Gekkouha
La flor de la luz de la luna
Escrito por: Maru de Kusanagi
Disclaimer: Bleach y todos sus personajes no me pertenecen. Ojala fueran míos. Esto está escrito por una fan para otros fans, y no pretende ofender a nadie.
Advertencias del capítulo: yaoi, parejas extrañas, flurry, universo alternativo y escritora loca. Abuso de drogas. Acento rioplatense.
Parejas: principalmente Renji/Ichigo, pero habrán más (irán apareciendo a lo largo de los capítulos, si leyeron la versión en inglés, ya deben saber).
Clasificación: M (habrá lemons).
Nota: en este capítulo empieza la historia posta, posta. Los primeros habían sido escritos en noviembre de 2009 y recién la retomé en enero de 2010, por ello hay un gran cambio en el tono de la historia (en realidad nunca pensaba en terminarla o siquiera postearla), y muchos guiños al verano argentino (¡que llegó a ser de más de 40º C!). Además de que había empezado esto sin pensarlo mucho... el final ni siquiera estaba considerado... mi intención fue mantener un poco de la actitud de Ichigo tal cual como en el manga, pero creo que poco conseguí de eso...
~Terminología para esta historia~
Semi-humano: una persona mitad animal, como los nekobito.
Neko: gato en japonés.
Nekobito: significaría algo así como “persona gato”, y es la unión de las palabras japonesas “neko” y “hito” (persona), y es una palabra que inventé.
CAPÍTULO 3:
Dos días después de la charla que había tenido con Urahara, Ichigo todavía no tenía sus sentimientos definidos y tampoco podía enfrentar a Renji al respecto. Por suerte para él, a la mañana siguiente de aquel día encontró una nota en la puerta, diciendo que Renji había sido designado a una misión y que iba a estar fuera por algunos días. Podía entrar a la casa y ver que todo estuviera en orden, pero, sin Renji, no tenía ganas de hacer nada, aun cuando no habían sido íntimos ni nada.
Así que esa mañana, no tomo el camino de costumbre a la casa del pelirrojo, tomo un desvío que usualmente evitaba porque atravesaba un lugar donde seguramente conseguirías la atención de personas indeseables, especialmente en la mañana temprano. Allí, podías ver la figuras quietas de varios chicos que envenenaban sus cuerpos con esa porquería llamada PACO (1), yaciendo en las calles. Ichigo sabia cuan mala era esa porquería, y por ello siempre la evito cuando todavía era otra rata callejera. Quería vivir, y proteger a Toushirou. Pero, molesto como estaba en ese momento, no había prestado atención a dónde sus pies lo llevaban.
Tres hombres le cortaron el paso al frente, otros dos a sus lados y otros tres a su espalda. Ichigo no era cobarde y era muy consciente de su propia fuerza. Lidiar con ocho tipos no era fácil, pero no era algo que tampoco pudiera hacer.
“Gato, ¿te perdiste?”
“¿O te echaron a la calle?”
“No, está demasiado limpio. Seguro tiene dueño.”
Ichigo los miro y estiro los brazos. Hacía rato que no tenía una buena pelea...
Un veloz golpe con el codo a derecha en el estomago, un puñetazo al rostro al frente, esquivo un puño a sus espaldas, una patada a la izquierda y salto a un lado. El primer tipo estaba sin aire y cayó al suelo, el otro se sostenía una nariz sangrante con las manos y los otros seis venían por él. Uno lo agarró de la espalda, conteniendo sus movimientos, mientras otro venía a pegarle a la cara. Ichigo lo apartó con una patada, pero no pudo evitar otro golpe al estómago, que fue acompañado por otro golpe en su cara. Pudo saborear la sangre en la boca, como tantas veces en el pasado. Reaccionó golpeando con la cabeza a su captor, quien lo soltó, mareado. Ichigo sintió la cabeza pesada, pero no podía dejar que su cuerpo le fallara. Todavía había cinco de los cuales ocuparse...
Entonces, perdió la consciencia. Sabía que su cuerpo se movía, atacaba y reaccionaba, pero era algo que no registraba. Dejó que sus instintos se ocuparan, y sólo se detuvo cuando no vió más movimientos a su alrededor.
Miró sus manos: raspadas y sangrantes, si Urahara o Toushirou lo veían así, se iba a meter en problemas. Tenía prohibido pelear en las calles (y disfrutarlo), ¡Urahara seguro lo iba a encadenar a la mesa por al menos una semana! Ichigo lamió la sangre de sus manos, tratando de limpiarlas. Necesitaba estar limpio, y no quería ir a lo de Renji si él no estaba allí. Cuando las manos ya estaban limpias de la sangre (pero el olor persistía), empezó a caminar. Después de andar por unos 20 minutos, su nariz detecto un aroma familiar.
A pesar de ser una persona acostumbrada a controlar sus emociones, no pudo evitar mostrar sorpresa al hallar al gato naranja en su puerta, todo golpeado, sucio y desmañado. Byakuya Kuchiki sabía que Ichigo era muy temperamental por su juventud, pero nunca esperó verlo así. El gato le explicó que, mientras iba a su trabajo, fue atacado por unas ratas callejeras y había conseguido escapar, pero, como no quería que su amo y hermanito se alteraran, se alejó buscando un lugar para arreglarse.
Byakuya lo dejó entrar, y llamó a sus sirvientes a preparar el baño y algunas ropas limpias para el chico. Ichigo estaba seguro de que esto le iba a costar, pero nunca espero cuan alto seria el precio a pagar.
Después de bañarse, Ichigo vistió un suave yukata que le habían dejado los sirvientes.
“¿Ya estás listo?”
Ichigo se volvió a ver el origen de la voz. Era otro gato, joven como él, solo que con cola y orejas negras. Tenía ojos profundamente azules tras unos lentes de horma cuadrada y vestía ropas blancas (2). Cargaba una pequeña caja. El gato negro cerró la puerta detrás de él y se acerco a Ichigo.
“Me llamo Uryu. Mi Amo me ordenó que te revise las heridas antes de llevarte ante él.”
“Soy Ichigo, un gusto-“
“¿Dónde estás herido?” le corto Uryu, abriendo la caja. Era un kit de primeros auxilios.
“¡Ay! Che, ¡tené cuidado!” chillo Ichigo cuando Uryu le agarró el brazo con fuerza.
“Si no me decís,” Ichigo vio el odio en aquellos ojos azules, ¿por qué lo odiaba tanto este gato? “necesito tocarte, entonces.” Fue toda la respuesta que dio el gato negro.
Sip, ¡definitivamente este lo odiaba!
Un denso silencio cayó entre los dos, sólo cortado por las cortas preguntas de Uryu (‘¿dónde?’ ‘¿Y aquí?’), y las respuestas monosilábicas de Ichigo (‘si’, ‘no’). El gato negro hizo un buen trabajo, a pesar de todo: limpió las heridas y vendó aquellas que lo necesitaban.
“Ya estás listo.” Dijo Uryu, cerrando el kit y poniéndolo a un lado “Mi Amo te espera en su estudio.”
Fue entonces que el gato naranja percibió el gran sentido de posesión que el negro tenía en la voz cuando decía “mi Amo”. Este gato estaba... celoso.
“Seguime.”
Ichigo caminó tras Uryu, admirando el paso elegante del gato negro al moverse. Debía ser alguna raza seleccionada, criada exclusivamente para un dueño noble. Ichigo miró alrededor, y notó lo lujoso del lugar, nunca había pisado un lugar semejante. Uryu se detuvo delante de una puerta.
“Aquí.”
“Gracias-“
“No necesito tu gratitud.”
Antes de que Ichigo pudiera replicarle por su rudeza, Uryu lo ignoró y los anunció. La elegante voz de Byakuya les invito a pasar.
Byakuya estaba sentado en el suelo, frente a una tradicional mesa japonesa. Su largo cabello negro estaba suelto, acentuando sus atractivas facciones.
“Acércate y siéntate, Ichigo. Uryu, sirve el té.”
Ichigo obedeció y miró como Uryu echaba el agua caliente en la taza y se la daba elegantemente a su Amo, y la mirada de absoluto amor en los ojos del gato. Aún él, siendo bastante ingenuo en esas cosas, podía verlo. Uryu echó agua en otra taza y se la dio a Ichigo.
“Gracias. Déjanos solos, tenemos cosas que discutir.”
“Si, Byakuya-sama.”
Uryu dejó la habitación, no sin olvidar echarle otra mirada dura a Ichigo. E Ichigo lo entendía: era un invasor. Era un extraño en su territorio, y Uryu le decía con su ruda actitud que no lo quería allí. El sentido de posesión a su Amo, las miradas rudas, la manera amorosa (no había otra forma de describirla) en que atendía a su Amo se lo gritaba. E Ichigo entendía que era muy egoísta al venir a su casa sin siquiera considerar lo que su presencia podía causar.
“Quisiera darle las gracias, Kuchiki-san, por su ayuda. Y siento mucho los problemas causados.”
“No es un problema. Pero me gustaría saber porqué alguien como tu estaba en esa área cuando la casa de mi teniente está del otro lado, y cuando desde la casa de tu Amo hay un camino más corto.” Byakuya bebió tranquilamente su té, mirando directamente a los ojos de Ichigo. El gato naranja no pudo evitar mostrar su nerviosismo al mover la cola de lado a lado.
“Me perdí... estaba pensando en otra cosa y, antes de darme cuenta, estaba rodeado.”
Byakuya puso la taza en la mesa.
“Tu té se va a enfriar.”
“Perdón.” Ichigo bebió.
“Escuché de tu Amo que has llegado a tu celo, y parece que no te interesa tener descendencia. ¿Ya elegiste el hombre que te gusta?”
Ichigo casi se ahogo: ¡Urahara le había dicho eso a Byakuya! ¡Quería matarlo! Pero, de nuevo, estaba en deuda con Urahara, así que, si deseaba venderlo, estaría de acuerdo en ello.
“Bueno... sí....” su cola ladeó nerviosamente “... pero no estoy seguro todavía.”
Byakuya lo atravesó con la mirada. Si había algo que odiaba, eran las mentiras.
“Y me contó que te gusta Abarai.”
Ichigo sintió que había sido descubierto haciendo algo mal. Así que decidió ser lo más sincero que pudiera.
“Me... gusta. No quería decirle, porque sé que pude resultar insultante a una persona de su estatus que elija antes a alguien de un rango inferior. Y eso no era algo que buscaba hacer.”
Byakuya bebió otro trago de su té.
“Debo admitir que es un poco desagradable. Nunca solicité un contrato de exclusividad contigo, pero pensaba en la posibilidad de hacerlo. Pero, ya teniendo un gato macho, pensé en llevarte a otro lugar, porque conozco cuán territoriales son los gatos.”
“Uryu parece un buen gato...”
“Él es... mi esposa y yo no pudimos tener hijos... ella lo escogió cuando tenía alrededor de cinco años. Después de que murió, no pude abandonarlo, y él no quiso irse, así que lo deje quedarse. Siempre fue muy obediente y silencioso. Pero, con el tiempo, perdimos la manera de conectarnos el uno con el otro, y cuando te vi, recordé la forma en que sus ojos brillaban cuando era un niño.”
Byakuya calló. Ichigo siempre supo que éste era un hombre que se sentía muy solo. Eso era algo que nunca entendía de los humanos, se deseaban uno al otro y, aún así, nunca actuaban de acuerdo a su deseo. Especialmente los shinigamis, vivían tanto y tendían a pensar tanto las cosas, que tampoco actuaban por su deseo. Porque sabía que Uryu amaba a su Amo, y no deseaba nada más que estar con él, y, escuchando a Byakuya, contarle como el gato negro vino a vivir con él, que tenía un conflicto interno con desear a un gato. El problema en sí no era desear un gato, la cosa era desear a éste gato en particular.
Viendo esto, Ichigo estaba seguro que no iba a esperar eternamente a ver si Renji lo quería o no. Iba, al menos, estar con él una vez.
“Una conexión como esa nunca se pierde, Kuchiki-san.”
1: ‘PACO’ es una droga real, conocida también como “pasta base”, y demasiado común en la Argentina. Usualmente se fuma y es la peor mierda que te podes meter al cuerpo, por favor, nunca lo hagas. Sus adictos son llamados “PAQUEROS” o “PAQUERITOS” (dependiendo de la edad, hay chicos muy jóvenes metidos, y de todo estrato social)
2: Para la imagen que tengo de neko! Uryu deberían buscar el doushinji “Lovely secret” (Ichigo/Uryu) del circulo Velvet-Heaven. ¡Me encanta la forma en que retratan a Uryu! Sé que se puede encontrar al inglés en un sitio llamado DANGEROUS PLEASURES, pero yo lo conseguí en otro lado... la portada de este doushinji está disponible en la galería.
La flor de la luz de la luna
Escrito por: Maru de Kusanagi
Disclaimer: Bleach y todos sus personajes no me pertenecen. Ojala fueran míos. Esto está escrito por una fan para otros fans, y no pretende ofender a nadie.
Advertencias del capítulo: yaoi, parejas extrañas, flurry, universo alternativo y escritora loca. Abuso de drogas. Acento rioplatense.
Parejas: principalmente Renji/Ichigo, pero habrán más (irán apareciendo a lo largo de los capítulos, si leyeron la versión en inglés, ya deben saber).
Clasificación: M (habrá lemons).
Nota: en este capítulo empieza la historia posta, posta. Los primeros habían sido escritos en noviembre de 2009 y recién la retomé en enero de 2010, por ello hay un gran cambio en el tono de la historia (en realidad nunca pensaba en terminarla o siquiera postearla), y muchos guiños al verano argentino (¡que llegó a ser de más de 40º C!). Además de que había empezado esto sin pensarlo mucho... el final ni siquiera estaba considerado... mi intención fue mantener un poco de la actitud de Ichigo tal cual como en el manga, pero creo que poco conseguí de eso...
~Terminología para esta historia~
Semi-humano: una persona mitad animal, como los nekobito.
Neko: gato en japonés.
Nekobito: significaría algo así como “persona gato”, y es la unión de las palabras japonesas “neko” y “hito” (persona), y es una palabra que inventé.
***=^..^=***
CAPÍTULO 3:
Dos días después de la charla que había tenido con Urahara, Ichigo todavía no tenía sus sentimientos definidos y tampoco podía enfrentar a Renji al respecto. Por suerte para él, a la mañana siguiente de aquel día encontró una nota en la puerta, diciendo que Renji había sido designado a una misión y que iba a estar fuera por algunos días. Podía entrar a la casa y ver que todo estuviera en orden, pero, sin Renji, no tenía ganas de hacer nada, aun cuando no habían sido íntimos ni nada.
Así que esa mañana, no tomo el camino de costumbre a la casa del pelirrojo, tomo un desvío que usualmente evitaba porque atravesaba un lugar donde seguramente conseguirías la atención de personas indeseables, especialmente en la mañana temprano. Allí, podías ver la figuras quietas de varios chicos que envenenaban sus cuerpos con esa porquería llamada PACO (1), yaciendo en las calles. Ichigo sabia cuan mala era esa porquería, y por ello siempre la evito cuando todavía era otra rata callejera. Quería vivir, y proteger a Toushirou. Pero, molesto como estaba en ese momento, no había prestado atención a dónde sus pies lo llevaban.
Tres hombres le cortaron el paso al frente, otros dos a sus lados y otros tres a su espalda. Ichigo no era cobarde y era muy consciente de su propia fuerza. Lidiar con ocho tipos no era fácil, pero no era algo que tampoco pudiera hacer.
“Gato, ¿te perdiste?”
“¿O te echaron a la calle?”
“No, está demasiado limpio. Seguro tiene dueño.”
Ichigo los miro y estiro los brazos. Hacía rato que no tenía una buena pelea...
Un veloz golpe con el codo a derecha en el estomago, un puñetazo al rostro al frente, esquivo un puño a sus espaldas, una patada a la izquierda y salto a un lado. El primer tipo estaba sin aire y cayó al suelo, el otro se sostenía una nariz sangrante con las manos y los otros seis venían por él. Uno lo agarró de la espalda, conteniendo sus movimientos, mientras otro venía a pegarle a la cara. Ichigo lo apartó con una patada, pero no pudo evitar otro golpe al estómago, que fue acompañado por otro golpe en su cara. Pudo saborear la sangre en la boca, como tantas veces en el pasado. Reaccionó golpeando con la cabeza a su captor, quien lo soltó, mareado. Ichigo sintió la cabeza pesada, pero no podía dejar que su cuerpo le fallara. Todavía había cinco de los cuales ocuparse...
Entonces, perdió la consciencia. Sabía que su cuerpo se movía, atacaba y reaccionaba, pero era algo que no registraba. Dejó que sus instintos se ocuparan, y sólo se detuvo cuando no vió más movimientos a su alrededor.
Miró sus manos: raspadas y sangrantes, si Urahara o Toushirou lo veían así, se iba a meter en problemas. Tenía prohibido pelear en las calles (y disfrutarlo), ¡Urahara seguro lo iba a encadenar a la mesa por al menos una semana! Ichigo lamió la sangre de sus manos, tratando de limpiarlas. Necesitaba estar limpio, y no quería ir a lo de Renji si él no estaba allí. Cuando las manos ya estaban limpias de la sangre (pero el olor persistía), empezó a caminar. Después de andar por unos 20 minutos, su nariz detecto un aroma familiar.
***=^..^=***
A pesar de ser una persona acostumbrada a controlar sus emociones, no pudo evitar mostrar sorpresa al hallar al gato naranja en su puerta, todo golpeado, sucio y desmañado. Byakuya Kuchiki sabía que Ichigo era muy temperamental por su juventud, pero nunca esperó verlo así. El gato le explicó que, mientras iba a su trabajo, fue atacado por unas ratas callejeras y había conseguido escapar, pero, como no quería que su amo y hermanito se alteraran, se alejó buscando un lugar para arreglarse.
Byakuya lo dejó entrar, y llamó a sus sirvientes a preparar el baño y algunas ropas limpias para el chico. Ichigo estaba seguro de que esto le iba a costar, pero nunca espero cuan alto seria el precio a pagar.
Después de bañarse, Ichigo vistió un suave yukata que le habían dejado los sirvientes.
“¿Ya estás listo?”
Ichigo se volvió a ver el origen de la voz. Era otro gato, joven como él, solo que con cola y orejas negras. Tenía ojos profundamente azules tras unos lentes de horma cuadrada y vestía ropas blancas (2). Cargaba una pequeña caja. El gato negro cerró la puerta detrás de él y se acerco a Ichigo.
“Me llamo Uryu. Mi Amo me ordenó que te revise las heridas antes de llevarte ante él.”
“Soy Ichigo, un gusto-“
“¿Dónde estás herido?” le corto Uryu, abriendo la caja. Era un kit de primeros auxilios.
“¡Ay! Che, ¡tené cuidado!” chillo Ichigo cuando Uryu le agarró el brazo con fuerza.
“Si no me decís,” Ichigo vio el odio en aquellos ojos azules, ¿por qué lo odiaba tanto este gato? “necesito tocarte, entonces.” Fue toda la respuesta que dio el gato negro.
Sip, ¡definitivamente este lo odiaba!
Un denso silencio cayó entre los dos, sólo cortado por las cortas preguntas de Uryu (‘¿dónde?’ ‘¿Y aquí?’), y las respuestas monosilábicas de Ichigo (‘si’, ‘no’). El gato negro hizo un buen trabajo, a pesar de todo: limpió las heridas y vendó aquellas que lo necesitaban.
“Ya estás listo.” Dijo Uryu, cerrando el kit y poniéndolo a un lado “Mi Amo te espera en su estudio.”
Fue entonces que el gato naranja percibió el gran sentido de posesión que el negro tenía en la voz cuando decía “mi Amo”. Este gato estaba... celoso.
“Seguime.”
Ichigo caminó tras Uryu, admirando el paso elegante del gato negro al moverse. Debía ser alguna raza seleccionada, criada exclusivamente para un dueño noble. Ichigo miró alrededor, y notó lo lujoso del lugar, nunca había pisado un lugar semejante. Uryu se detuvo delante de una puerta.
“Aquí.”
“Gracias-“
“No necesito tu gratitud.”
Antes de que Ichigo pudiera replicarle por su rudeza, Uryu lo ignoró y los anunció. La elegante voz de Byakuya les invito a pasar.
Byakuya estaba sentado en el suelo, frente a una tradicional mesa japonesa. Su largo cabello negro estaba suelto, acentuando sus atractivas facciones.
“Acércate y siéntate, Ichigo. Uryu, sirve el té.”
Ichigo obedeció y miró como Uryu echaba el agua caliente en la taza y se la daba elegantemente a su Amo, y la mirada de absoluto amor en los ojos del gato. Aún él, siendo bastante ingenuo en esas cosas, podía verlo. Uryu echó agua en otra taza y se la dio a Ichigo.
“Gracias. Déjanos solos, tenemos cosas que discutir.”
“Si, Byakuya-sama.”
Uryu dejó la habitación, no sin olvidar echarle otra mirada dura a Ichigo. E Ichigo lo entendía: era un invasor. Era un extraño en su territorio, y Uryu le decía con su ruda actitud que no lo quería allí. El sentido de posesión a su Amo, las miradas rudas, la manera amorosa (no había otra forma de describirla) en que atendía a su Amo se lo gritaba. E Ichigo entendía que era muy egoísta al venir a su casa sin siquiera considerar lo que su presencia podía causar.
“Quisiera darle las gracias, Kuchiki-san, por su ayuda. Y siento mucho los problemas causados.”
“No es un problema. Pero me gustaría saber porqué alguien como tu estaba en esa área cuando la casa de mi teniente está del otro lado, y cuando desde la casa de tu Amo hay un camino más corto.” Byakuya bebió tranquilamente su té, mirando directamente a los ojos de Ichigo. El gato naranja no pudo evitar mostrar su nerviosismo al mover la cola de lado a lado.
“Me perdí... estaba pensando en otra cosa y, antes de darme cuenta, estaba rodeado.”
Byakuya puso la taza en la mesa.
“Tu té se va a enfriar.”
“Perdón.” Ichigo bebió.
“Escuché de tu Amo que has llegado a tu celo, y parece que no te interesa tener descendencia. ¿Ya elegiste el hombre que te gusta?”
Ichigo casi se ahogo: ¡Urahara le había dicho eso a Byakuya! ¡Quería matarlo! Pero, de nuevo, estaba en deuda con Urahara, así que, si deseaba venderlo, estaría de acuerdo en ello.
“Bueno... sí....” su cola ladeó nerviosamente “... pero no estoy seguro todavía.”
Byakuya lo atravesó con la mirada. Si había algo que odiaba, eran las mentiras.
“Y me contó que te gusta Abarai.”
Ichigo sintió que había sido descubierto haciendo algo mal. Así que decidió ser lo más sincero que pudiera.
“Me... gusta. No quería decirle, porque sé que pude resultar insultante a una persona de su estatus que elija antes a alguien de un rango inferior. Y eso no era algo que buscaba hacer.”
Byakuya bebió otro trago de su té.
“Debo admitir que es un poco desagradable. Nunca solicité un contrato de exclusividad contigo, pero pensaba en la posibilidad de hacerlo. Pero, ya teniendo un gato macho, pensé en llevarte a otro lugar, porque conozco cuán territoriales son los gatos.”
“Uryu parece un buen gato...”
“Él es... mi esposa y yo no pudimos tener hijos... ella lo escogió cuando tenía alrededor de cinco años. Después de que murió, no pude abandonarlo, y él no quiso irse, así que lo deje quedarse. Siempre fue muy obediente y silencioso. Pero, con el tiempo, perdimos la manera de conectarnos el uno con el otro, y cuando te vi, recordé la forma en que sus ojos brillaban cuando era un niño.”
Byakuya calló. Ichigo siempre supo que éste era un hombre que se sentía muy solo. Eso era algo que nunca entendía de los humanos, se deseaban uno al otro y, aún así, nunca actuaban de acuerdo a su deseo. Especialmente los shinigamis, vivían tanto y tendían a pensar tanto las cosas, que tampoco actuaban por su deseo. Porque sabía que Uryu amaba a su Amo, y no deseaba nada más que estar con él, y, escuchando a Byakuya, contarle como el gato negro vino a vivir con él, que tenía un conflicto interno con desear a un gato. El problema en sí no era desear un gato, la cosa era desear a éste gato en particular.
Viendo esto, Ichigo estaba seguro que no iba a esperar eternamente a ver si Renji lo quería o no. Iba, al menos, estar con él una vez.
“Una conexión como esa nunca se pierde, Kuchiki-san.”
***=^..^=***
1: ‘PACO’ es una droga real, conocida también como “pasta base”, y demasiado común en la Argentina. Usualmente se fuma y es la peor mierda que te podes meter al cuerpo, por favor, nunca lo hagas. Sus adictos son llamados “PAQUEROS” o “PAQUERITOS” (dependiendo de la edad, hay chicos muy jóvenes metidos, y de todo estrato social)
2: Para la imagen que tengo de neko! Uryu deberían buscar el doushinji “Lovely secret” (Ichigo/Uryu) del circulo Velvet-Heaven. ¡Me encanta la forma en que retratan a Uryu! Sé que se puede encontrar al inglés en un sitio llamado DANGEROUS PLEASURES, pero yo lo conseguí en otro lado... la portada de este doushinji está disponible en la galería.
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