capítulo: yaoi, parejas extrañas, flurry, universo alternativo y escritora loca. Acento rioplatense.
Parejas: principalmente Renji/Ichigo, Byakuya/Ishida, Grimmjow/Ulquiorra (un poco), Aizen/Toushirou (forzada), mención de Gin/Rangiku, Urahara/Ichigo (no correspondido) y Gin/Toushirou (mención)
Clasificación: M (lemons y muchas escenas fuertes).
~Terminología para esta historia~
Semi-humano: una persona mitad animal, como los nekobito.
Neko: gato en japonés.
Nekobito: significaría algo así como “persona gato”, y es la unión de las palabras japonesas “neko” y “hito” (persona), y es una palabra que inventé.
Kitsune: zorro
Inubito: persona + perro... no me gusta como suena, así que no lo voy a usar mucho.
NOTA: ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡CAPITULO FINAL!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Ahora, ¿tuve que matar a alguien importante para conseguir reviews???? ¿Y no dijeron nada de la violacion o de las otras muertes??????
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CAPITULO 14
Cerca de nueve meses después, el incidente nekobito-como todos lo llamaban- fue cerrado y oficialmente olvidado. No era una cosa prohibida hablar al respecto, pero era preferible mantener la boca cerrada. Especialmente cerca de cierto teniente pelirrojo.
Renji ocultaba muy bien su dolor. Con voluntad de hierro aguando su suspensión y casi fue expulsado, si no fuera por la intervención de Byakuya. Tras la suspensión, este no estaba muy seguro de dejar que Renji volviera al trabajo, pero una curiosa carta llego a su escritorio. Tenía un lacre muy importante.
Un poco inquieto, algo que le hubiera resultado muy inusual en su persona de no haber sucedido aquellos hechos, abrió la carta y leyó su contenido. Primero, sus ojos mostraron una expresión perpleja, algo tan raro como nieve en el desierto. Tras recuperarse del primer shock, no pudo evitar que sus labios se curven en una suave sonrisa, algo que no hacía rato. Uryu, quien venía con su té, le preguntó qué pasaba, y Byakuya lo miro, satisfecho.
“Dile a Rukia que traiga a Renji y sus amigos semi humanos de inmediato.”
Uryu parpadeó.
“¿Pasó algo?
Byakuya ladeó la cabeza elegantemente, negándolo.
“No, sólo vé. Te explicare todo después, lo prometo.”
Uryu hizo lo ordenado y Rukia se marcho de inmediato.
En su casa, Renji yacía en el suelo, con botellas de sake y tazas a su alrededor. El departamento era más desastroso que cuando vino Ichigo por primera vez a acicalarlo. El rostro del gato naranja apareció en su mente. Lo extrañaba muchísimo.
El nekobito blanco y el zorro se quedaron cerca, quizás porque se sentían en deuda con él, y Toushirou mantenía lo más ordenado posible que podía sin entrometerse en lo que Renji hacia. Apenas si cruzaban palabras al pasarse. Ambas partes habían perdido a alguien muy valioso, y hablar al respecto lo hacía peor.
“Nos deberíamos ir. Él fue el amante de tu hermano, así que no tenés nada que hacer acá.” Dijo Gin a Toushirou, mientras el gato estaba colgando la ropa para secarse.
Toushirou termino su tarea antes de responderle.
“¿Por qué? Esto es algo que hago porque lo deseo. ¿Y a donde iríamos?”
“De regreso al bosque.”
“¿Y quien dijo que iría con vos?”
“Dale, Shirou-chan” dijo Gin, rodeando con sus brazos la cintura del gatito blanco. El zorro lo estaba observando, aquellos ojos entrecerrados clavados en la bella criatura entre sus brazos. “¿Por qué me niegas tanto?”
Toushirou evito mirarlo, pero el suave sonrojo coloreo sus mejillas.
“Porque sos un pedófilo pervertido, por eso.”
“Vos ya no sos un niño” una de las manos de Gin acariciaron la línea de la columna del gato, haciendo que Toushirou se estremeciera. “¿Ves? Ningún niño reacciona así.”
Toushirou borró esa odiada (y aun así, amada) sonrisa con un puñetazo “Awww, ¡eso duele!”
“Te lo merecés, bastardo.” Repuso Toushirou, librándose y apartándose del zorro.
“¡Renji! ¿Estás en casa?” era la voz de Rukia, y Toushirou lo agradeció. Fue directamente a la puerta y la dejo entrar.
“Hola Toushirou.” saludó ella, pero no agregó nada más. Nada de ¡que tal’ o ‘¿Cómo estás?’. Ella sabía que eso era lo mejor.
La boca de Toushirou se torció en un gesto resignado y suspiró.
“Está en el comedor, como siempre” dijo, y Rukia camino directamente a donde le dijo. Encontró a Renji e su sitio del piso.
“Hola.” Le dijo, y Renji apenas la miró “Alístate, nii-sama necesita hablarte. Es importante.”
Renji no se movió en un principio, sentía los ojos pesados. Dificultosamente se incorporo, y anduvo lentamente el camino a su habitación. Se puso ropa limpia y se lavo la cara, y todo esto le tomo más de lo que Rukia hubiera esperado. Las ropas limpias eran gracias al cuidado Toushirou. Rukia mientras observaba a la parejita de semi humanos.
“Ustedes también deben venir”.
“¿Por qué?” inquirió Toushirou, cruzándose de brazos. No quería ver al noble. El dejo morir a Ichigo.
“¿Por favor?” rogo ella con el tono mas preocupado y conciliador que conocía “Es realmente importante.”
Toushirou clavo la mirada en los ojos de ella y suspiró.
“Ok. ¿Vienes, Gin?”
“Ya te lo dije, nunca voy a dejarte ir tan fácilmente,” dijo el zorro, agarrándolo de atrás.
“¡Te dije que la cortaras!” exclamo el gato, retorciéndose en busca de libertad. Renji los miro con tristeza y Toushirou decidió callarse. Casi se olvida…
En su oficina, Byakuya no estaba en su despacho. Miraba por la ventana a las hojas de otoño danzar en el viento.
“Nii-sama,” llamó Rukia “aquí están.”
El grupo entro y saludaron respetuosamente al noble (salvo Gin: él estaba más allá de las convenciones humanas).
“Taichou,” al fin dijo Renji. Su voz mostraba cuán cansado estaba, cuán dolido estaba “¿Qué pasa?”
Byakuya al fin se volvió a verlos. Su cara carecía su frialdad usual, estaba de algún modo… feliz. Le hablo a Renji.
“Recibí un pedido de lo mas inusual acercad e tu persona. La Guardia Real está solicitando tu alistamiento.”
El grupo parpadeó. ¡¿De qué hablaba Byakuya?! ¡¿Se había vuelto loco al fin?!
“Debo decir que tuve la misma reacción que ustedes al recibir esta carta,” agrego el capitán, acercándose a su escritorio y señalando la misiva “pero, no hay error. Nadie más que la familia real usa el sello real. Y lo raro es, sólo miembros del Primer Escuadrón son reclutados por la Guardia Real, pero hay una persona importante está más que interesada en tus servicios.”
Byakuya le dio la carta a Renji, quien la leyó. ¡Era requerido para servir a la Guardia Real! ¿Qué? ¿Por qué?
“Por supuesto, no estás obligado a aceptar. Esta persona desea conocerte primero y dejarte tomar la decisión en tus propios términos. Te espera en casa de Yamamoto-sou Taichou.”
Otra vez silencio. Al fin, habló Rukia: “¡Éste es de verdad un gran honor, Renji! ¡Deberías, al menos, oír que tiene para ofrecerte!”
Renji estaba… sin palabras.
“Pero, no entiendo,” dijo Toushirou “¿para qué nos llamó a nosotros?”
“Esta persona recibió la noticia del incidente, y quiere conocerlos. Por cierto, ¿dónde está el gato azul?”
“Por lo que escuché” dijo Rukia, ruborizándose “Estaba ‘jugando’ con el capitán Zaraki…”
Otra vez silencio, incomodo.
“Ya veo…” Byakuya se volvió a Renji “¿Qué dice, Abarai-fukutaichou?”
Entonces, Renji, al ser llamado por su titulo, reacciono.
“Creo que debería al menos conocer esta persona, no creo que sea lo correcto dejar a una persona de su estatus esperar.”
“Muy buena, y sabia decisión. Debemos irnos, entonces.”
La atemorizante figura del anciano, con su imponente y firme posición era algo que a Renji siempre le disgusta de enfrentar. Este hombre, el Sou-Taichou, exhalaba tal respeto y poder que nadie en su sano juicio lo desafiaría. Bueno, el capitán Zaraki lo hizo, pero él no necesitaba algo tan inútil como la razón.
“Así que, niños, vinieron. Bien.” Dijo.
“Hai!” se inclinaron respetuosamente y Gin solo le dio una sonrisa burlona como saludo. Toushirou lo pateo y le obligo a inclinarse un poco.
“Abarai Renji, Fukitaicho del Sexto escuadrón, has sido invocado. Te ha esperado y le veras en privado en primer instancia.”
“Hai, Yamamoto Sou-Taicho.” Acepto Renji.
Una de los sirvientes guió a Renji a una habitación dentro del lugar. Al fin, la mujer se detuvo frente a una puerta y pidió que esperara. Entró y Renji pudo oír que su nombre fue anunciado, pero la respuesta de la otra persona no llego a oírla. La sirviente salió y dijo:
“Su majestad lo verá ahora. Por favor, recuerde su sitio. No eleve la cabeza si no se lo solicita.”
Dejo a Renji entrar, cerrando la puerta tras él.
Renji se agachó en el suelo, y mantuvo el rostro bajo.
“Soy Abarai Renji, Fukutaichou del Sexto escuadrón” dijo, inusualmente nervioso “Estoy a su servicio.”
Oyó pasos acercársele quietamente, vió una sombra detenerse enfrente de él, y repentinamente sintió ganas de correr.
“¿Desde cuándo sos tan educado?”
¡Esa voz!
Renji levantó la cabeza, olvidando la etiqueta. Frente suyo había un hombre joven, con el cabello zanahoria y ojos chocolate, vistiendo elegante kimono color azul marino.
“¿Ichigo…?”
¡Este no era un nekobito! ¡Era un humano!
“Hola, Renji,” dijo el muchacho, y se agacho frente de él. Renji lo miró sin salir de su sorpresa. El chico le tomo el rostro y lo besó suavemente…
Era el mismo sabor.
“Y otra vez estuviste tomando mucho.”
“Ichigo… ¡bastardo!”
Renji enredó sus brazos alrededor del joven y lo beso rudamente, como si el mundo se viniera abajo. Si esta era una ilusión… ya no le importaba. Empujo al chico de cabello zanahoria al suelo, sin parar de besarlo.
“Sabes igual” dijo cuando lo soltó.
“Besas igual” dijo Ichigo, mirándolo con ojos llenos de amor.
Renji se incorporo un poco, mirando al muchacho.
“¿En verdad, sos vos? ¿No sos otro sueño?”
Ichigo levanto una mano y toco la cara del shinigami.
“Sí, soy yo. Siento mucho dejarte sufrir tanto, pero…”
“Callate” dijo Renji, y lo beso otra vez. Cuando dejo esa deliciosa boca, cubrió la cara de Ichigo con besos ardientes “No quiero saber. No ahora. Ahora solo te quiero a vos.”
Sus manos siguieron los contornos del cuerpo de Ichigo. El chico rió por lo bajo.
“Por supuesto… sos un hombre de acción.”
As manos de Renji separaron las partes del kimono y la suave piel blanca se le volvió a revelar. La saboreó, desde el cuello hasta el ombligo, sintiendo a Ichigo estremecerse bajo sus caricias. El muchacho movió sus manos y libero el cabello de Renji, sintiéndolo entre sus dedos.
“Renji… quiero sentirte contra mi piel.” Susurró. Este hombre siempre lo hacia sentirse así.
Renji se levanto y se deshizo de la parte superior de su uniforme. Ichigo subió sus manos y acaricio el pecho, sintiendo los músculos, y beso y lamio la piel. Tomo un pezón en su boca y o chupó. Renji gruño por lo bajo, moviendo sus manos sobre la espalda del joven, y llegando a sus pantalones, agarrando las nalgas. Sintiendo esto, Ichigo respiro agitadamente, soltando el pezón. El aire fresco sobre la piel húmeda hizo a Renji temblar.
Renji nuevamente estaba dominando. Bajó los pantalones y al fin tuvo a Ichigo desnudo. La erección ya estaba dura, rosa y pulsando, esperando las atenciones de Renji. Y, eso hizo, tomándola entre sus manos y acariciándola, haciendo al chico gemir.
“¡Ren…!” dijo Ichigo, aferrándose de los hombros de Renji. Entonces, el pelirrojo lo tomó en su boca “¡Woah!”
Con la lengua Renji lo lamio y chupó la carne dura. Las palabras de Ichigo se volvieron ininteligibles, con gemidos y exclamaciones de más, las manos tirando de los cabellos de Renji duramente.
Al fin, el cuerpo de Ichigo se tenso y su semilla fue derramada, y Renji la recogió en su boca, saboreándola, atesorándola.
Ichigo yació en el suelo, los ojos cerrados, agitado. Renji lo observó. Tan bello. Se quito los pantalones y los tiro lejos.
Ichigo abrió los ojos para verlo desnudo. Había pasado tanto desde que habían estado juntos por última vez… lo había deseado tanto…
Renji iba a llevarse la mano a la boca, pero Ichigo la agarró y la llevó a la suya. Chupó los dedos, los lamió y le dejó una buena cantidad de saliva en ellos. Renji entonces se movió a su entrada y lo acarició, dejando los dedos entrar uno tras otro. Ichigo volvió a cerrar los ojos; el sentimiento era tan intenso que no podía enfrentar a su amante. Sólo un roce, una caricia en ese lugar tan íntimo, le hacía enloquecer.
“Debes haberme extrañado mucho, para que ya estés otra vez duro.” Dijo Renji, un tinte malicioso y lujuria en la voz.
“Callate…” siseó Ichigo “Ya, metete…”
“¿Qué?” susurró Renji en su oído, haciendo a Ichigo volver a estremecerse “¿Qué dijiste?”
“Sólo… ¡sólo cogeme de una vez!” casi rogó Ichigo, cuando aquellos dedos tocaron su próstata.
“No te voy a coger…”
“¡¿Q-que?!” Ichigo se retorció, sintiendo esa caricia, viendo estrellas.
“Nunca te voy a coger… te voy a hacer el amor…”
Renji le beso el mentón, retirando sus dedos de allí. Tomo una pierna de Ichigo y la puso sobre su hombro y entonces presionó. Era tan caliente y estrecho como recordaba. Delicioso.
“¡Renji!” grito Ichigo, buscando algo a que aferrarse, y termino agarrando su kimono abandonado. Renji lo sujetó de la cintura, y volvió a presionar, más profundo. El calor lo hizo sudar, y la cara de su amante lo enloquecía. “Por favor…”
“¿Qué… Ichi…?”
La voz de Renji salía tras esforzadas exhalaciones.
Ichigo sólo gruñó.
“¿Qué…?” esta vez puso más fuerza. Por alguna razón, necesitaba saber que deseaba expresar Ichigo, aunque hiciera falta arrancárselo.
El chico de cabello naranja abrió los ojos, brillantes de lágrimas de pasión.
“Ámame…”
Renji volvió a empujar con fuerza y más adentro. Sus manos se resbalaban de la piel desnuda, y necesitó agarrarse más fuerte, dejando marcas en la piel.
“¡Ah! ¡Voy a…!”
Ichigo se corrió con fuerza en sus vientres y entonces Renji hizo un último empujón intenso, al fin corriéndose dentro de él. Entonces lo sintió. El mismo olor, como la vez aquella en que hicieron el amor por primera vez. El aroma a bosque y naturaleza. Salió de Ichigo y yacio a su lado, recuperando el aliento, la cabeza de su amante sobre su pecho. Tras unos momentos, Ichigo se compuso lo suficiente como para mover sus manos y acariciar la cara de su amante. Renji se dejó llevar en la dulzura del post sexo, en esas simples caricias llenas de amor.
“Te amo, Renji…”
“Yo también te amo, Ichigo…”
Toushirou vio a Renji irse y un olor conocido le llego a la nariz. Lo había sentido solo una vez.
“Así que, ¿son ellos?” preguntó una voz femenina. El grupo se volvió a ver una hermosa mujer de cabellos naranja y amplia sonrisa, vistiendo elegante kimono. También tenía ojos castaños.
“¡Sos vos!” exclamo Toushirou, casi saltando en su sitio “¡Pero es imposible! ¡Estabas muerta! Él… ¡él te mató!”
La mujer sonrió otra amplia sonrisa, como un amanecer.
“Hola, Toushirou-kun. Creo que nunca nos presentamos debidamente. Me llamo Masaki Kurosaki, y soy la madre de Ichigo.”
“¿La mamá de Ichigo? ¿Desea cobrarse venganza de nosotros?” pregunto Rukia. La mujer la miro con amabilidad.
“No, chicos. Vine porque Ichigo quería verlos a todos un montón, y para terminar de echar luz en este asunto.”
¿Qué? Esta Ichigo vivo?” ansiosamente pregunto Toushirou.
“No, está muerto.” Repuso ella.
La esperanza se desvaneció en el corazón del gato blanco.
“Creo que es un tema que debe hablarse en otro lugar.” Dijo Yamamoto y llamo a sus sirvientes “Llévenlos al patio y sirvan el té. Tienen mucho de qué hablar.”
Sólo cuando el té estuvo listo, Toushirou la miro con ojos llenos de desesperación.
“Así que, ¿Ichigo está muerto?”
“Sí, y yo también. Pero soy como los shinigamis, un alma dentro de la manifestación de mi energía.”
“¿E Ichigo?” dijo Rukia.
“Lo mismo. Verán, todos los nekobito son seres que carecen de un alma compleja como la humana. Viven y mueren y reviven, y dependiendo de su ‘evolución’, como podría decirse, se vuelven humanos o gatos corrientes. La mayor parte de los gatos callejeros de Soul Society son almas de nekobitos. Pero tú e Ichigo son distintos. Tienen un alma que no es ni humana o felina, así que, al morir, solo un aparte del alma se pierde. La parte salvaje y animal de Ichigo murió entonces, pero la humana permaneció. Sólo tuve que llamarlo.”
“¿Y usted?” inquirió Gin “Estabas muerta. ¿Cómo es que estas acá? No eres shinigami.”
“Buenos, verán,” dijo ella “Yo era una princesa de la corte en el pasado. Aizen, de algún modo, tomó mi alma y la puso en un cuerpo humano, antes de que si plan fuera descubierto y su zanpakutou sellada. Crecí como una humana común, y me hizo encontrar con el nekobito que fue padre de Ichigo. Quería saber si una cruza semejante le podía dar una llave al trono. Y casi lo consigue, pero no esperó que el amor tuviera tal poder.”
Toushirou la oyó en silencio. Algo no cuadraba.
“Si Ichigo estaba bien, ¿por qué no dijeron algo antes? ¡Estábamos muy tristes y preocupados por él!”
“Porque no quería que regresara, ¿verdad?” pregunto Byakuya, y todos lo miraron “Esperaba que olvidara su vida como semi humano, y se volviera un príncipe de la corte. Pero se olvidó de cuán profundamente Ichigo ama a Renji.”
Masaki calló un momento.
“Sí, está en lo correcto, Byakuya Kuchiki.” Dijo ella al fin “Tratamos de borrar sus recuerdos, y cada vez que nos creímos victoriosos, unos pocos días después empezaba a recordar, y a preguntar por Renji y sus amigos. No había forma de borrar esas memorias, porque los lazos que los unen son más fuertes que la vida, o la muerte.”
“Ichigo está con Renji, ¿no?” dijo Gin, ignorando la mirada que le lanzo Toushirou.
“Por supuesto.”
“¿Qué desea de nosotros?” pregunto Toushirou, antes de que Gin volviera a abrir la boca.
“Bueno, Ichigo nunca te abandonaría, Toushirou. Te ama como un hermano, y creo que puedes tener una buena vida con nosotros, te llevarías bien con Yuzu y Karin, las hermanitas de Ichigo, y mis mellizas. Todos podemos ser una familia. Y también, quería agradecerles a todos, el haber cuidado de mi hijo por todo este tiempo. Estoy realmente agradecida.”
“Nos honra.” Dijo Byakuya, inclinándose frente a ella.
“Los dos son bienvenidos.” Dijo Masaki, esta vez mirando a Gin.
Gin miro a Toushirou a su vez, y vio el conflicto interior del joven gato. Todo era demasiado fácil, muy simple. Y también sabía que en tal familia no había lugar para él.
“Me parece que voy a dar una vuelta, me canse de estar tanto sentado.” Dijo y en un flash, desapareció.
“¡Gin, esperá!” fue todo lo que Toushirou pudo decir, pero el zorro ya se había ido. ¿Qué fue eso?
“Deberías ir tras él” le susurro Rukia, pero Toushirou sacudió la cabeza.
“No, ¡primero quiero ver a Ichi!”
Después de que Ichigo le contara lo mismo a Renji, el shinigami pelirrojo le acaricio el cuerpo. Aun no lo podía creer. ¿En verdad tendrían un final feliz?
“Renji…” la voz de Ichigo seguía embriagada.
“¿Mn?” Renji levanto una ceja, y lo miró, sin dejar de acariciarlo. Oh, cuan sexy se veía el muchacho de cabello zanahoria así, ruborizado, despeinado, esperando por más.
“¿Vendrás conmigo?”
Renji detuvo sus caricias y clavo los ojos en los del otro. Si, era una gran decisión, el dejar todo atrás por la persona amada. ¿Cuántas veces oímos “hago cualquier cosa por amor”? Pero no era algo tan sencillo de hacer. Había muchas cosas que pesar: tenía una vida aquí, en la Soul Society, amigos y camaradas que extrañaría muchísimo, una vida establecida, rutina. Si iba con Ichigo, todo eso quedaría atrás, y algo completamente nuevo comenzaría de cero, y lo asustaba. Y a pesar de que quería gritar “sí”, eso no salía fácilmente de sus labios.
Pero Ichigo seguía esperando por su respuesta. Renji tuvo que apartar la mirada y suspiró.
“N… no lo sé, Ichigo...”
Ichigo no estaba triste. Era una respuesta esperable, después de todo, le estaba pidiendo a Renji dejar todo lo que tenia y venir con él a un mundo desconocido. Aun como un sirviente de la Familia Real, que era, ciertamente, gran honor, sabía que no era una decisión sencilla de tomar.
“Entiendo.” Dijo, y se colgó de Renji, buscando sus labios. El beso no quería resultar tan desesperado, peor sabio así.
“De… debemos ir a ver a los otros… siguen esperando.” Dijo Ichigo.
“Si, deberíamos ir…”
Lentamente, fueron al pequeño baño y se limpiaron. Se pusieron la ropa y ayudaron al otro a verse lo mas pulcro posible. Era como si fueran una pareja de recién casados, y ese pensamiento hizo a Ichigo tener una sonrisa tonta en sus labios. Renji lo notó y le preguntó.
“Es como si estuviéramos casados.” Dijo simplemente, enredando sus dedos en los de Renji. Renji se ruborizó y lo besó tiernamente en los labios.
“Sí.”
Caminaron de la mano hasta llegar al jardín. Cuando Rukia los vio, salto y abrazó al ex nekobito, tocándole la cabeza, para comprobar que las orejas ya no estaban. Toushirou, un poco vacilante primero, también abrazó a su hermano, con lágrimas en el borde de los ojos. Byakuya, por su parte, se inclino elegantemente frente de Ichigo.
“Un honor volver a verlos, príncipe Kurosaki.”
“Por favor,” dijo Ichigo, ruborizándose otro poco “sólo Ichigo, Kuchiki-san.”
“Como desee, Ichigo-san.”
“¡Vaya! ¡Debes estar contento, Renji!” dijo Rukia, golpeando a su amigo “¡Te enganchaste a un príncipe!”
“Callate” dijo él.
Rukia, más rápida que la luz, vio el problema y aparto a Renji.
“¿Qué pasa?”
“¿Eh”
“No te hagas el tonto. ¿No estás feliz de que Ichigo volvió, y te pide que estés a su lado? ¡Ahora pueden estar juntos! ¡No me digas que te acobardaste!”
“Yo… ¿Qué hay de vos y los otros?”
“¡¿De que hablás, tarado?! ¡Debes pensar en vos y tu felicidad! Estamos bien, así que dejá de preocuparte. Anda con él, sé feliz, voltéatelo como si no hubiera mañana, o lo que hagan, ¡pero no lo dejes ir!”
Ella se dio vuelta, ocultando la cara para que no la viera llorar.
“¡No lo dejes ir, o nunca te lo perdono!”
Renji estaba callado, mirando su espalda. Sabía que ella lloraba, pero debía decidirse. Rukia estaba en lo correcto, tenía una oportunidad de ser feliz.
“Gracias, Rukia.” Le dijo, besándole la parte superior de la cabeza.
“Sólo sé feliz, ¿estamos, tarado?” ella agradeció a los cielos de que no pudiera ver su cara ruborizada.
Mientras, Ichigo habló con Toushirou.
“¿Y el zorro?”
Toushirou estaba tan contento de ver que Ichigo estaba bien, que casi olvidó a Gin.
“Él… dijo que iba a dar una vuelta.”
“Oh…”
Caminaron apartados del grupo, para tener más privacidad.
“Te ves bien así.”
Toushirou se puso colorado.
“¡No lo soy! ¡Lo odio!” chillo el gato blanco, con la cola levantada e inflada, la orejas puntudas hacia atrás y ceño fruncido. Era algo más allá de ‘lindo’. “¡Esto lo hace tocarme y agarrarme, y siempre me está molestando porque dice que soy lindo! ¡No lo soy!”
El gato dió un pisotón e Ichigo rió. Toushirou le clavó la mirada.
“Te gusta.”
Toushirou palideció.
“¿Qué…?”
“Te gusta mucho. O no estarías refunfuñando tanto sobre él, porque solo hablas mal de aquellos que te gustan.”
“Nunca hable mal de vos.”
“Ya sé. Me refiero a los que te gustan de forma diferente al amor fraterno.”
“Ichigo, sabés que no estoy listo.”
“No dije eso. Pero debés aceptarlo, porque a pesar de que lo niegues, ya no sos un niño, Toushirou. Aceptate, y aceptalo. Si te gusta, estoy seguro de que algo bueno debe tener.”
Toushirou pateo una piedra, y su cola ladeo.
“No va a ir, a donde vos vivís ahora. Quiere ir al bosque…”
“¿Y vos?”
“No sé…”
Ichigo trajo al pequeño nekobito a sus brazos y lo abrazó. El gatito se sonrojo peor.
“Está bien, sabes. Debes ir donde diga tu corazón.”
Toushirou asintió. ¿Por qué era esto tan difícil?
“Ichigo, debemos entrar, ¡ya se sirve la cena!” llamo Masaki.
“¡Vamos!” sonrió Ichigo, como no había hecho en mucho tiempo.
Después de la cena, apareció Urahara. Renji se altero un poco, pero la mirada que le dio Ichigo le quito duda alguna que tuviera. Fue a hablar en privado con el tendero en el patio.
“Así que, todo se arregló al final,” dijo Urahara tras un momento de silencio, dibujando con la punta de su bastón en la tierra. La luna creciente estaba alta en un cielo cuajado de estrellas.
“Sí.” Ichigo sintió un rubor subirle a la cara. Después de todo, no cualquier día naces nekobito, te enamorás, sos usado como herramienta y morís, sólo para despertar y descubrirte príncipe. “Quería decirte que estoy agradecido por lo que hiciste por nosotros. Pero me mentiste, supiste que era todo el tiempo.”
Urahara lo miro con una media sonrisa.
“Sí, ¿y?”
Ahí estaba. Esa sonrisa sarcástica, que lo enervaba. Y aun así, Ichigo estaba seguro que la iba a extrañar terriblemente.
“¿Por qué no dijiste nada al respecto?”
“Había tantas chances de que regresaras como humano así como a gato tras tu muerte como nekobito. No quise darte falsas esperanzas hasta que estuve seguro, y se me ordeno mantener en secreto lo que sabía de tus orígenes.”
Ichigo se cruzo de brazos.
“¿Acosarme era parte del show?” pregunto, arqueando una ceja.
“Por supuesto que no. Realmente te amo, chico.”
Ichigo se quedo helado, nunca esperó semejante respuesta, tan directa. En ese momento, Urahara sonrió sinceramente, y lo miro directamente a los ojos.
“Pero lo entiendo.”
Ichigo entonces sonrió.
“Gracias.”
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“Porque sos un pedófilo pervertido, por eso.”
“Vos ya no sos un niño” una de las manos de Gin acariciaron la línea de la columna del gato, haciendo que Toushirou se estremeciera. “¿Ves? Ningún niño reacciona así.”
Toushirou borró esa odiada (y aun así, amada) sonrisa con un puñetazo “Awww, ¡eso duele!”
“Te lo merecés, bastardo.” Repuso Toushirou, librándose y apartándose del zorro.
“¡Renji! ¿Estás en casa?” era la voz de Rukia, y Toushirou lo agradeció. Fue directamente a la puerta y la dejo entrar.
“Hola Toushirou.” saludó ella, pero no agregó nada más. Nada de ¡que tal’ o ‘¿Cómo estás?’. Ella sabía que eso era lo mejor.
La boca de Toushirou se torció en un gesto resignado y suspiró.
“Está en el comedor, como siempre” dijo, y Rukia camino directamente a donde le dijo. Encontró a Renji e su sitio del piso.
“Hola.” Le dijo, y Renji apenas la miró “Alístate, nii-sama necesita hablarte. Es importante.”
Renji no se movió en un principio, sentía los ojos pesados. Dificultosamente se incorporo, y anduvo lentamente el camino a su habitación. Se puso ropa limpia y se lavo la cara, y todo esto le tomo más de lo que Rukia hubiera esperado. Las ropas limpias eran gracias al cuidado Toushirou. Rukia mientras observaba a la parejita de semi humanos.
“Ustedes también deben venir”.
“¿Por qué?” inquirió Toushirou, cruzándose de brazos. No quería ver al noble. El dejo morir a Ichigo.
“¿Por favor?” rogo ella con el tono mas preocupado y conciliador que conocía “Es realmente importante.”
Toushirou clavo la mirada en los ojos de ella y suspiró.
“Ok. ¿Vienes, Gin?”
“Ya te lo dije, nunca voy a dejarte ir tan fácilmente,” dijo el zorro, agarrándolo de atrás.
“¡Te dije que la cortaras!” exclamo el gato, retorciéndose en busca de libertad. Renji los miro con tristeza y Toushirou decidió callarse. Casi se olvida…
En su oficina, Byakuya no estaba en su despacho. Miraba por la ventana a las hojas de otoño danzar en el viento.
“Nii-sama,” llamó Rukia “aquí están.”
El grupo entro y saludaron respetuosamente al noble (salvo Gin: él estaba más allá de las convenciones humanas).
“Taichou,” al fin dijo Renji. Su voz mostraba cuán cansado estaba, cuán dolido estaba “¿Qué pasa?”
Byakuya al fin se volvió a verlos. Su cara carecía su frialdad usual, estaba de algún modo… feliz. Le hablo a Renji.
“Recibí un pedido de lo mas inusual acercad e tu persona. La Guardia Real está solicitando tu alistamiento.”
El grupo parpadeó. ¡¿De qué hablaba Byakuya?! ¡¿Se había vuelto loco al fin?!
“Debo decir que tuve la misma reacción que ustedes al recibir esta carta,” agrego el capitán, acercándose a su escritorio y señalando la misiva “pero, no hay error. Nadie más que la familia real usa el sello real. Y lo raro es, sólo miembros del Primer Escuadrón son reclutados por la Guardia Real, pero hay una persona importante está más que interesada en tus servicios.”
Byakuya le dio la carta a Renji, quien la leyó. ¡Era requerido para servir a la Guardia Real! ¿Qué? ¿Por qué?
“Por supuesto, no estás obligado a aceptar. Esta persona desea conocerte primero y dejarte tomar la decisión en tus propios términos. Te espera en casa de Yamamoto-sou Taichou.”
Otra vez silencio. Al fin, habló Rukia: “¡Éste es de verdad un gran honor, Renji! ¡Deberías, al menos, oír que tiene para ofrecerte!”
Renji estaba… sin palabras.
“Pero, no entiendo,” dijo Toushirou “¿para qué nos llamó a nosotros?”
“Esta persona recibió la noticia del incidente, y quiere conocerlos. Por cierto, ¿dónde está el gato azul?”
“Por lo que escuché” dijo Rukia, ruborizándose “Estaba ‘jugando’ con el capitán Zaraki…”
Otra vez silencio, incomodo.
“Ya veo…” Byakuya se volvió a Renji “¿Qué dice, Abarai-fukutaichou?”
Entonces, Renji, al ser llamado por su titulo, reacciono.
“Creo que debería al menos conocer esta persona, no creo que sea lo correcto dejar a una persona de su estatus esperar.”
“Muy buena, y sabia decisión. Debemos irnos, entonces.”
La atemorizante figura del anciano, con su imponente y firme posición era algo que a Renji siempre le disgusta de enfrentar. Este hombre, el Sou-Taichou, exhalaba tal respeto y poder que nadie en su sano juicio lo desafiaría. Bueno, el capitán Zaraki lo hizo, pero él no necesitaba algo tan inútil como la razón.
“Así que, niños, vinieron. Bien.” Dijo.
“Hai!” se inclinaron respetuosamente y Gin solo le dio una sonrisa burlona como saludo. Toushirou lo pateo y le obligo a inclinarse un poco.
“Abarai Renji, Fukitaicho del Sexto escuadrón, has sido invocado. Te ha esperado y le veras en privado en primer instancia.”
“Hai, Yamamoto Sou-Taicho.” Acepto Renji.
Una de los sirvientes guió a Renji a una habitación dentro del lugar. Al fin, la mujer se detuvo frente a una puerta y pidió que esperara. Entró y Renji pudo oír que su nombre fue anunciado, pero la respuesta de la otra persona no llego a oírla. La sirviente salió y dijo:
“Su majestad lo verá ahora. Por favor, recuerde su sitio. No eleve la cabeza si no se lo solicita.”
Dejo a Renji entrar, cerrando la puerta tras él.
Renji se agachó en el suelo, y mantuvo el rostro bajo.
“Soy Abarai Renji, Fukutaichou del Sexto escuadrón” dijo, inusualmente nervioso “Estoy a su servicio.”
Oyó pasos acercársele quietamente, vió una sombra detenerse enfrente de él, y repentinamente sintió ganas de correr.
“¿Desde cuándo sos tan educado?”
¡Esa voz!
Renji levantó la cabeza, olvidando la etiqueta. Frente suyo había un hombre joven, con el cabello zanahoria y ojos chocolate, vistiendo elegante kimono color azul marino.
“¿Ichigo…?”
¡Este no era un nekobito! ¡Era un humano!
“Hola, Renji,” dijo el muchacho, y se agacho frente de él. Renji lo miró sin salir de su sorpresa. El chico le tomo el rostro y lo besó suavemente…
Era el mismo sabor.
“Y otra vez estuviste tomando mucho.”
“Ichigo… ¡bastardo!”
Renji enredó sus brazos alrededor del joven y lo beso rudamente, como si el mundo se viniera abajo. Si esta era una ilusión… ya no le importaba. Empujo al chico de cabello zanahoria al suelo, sin parar de besarlo.
“Sabes igual” dijo cuando lo soltó.
“Besas igual” dijo Ichigo, mirándolo con ojos llenos de amor.
Renji se incorporo un poco, mirando al muchacho.
“¿En verdad, sos vos? ¿No sos otro sueño?”
Ichigo levanto una mano y toco la cara del shinigami.
“Sí, soy yo. Siento mucho dejarte sufrir tanto, pero…”
“Callate” dijo Renji, y lo beso otra vez. Cuando dejo esa deliciosa boca, cubrió la cara de Ichigo con besos ardientes “No quiero saber. No ahora. Ahora solo te quiero a vos.”
Sus manos siguieron los contornos del cuerpo de Ichigo. El chico rió por lo bajo.
“Por supuesto… sos un hombre de acción.”
As manos de Renji separaron las partes del kimono y la suave piel blanca se le volvió a revelar. La saboreó, desde el cuello hasta el ombligo, sintiendo a Ichigo estremecerse bajo sus caricias. El muchacho movió sus manos y libero el cabello de Renji, sintiéndolo entre sus dedos.
“Renji… quiero sentirte contra mi piel.” Susurró. Este hombre siempre lo hacia sentirse así.
Renji se levanto y se deshizo de la parte superior de su uniforme. Ichigo subió sus manos y acaricio el pecho, sintiendo los músculos, y beso y lamio la piel. Tomo un pezón en su boca y o chupó. Renji gruño por lo bajo, moviendo sus manos sobre la espalda del joven, y llegando a sus pantalones, agarrando las nalgas. Sintiendo esto, Ichigo respiro agitadamente, soltando el pezón. El aire fresco sobre la piel húmeda hizo a Renji temblar.
Renji nuevamente estaba dominando. Bajó los pantalones y al fin tuvo a Ichigo desnudo. La erección ya estaba dura, rosa y pulsando, esperando las atenciones de Renji. Y, eso hizo, tomándola entre sus manos y acariciándola, haciendo al chico gemir.
“¡Ren…!” dijo Ichigo, aferrándose de los hombros de Renji. Entonces, el pelirrojo lo tomó en su boca “¡Woah!”
Con la lengua Renji lo lamio y chupó la carne dura. Las palabras de Ichigo se volvieron ininteligibles, con gemidos y exclamaciones de más, las manos tirando de los cabellos de Renji duramente.
Al fin, el cuerpo de Ichigo se tenso y su semilla fue derramada, y Renji la recogió en su boca, saboreándola, atesorándola.
Ichigo yació en el suelo, los ojos cerrados, agitado. Renji lo observó. Tan bello. Se quito los pantalones y los tiro lejos.
Ichigo abrió los ojos para verlo desnudo. Había pasado tanto desde que habían estado juntos por última vez… lo había deseado tanto…
Renji iba a llevarse la mano a la boca, pero Ichigo la agarró y la llevó a la suya. Chupó los dedos, los lamió y le dejó una buena cantidad de saliva en ellos. Renji entonces se movió a su entrada y lo acarició, dejando los dedos entrar uno tras otro. Ichigo volvió a cerrar los ojos; el sentimiento era tan intenso que no podía enfrentar a su amante. Sólo un roce, una caricia en ese lugar tan íntimo, le hacía enloquecer.
“Debes haberme extrañado mucho, para que ya estés otra vez duro.” Dijo Renji, un tinte malicioso y lujuria en la voz.
“Callate…” siseó Ichigo “Ya, metete…”
“¿Qué?” susurró Renji en su oído, haciendo a Ichigo volver a estremecerse “¿Qué dijiste?”
“Sólo… ¡sólo cogeme de una vez!” casi rogó Ichigo, cuando aquellos dedos tocaron su próstata.
“No te voy a coger…”
“¡¿Q-que?!” Ichigo se retorció, sintiendo esa caricia, viendo estrellas.
“Nunca te voy a coger… te voy a hacer el amor…”
Renji le beso el mentón, retirando sus dedos de allí. Tomo una pierna de Ichigo y la puso sobre su hombro y entonces presionó. Era tan caliente y estrecho como recordaba. Delicioso.
“¡Renji!” grito Ichigo, buscando algo a que aferrarse, y termino agarrando su kimono abandonado. Renji lo sujetó de la cintura, y volvió a presionar, más profundo. El calor lo hizo sudar, y la cara de su amante lo enloquecía. “Por favor…”
“¿Qué… Ichi…?”
La voz de Renji salía tras esforzadas exhalaciones.
Ichigo sólo gruñó.
“¿Qué…?” esta vez puso más fuerza. Por alguna razón, necesitaba saber que deseaba expresar Ichigo, aunque hiciera falta arrancárselo.
El chico de cabello naranja abrió los ojos, brillantes de lágrimas de pasión.
“Ámame…”
Renji volvió a empujar con fuerza y más adentro. Sus manos se resbalaban de la piel desnuda, y necesitó agarrarse más fuerte, dejando marcas en la piel.
“¡Ah! ¡Voy a…!”
Ichigo se corrió con fuerza en sus vientres y entonces Renji hizo un último empujón intenso, al fin corriéndose dentro de él. Entonces lo sintió. El mismo olor, como la vez aquella en que hicieron el amor por primera vez. El aroma a bosque y naturaleza. Salió de Ichigo y yacio a su lado, recuperando el aliento, la cabeza de su amante sobre su pecho. Tras unos momentos, Ichigo se compuso lo suficiente como para mover sus manos y acariciar la cara de su amante. Renji se dejó llevar en la dulzura del post sexo, en esas simples caricias llenas de amor.
“Te amo, Renji…”
“Yo también te amo, Ichigo…”
***-**-**
Toushirou vio a Renji irse y un olor conocido le llego a la nariz. Lo había sentido solo una vez.
“Así que, ¿son ellos?” preguntó una voz femenina. El grupo se volvió a ver una hermosa mujer de cabellos naranja y amplia sonrisa, vistiendo elegante kimono. También tenía ojos castaños.
“¡Sos vos!” exclamo Toushirou, casi saltando en su sitio “¡Pero es imposible! ¡Estabas muerta! Él… ¡él te mató!”
La mujer sonrió otra amplia sonrisa, como un amanecer.
“Hola, Toushirou-kun. Creo que nunca nos presentamos debidamente. Me llamo Masaki Kurosaki, y soy la madre de Ichigo.”
“¿La mamá de Ichigo? ¿Desea cobrarse venganza de nosotros?” pregunto Rukia. La mujer la miro con amabilidad.
“No, chicos. Vine porque Ichigo quería verlos a todos un montón, y para terminar de echar luz en este asunto.”
¿Qué? Esta Ichigo vivo?” ansiosamente pregunto Toushirou.
“No, está muerto.” Repuso ella.
La esperanza se desvaneció en el corazón del gato blanco.
“Creo que es un tema que debe hablarse en otro lugar.” Dijo Yamamoto y llamo a sus sirvientes “Llévenlos al patio y sirvan el té. Tienen mucho de qué hablar.”
Sólo cuando el té estuvo listo, Toushirou la miro con ojos llenos de desesperación.
“Así que, ¿Ichigo está muerto?”
“Sí, y yo también. Pero soy como los shinigamis, un alma dentro de la manifestación de mi energía.”
“¿E Ichigo?” dijo Rukia.
“Lo mismo. Verán, todos los nekobito son seres que carecen de un alma compleja como la humana. Viven y mueren y reviven, y dependiendo de su ‘evolución’, como podría decirse, se vuelven humanos o gatos corrientes. La mayor parte de los gatos callejeros de Soul Society son almas de nekobitos. Pero tú e Ichigo son distintos. Tienen un alma que no es ni humana o felina, así que, al morir, solo un aparte del alma se pierde. La parte salvaje y animal de Ichigo murió entonces, pero la humana permaneció. Sólo tuve que llamarlo.”
“¿Y usted?” inquirió Gin “Estabas muerta. ¿Cómo es que estas acá? No eres shinigami.”
“Buenos, verán,” dijo ella “Yo era una princesa de la corte en el pasado. Aizen, de algún modo, tomó mi alma y la puso en un cuerpo humano, antes de que si plan fuera descubierto y su zanpakutou sellada. Crecí como una humana común, y me hizo encontrar con el nekobito que fue padre de Ichigo. Quería saber si una cruza semejante le podía dar una llave al trono. Y casi lo consigue, pero no esperó que el amor tuviera tal poder.”
Toushirou la oyó en silencio. Algo no cuadraba.
“Si Ichigo estaba bien, ¿por qué no dijeron algo antes? ¡Estábamos muy tristes y preocupados por él!”
“Porque no quería que regresara, ¿verdad?” pregunto Byakuya, y todos lo miraron “Esperaba que olvidara su vida como semi humano, y se volviera un príncipe de la corte. Pero se olvidó de cuán profundamente Ichigo ama a Renji.”
Masaki calló un momento.
“Sí, está en lo correcto, Byakuya Kuchiki.” Dijo ella al fin “Tratamos de borrar sus recuerdos, y cada vez que nos creímos victoriosos, unos pocos días después empezaba a recordar, y a preguntar por Renji y sus amigos. No había forma de borrar esas memorias, porque los lazos que los unen son más fuertes que la vida, o la muerte.”
“Ichigo está con Renji, ¿no?” dijo Gin, ignorando la mirada que le lanzo Toushirou.
“Por supuesto.”
“¿Qué desea de nosotros?” pregunto Toushirou, antes de que Gin volviera a abrir la boca.
“Bueno, Ichigo nunca te abandonaría, Toushirou. Te ama como un hermano, y creo que puedes tener una buena vida con nosotros, te llevarías bien con Yuzu y Karin, las hermanitas de Ichigo, y mis mellizas. Todos podemos ser una familia. Y también, quería agradecerles a todos, el haber cuidado de mi hijo por todo este tiempo. Estoy realmente agradecida.”
“Nos honra.” Dijo Byakuya, inclinándose frente a ella.
“Los dos son bienvenidos.” Dijo Masaki, esta vez mirando a Gin.
Gin miro a Toushirou a su vez, y vio el conflicto interior del joven gato. Todo era demasiado fácil, muy simple. Y también sabía que en tal familia no había lugar para él.
“Me parece que voy a dar una vuelta, me canse de estar tanto sentado.” Dijo y en un flash, desapareció.
“¡Gin, esperá!” fue todo lo que Toushirou pudo decir, pero el zorro ya se había ido. ¿Qué fue eso?
“Deberías ir tras él” le susurro Rukia, pero Toushirou sacudió la cabeza.
“No, ¡primero quiero ver a Ichi!”
**-***-**
Después de que Ichigo le contara lo mismo a Renji, el shinigami pelirrojo le acaricio el cuerpo. Aun no lo podía creer. ¿En verdad tendrían un final feliz?
“Renji…” la voz de Ichigo seguía embriagada.
“¿Mn?” Renji levanto una ceja, y lo miró, sin dejar de acariciarlo. Oh, cuan sexy se veía el muchacho de cabello zanahoria así, ruborizado, despeinado, esperando por más.
“¿Vendrás conmigo?”
Renji detuvo sus caricias y clavo los ojos en los del otro. Si, era una gran decisión, el dejar todo atrás por la persona amada. ¿Cuántas veces oímos “hago cualquier cosa por amor”? Pero no era algo tan sencillo de hacer. Había muchas cosas que pesar: tenía una vida aquí, en la Soul Society, amigos y camaradas que extrañaría muchísimo, una vida establecida, rutina. Si iba con Ichigo, todo eso quedaría atrás, y algo completamente nuevo comenzaría de cero, y lo asustaba. Y a pesar de que quería gritar “sí”, eso no salía fácilmente de sus labios.
Pero Ichigo seguía esperando por su respuesta. Renji tuvo que apartar la mirada y suspiró.
“N… no lo sé, Ichigo...”
Ichigo no estaba triste. Era una respuesta esperable, después de todo, le estaba pidiendo a Renji dejar todo lo que tenia y venir con él a un mundo desconocido. Aun como un sirviente de la Familia Real, que era, ciertamente, gran honor, sabía que no era una decisión sencilla de tomar.
“Entiendo.” Dijo, y se colgó de Renji, buscando sus labios. El beso no quería resultar tan desesperado, peor sabio así.
“De… debemos ir a ver a los otros… siguen esperando.” Dijo Ichigo.
“Si, deberíamos ir…”
Lentamente, fueron al pequeño baño y se limpiaron. Se pusieron la ropa y ayudaron al otro a verse lo mas pulcro posible. Era como si fueran una pareja de recién casados, y ese pensamiento hizo a Ichigo tener una sonrisa tonta en sus labios. Renji lo notó y le preguntó.
“Es como si estuviéramos casados.” Dijo simplemente, enredando sus dedos en los de Renji. Renji se ruborizó y lo besó tiernamente en los labios.
“Sí.”
Caminaron de la mano hasta llegar al jardín. Cuando Rukia los vio, salto y abrazó al ex nekobito, tocándole la cabeza, para comprobar que las orejas ya no estaban. Toushirou, un poco vacilante primero, también abrazó a su hermano, con lágrimas en el borde de los ojos. Byakuya, por su parte, se inclino elegantemente frente de Ichigo.
“Un honor volver a verlos, príncipe Kurosaki.”
“Por favor,” dijo Ichigo, ruborizándose otro poco “sólo Ichigo, Kuchiki-san.”
“Como desee, Ichigo-san.”
“¡Vaya! ¡Debes estar contento, Renji!” dijo Rukia, golpeando a su amigo “¡Te enganchaste a un príncipe!”
“Callate” dijo él.
Rukia, más rápida que la luz, vio el problema y aparto a Renji.
“¿Qué pasa?”
“¿Eh”
“No te hagas el tonto. ¿No estás feliz de que Ichigo volvió, y te pide que estés a su lado? ¡Ahora pueden estar juntos! ¡No me digas que te acobardaste!”
“Yo… ¿Qué hay de vos y los otros?”
“¡¿De que hablás, tarado?! ¡Debes pensar en vos y tu felicidad! Estamos bien, así que dejá de preocuparte. Anda con él, sé feliz, voltéatelo como si no hubiera mañana, o lo que hagan, ¡pero no lo dejes ir!”
Ella se dio vuelta, ocultando la cara para que no la viera llorar.
“¡No lo dejes ir, o nunca te lo perdono!”
Renji estaba callado, mirando su espalda. Sabía que ella lloraba, pero debía decidirse. Rukia estaba en lo correcto, tenía una oportunidad de ser feliz.
“Gracias, Rukia.” Le dijo, besándole la parte superior de la cabeza.
“Sólo sé feliz, ¿estamos, tarado?” ella agradeció a los cielos de que no pudiera ver su cara ruborizada.
Mientras, Ichigo habló con Toushirou.
“¿Y el zorro?”
Toushirou estaba tan contento de ver que Ichigo estaba bien, que casi olvidó a Gin.
“Él… dijo que iba a dar una vuelta.”
“Oh…”
Caminaron apartados del grupo, para tener más privacidad.
“Te ves bien así.”
Toushirou se puso colorado.
“¡No lo soy! ¡Lo odio!” chillo el gato blanco, con la cola levantada e inflada, la orejas puntudas hacia atrás y ceño fruncido. Era algo más allá de ‘lindo’. “¡Esto lo hace tocarme y agarrarme, y siempre me está molestando porque dice que soy lindo! ¡No lo soy!”
El gato dió un pisotón e Ichigo rió. Toushirou le clavó la mirada.
“Te gusta.”
Toushirou palideció.
“¿Qué…?”
“Te gusta mucho. O no estarías refunfuñando tanto sobre él, porque solo hablas mal de aquellos que te gustan.”
“Nunca hable mal de vos.”
“Ya sé. Me refiero a los que te gustan de forma diferente al amor fraterno.”
“Ichigo, sabés que no estoy listo.”
“No dije eso. Pero debés aceptarlo, porque a pesar de que lo niegues, ya no sos un niño, Toushirou. Aceptate, y aceptalo. Si te gusta, estoy seguro de que algo bueno debe tener.”
Toushirou pateo una piedra, y su cola ladeo.
“No va a ir, a donde vos vivís ahora. Quiere ir al bosque…”
“¿Y vos?”
“No sé…”
Ichigo trajo al pequeño nekobito a sus brazos y lo abrazó. El gatito se sonrojo peor.
“Está bien, sabes. Debes ir donde diga tu corazón.”
Toushirou asintió. ¿Por qué era esto tan difícil?
“Ichigo, debemos entrar, ¡ya se sirve la cena!” llamo Masaki.
“¡Vamos!” sonrió Ichigo, como no había hecho en mucho tiempo.
******
Después de la cena, apareció Urahara. Renji se altero un poco, pero la mirada que le dio Ichigo le quito duda alguna que tuviera. Fue a hablar en privado con el tendero en el patio.
“Así que, todo se arregló al final,” dijo Urahara tras un momento de silencio, dibujando con la punta de su bastón en la tierra. La luna creciente estaba alta en un cielo cuajado de estrellas.
“Sí.” Ichigo sintió un rubor subirle a la cara. Después de todo, no cualquier día naces nekobito, te enamorás, sos usado como herramienta y morís, sólo para despertar y descubrirte príncipe. “Quería decirte que estoy agradecido por lo que hiciste por nosotros. Pero me mentiste, supiste que era todo el tiempo.”
Urahara lo miro con una media sonrisa.
“Sí, ¿y?”
Ahí estaba. Esa sonrisa sarcástica, que lo enervaba. Y aun así, Ichigo estaba seguro que la iba a extrañar terriblemente.
“¿Por qué no dijiste nada al respecto?”
“Había tantas chances de que regresaras como humano así como a gato tras tu muerte como nekobito. No quise darte falsas esperanzas hasta que estuve seguro, y se me ordeno mantener en secreto lo que sabía de tus orígenes.”
Ichigo se cruzo de brazos.
“¿Acosarme era parte del show?” pregunto, arqueando una ceja.
“Por supuesto que no. Realmente te amo, chico.”
Ichigo se quedo helado, nunca esperó semejante respuesta, tan directa. En ese momento, Urahara sonrió sinceramente, y lo miro directamente a los ojos.
“Pero lo entiendo.”
Ichigo entonces sonrió.
“Gracias.”
Finally you have found something perfect and
Finally you have found… yourself.
With me…
Finalmente encontraste algo perfecto y
finalmente… te encontraste a ti mismo.
finalmente… te encontraste a ti mismo.
Conmigo…
****=^..^=****
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