Gekkouha
La flor de la luz de la luna
Escrito por: Maru de Kusanagi
Disclaimer: Bleach y todos sus personajes no me pertenecen. Ojala fueran míos. Esto está escrito por una fan para otros fans, y no pretende ofender a nadie, ni sacar provecho económico alguno.
Advertencias del capítulo: yaoi, parejas extrañas, flurry, universo alternativo y escritora loca. Acento rioplatense.
Parejas: principalmente Renji/Ichigo, Byakuya/Ishida, Grimmjow/Ulquiorra (un poco), Aizen/Toushirou y mención de Gin/Rangiku.
Clasificación: M (lemons y muchas escenas fuertes).
~Terminología para esta historia~
Semi-humano: una persona mitad animal, como los nekobito.
Neko: gato en japonés.
Nekobito: significaría algo así como “persona gato”, y es la unión de las palabras japonesas “neko” y “hito” (persona), y es una palabra que inventé.
Kitsune: zorro
Inubito: persona + perro... no me gusta como suena, así que no lo voy a usar mucho.
NOTA: recomiendo leer este capítulo con la canción “Vermillion” (segundo ending de “Bokurano”).
Vermillion bokura ha ikiru koto ni shigamitsuita keredo
Vermillion sore wo kakkou warui to ha omowanai
Vermillion bokura no naka ni shizuka ni nagareteru mono ha
Vermillion ano sora yori akaku hageshii mono da yo
Akaku hageshii mono da yo
Bermellón: nos aferramos a la vida, pero
Bermellón: no pensamos que eso fuera una cosa horrible
Bermellón: la cosa que quitamente corre dentro nuestro
Bermellón: es algo más rojo y más violento que aquel cielo
Algo más rojo y más violento.
CAPÍTULO 10
Lluvia. La lluvia que había deseado ahora caía en el mundo torcido de su mente, donde él y su otra mitad existían.
Lluvia.
Esta lluvia no daba ninguna sensación física: frío o humedad. Sin embargo, daba tal desasosiego y dolor al alma, que hubiera preferido el frio o cualquier otra cosa.
¿No te dije que iba a pasar esto?
Ichigo no reacciono a la voz burlona, estaba demasiado cansado de todo. Rukia y Toushirou seguramente estaban muertos. Ulquiorra y Grimjow también.
Renji no estaba muerto, pero había sido lastimado por su culpa. Toda la gente que amaba y trataba de proteger terminaba así.
La lluvia se enrareció, y frente suyo y de su reflejo una puerta apareció. Sin ruido alguno, se abrió lentamente. Shirosaki miro a la puerta, y sabía lo que vendría de su interior. Era la puerta a las memorias de ambos. Ichigo empezó a recordar.
Llovía aquel día en que habían sido confinados a una habitación para practicar algo. Toushirou fue apartado de su lado a media mañana y no lo vio en el almuerzo. Rangiku apareció con una expresión rara en el rostro, y cuando le pregunto por el gato blanco, solo consiguió silencio como respuesta.
Cuando comieron el almuerzo, Ichigo sintió como que algo estaba mal. Era como... si algo terrible hubiera pasado. Y cuando estaba por probar su comida, un sonido llego a sus oídos. Era como un grito, ahogado por la distancia. La voz de Toushirou.
“¡Ran-nee! ¡Escuche algo!” dijo.
“Sí, tus gritos.” Le dijo ella.
“¡No! ¡Era Toushirou!”
Ella se quedo callada y la sonrisa que le había enseñado hasta entonces desapareció. Envolvió sus brazos alrededor del gatito y susurró:
“Lo siento...”
Ichigo iba a decir algo, pero permaneció callado. En cierta forma, Ran-nee le recordaba a su mamá, con el largo cabello y la amplia sonrisa. No quería verla triste, así que dejo que lo abrace y se quedo quieto.
Cuando bajo el sol, la lluvia ya había parado horas antes.
Ichigo anduvo por los pasillos en busca de Toushirou. Llego al comedor de invitados y pudo oler la esencia del gato blanco, así que entro.
El lugar estaba desordenado y olía raro. Había rastros de una comida en la mesa y pudo ver una puerta más allá. La empujo y descubrió un dormitorio. En el suelo yacía Toushirou, desnudo y golpeado, con algunos tajos y sangre entre las piernas. El olor se hizo más fuerte.
“¿Toushirou? ¿Toushirou?”
Ichigo se acerco al nekobito inmóvil. Estaba vivo, porque podía ver el movimiento de su pecho, indicando que respiraba. ¿Qué paso allí?
“¡Toushirou!”
El gato blanco movió las orejas y con gran esfuerzo abrió los ojos. Miro a Ichigo con sus grandes ojos verdes, que carecían de su usual energía. Ichigo no sabía por qué, pero se puso a llorar.
“¿Ichigo? ¿Estás bien? ¿Te... te lastimo a vos también...?” susurro el blanco, acariciándole la cabeza. Ichigo sacudió la cabeza de lado a lado.
“Que... bueno.”
Toushirou dejo de acariciarlo y miro a su cuerpo con asco. Su apariencia fue la causa de lo que había sucedido. Cerró los ojos y su forma cambio a la de un gato. Ichigo estaba sorprendido.
“Nunca te había mostrado esta forma, ¿no? Puedo transformarse así.”
El gato se acerco a Ichigo y se encaramo en su hombro.
“Nunca más deseo ser como era antes.”
“¿Ichigo? ¿Toushirou? ¿Están ahí?”
Era la voz de Rangiku.
“¡Ran-nee!”
Rangiku los vio y entonces los abrazó.
“Lo siento. No esperaba que hiciera a hacer semejante cosa...” susurro ella, y ellos pudieron oler el alcohol en su aliento. Toushirou deseaba gritarle, apartarla, pero no pudo. Al fin había visto la marca en su cuello, justo detrás de la oreja. Era una prisionera, como ellos. “Toushirou... yo... no querés volver a tener tu forma humana, ¿verdad? Puedo sellarte en esta, si me dejas.”
“Sí.”
Rangiku tomo al gato blanco en sus brazos y le beso la cabeza.
“Listo.”
“¿Así nada mas?”
“Hay solo una manera de que se pueda quitarte ese sello, pero no creo que lo queras saber, ¿no?”
El gato no respondió. Después de un rato, salto de sus brazos y volvió a los hombros de Ichigo.
“Los voy a liberar, hijos míos. Vamos.”
“¿Qué estás haciendo?”
La voz de Grand Fisher rugió a sus espaldas. Los nekobito temblaron.
“Los dejo en libertad. ¡Tú y tu amo no tienen derecho a lo que les hacen!”
“¡Cállate puta!” Grand Fisher la pateo. “¿Desde cuándo te crees con el derecho de criticar mis negocios? ¿Querés que te venda a un telo de putas?”
“¡Ran-nee!” grito Ichigo y fue con ella.
“Amo, yo nunca me opuse a lo que me ordenó, pero esto es... ¡esto es demasiado!” exclamo Rangiku y se incorporó “Ichigo, tu mamá te espera afuera. Ve.”
“Pero Ran...”
“¡Ve!”
“¡Vámonos, Ichigo!” dijo Toushirou, y entonces Ichigo empezó a correr.
“¡Perra!”
Rangiku grito. La marca en su cuerpo quemaba y Grand Fisher la pateaba repetidamente, y el sonido de huesos rotos llego a los oídos de los gatos. Ichigo se volvió a ver la horrenda escena y entonces ciegamente se lanzo contra Grand Fisher.
“¡Déjala!” chillo, clavando sus garras en la pierna de Grand Fisher. Toushirou le arrojo una lluvia de lanzas de hielo, pero el sujeto apenas fue lastimado por el ataque.
“¡Basuras!” Grand Fisher tomo a Ichigo de cabello y lo arrojo al piso. Toushirou salto y le rasguño la cara, pero una de sus manos lo sujeto y tiro contra la pared. Ichigo se incorporó con dificultad y volvió a encarar al hombre que estaba tras Rangiku.
“Pedazo de mierda,” Grand Fisher esta vez tomo a Ichigo del cuello y empezó a ahogarlo. “¡Te voy a matar! ¡Nadie necesita una mascota que muerde la mano de su amo!”
Grand Fisher iba a golpear a Ichigo cuando Rangiku lo cubrió con su cuerpo, y entonces él la golpeo repetidamente, gritándole que saliera del medio, que lo dejara matar al pequeño bastardo. Al final, el hombre se canso y paro. Ichigo sintió el peso muerto sobre él y se dio cuenta que Rangiku estaba muerta.
“¿Ran-nee?”
Algo dentro de Ichigo se rompió entonces, la sangre escarlata que pintaba sus ropas era todo lo que podía ver. Ichigo se descubrió en cuatro patas y siseándole a Grand Fisher. Su cuerpo hervía de odio, de dolor, con la necesidad de alimentar su pena y acallar el lamento de su alma.
“Oh, ¿ahora creés que tenés suficientes bolas para enfrentarme? Vení, dale.”
Nunca antes se había movido tan velozmente. Todo alrededor se movía lentamente, como si fuera una película en cámara lenta. Podía ver los movimientos de Grand Fisher y evitarlos. Sus garras estaban más filosas que antes, con simples movimientos, corto la carne, desgarro los músculos, separo trozos del cuerpo del hombre. Grand Fisher gritó y callo debido a que sus tendones fueron cortados. Cuando miro arriba, vio nuevamente al nekobito, peor no era naranja con ojos chocolate, era blanco, con ojos dorados viéndolo con odio y deseo asesino. Ichigo le salto encima y clavo los dientes en su garganta, perforando una arteria. Arranco un pedazo de carne y lo escupió mientras la sangre escarlata le teñía el pelaje.
Escarlata. Aun cuando esos ojos estaban cerrados, recordaba el color.
La figura de ese hombre era fina y grácil, y sencillamente ocultaba su fuerza. Recordaba cómo Rangiku había sellado su forma y se pregunto: ¿era tan sencillo romper el hechizo? ¿Con sólo ser tocado por otro kitsune?
Toushirou se acomodo la tela que Gin le había dado la noche anterior sobre su cuerpo desnudo. Observo como el zorro la tocaba y se transformaba en un yukata. Toushirou estaba sorprendido como tan sencillamente usaba el kitsune sus habilidades. Miro a Gin con desconfianza, ¿por qué lo ayudo la noche previa? ¿Por qué sentía esa sensación extraña cuando estaba cerca de él?
“La shinigami te buscaba,” dijo Gin y Toushirou fue retirado de sus pensamientos.
Rukia, se había olvidado de ella...
El nekobito corrió al templo y encontró a Rukia junto al cuerpo herido de Renji, secándose lagrimas de los ojos. Lo miro y por un momento estuvo alarmada. Luego se relajó.
“¿Shirou-chan...? ¿Sos vos?”
“Sí...” casi carraspeó y se le acerco “¿Qué pasó?”
“No sé... lo encontré así después de que salí del templo y pensé que había sido el ataque de un Hollow, pero no es una herida producida por uno. También descubrí a ese nekobito azul medio muerto, y al inu que ya estaba muerto.”
Toushirou vio las figuras quietas de Grimjow y Ulquiorra no muy lejos de donde estaba Rukia y Renji.
“¿Ichigo? ¿Donde esta?”
“Se lo llevo él.” Respondió el kitsune “Aizen es tu dueño, ¿no? Se escaparon de él, pero al fin los encontró....”
“A mí no me posee nadie.” Dijo secamente Toushirou, mientras miraba al kitsune. Por alguna razón, esa criatura lo enervaba ponía inquieto, pero, igualmente, algo dentro suyo deseaba estar cerca del kitsune. Esos parpados cerrados ahora estaban fijos en las marcas de su muñeca.
Toushirou tapo las marcas. Así que, el pasado finalmente los alcanzaba.
“Debo salvarlo.” Dijo al fin.
“¿Qué vas a hacer?”
“¡Voy a confrontarlo!”
“¡Espera, Toushirou!” lo llamo Rukia “¿Hablas de Sosuke Aizen, el shinigami expulsado que trató de destronar al Rey? ¡Debes estar loco! Aun los capitanes no pudieron vencerle y solo sellaron su zanpakutou, pero su poder sigue siendo grande. ¡No puedes dejarme con este lio acá! El escuadrón cuatro ya llega, creo que debemos esperar y volver donde Urahara, y ver qué podemos hacer. Aun cuando Ichigo no se esperaba que estuviera aquí, Aizen casi mata a Renji sin razón, así que Soul Society no se quedara de brazos cruzados en este tema, estoy segura.”
“Este no es asunto de Soul Society, Rukia-san. Siempre fue asunto nuestro. Necesitamos ocuparnos solos de esto.” Dijo Toushirou “Ichigo siempre me protegió cuando estábamos en las calles y cuando Urahara-san nos adoptó. Siento mucho lo que le paso a Abarai-san, nunca quise en verdad que le pase algo porque Ichigo lo ama. Estoy realmente agradecido de los que compartimos juntos.”
Toushirou se inclino ante ella y corrió.
“¡Toushirou!”
El gato blanco corrió hasta que sus piernas cedieron. El bosque verde empezó a girar alrededor suyo y necesito descansar en el suelo y cerrar los ojos. Los sonidos de las aves eran lejanos, como si fueran ahogados por el ruido del latido de su corazón.
“¿Siempre corres así?” pregunto la voz juguetona del zorro sobre él. ¿Cómo llego tan rápido? ¿Lo estaba siguiendo? ¿Por qué?
“¿Por qué? ¿Por qué insistes en perseguirme?”
Toushirou fijo sus orbes esmeraldas en la cara de Gin. La sonrisa se desdibujo un poco y el kitsune se acerco más.
“¿Sabías que soy una persona a la que le molesta mucho cuando sus dominios son invadidos? Entraste en mi hogar, me atacaste, y trajiste problemas. ¿Ahora te parece que podes irte, así nomas, sin siquiera pagarme el problema que causaste?”
Gin tomo la muñeca marcada de Toushirou. El chico estaba tan mareado, que solo se dio cuenta que hizo el zorro cuando hizo otra cosa.
El kitsune mordió la marca y la sangre brotó. Si no hubiera estado tan sorprendido, Toushirou hubiera gritado. Simplemente... observó.
Gin lamio la sangre que salía, borrando las marcas hechas por Aizen. Gin nunca podría ser domado por persona alguna y ninguna marca o cadena podía ponérsele.
Este pequeño gatito ahora iba a ser suyo, porque, a pesar de lo que dijo Rangiku, este chico no era el que había muerto. Este estaba muy vivo.
Es igual a él, Gin. Igual al bebé que murió... Lo vi en un sueño.
No puedo dejarlo así nada más, Gin.
La voz de Rangiku estaba confusa por el alcohol. Siempre le había gustado beber, y también a Gin, pero esta vez ella solo trataba de caer en un coma etílico. No era que él no se sintiera mal por el bebé, o no quisiera vengarse del hombre que les había causado tanto dolor. Pero ese hombre era demasiado fuerte y conocía todos sus trucos, y Ran estaba demasiado harta de correr.
“Lo pude ver en ese sueño... cuando me abrazaste en tus brazos, después de que hicimos el amor. Tenía tu pelo plateado... era tan bello...”
Rangiku lloró en su pecho, avergonzada de sí misma.
“Esos niños... no puedo dejarlos solos... necesitan que alguien los ame...”
Se quedaron callados un momento. Entonces, Ran lo besó por última vez.
“Sos libre, Gin. Ve a tu amado bosque, porque mi único hogar ahora es ese lugar.”
Bermellón.
Todo era un color rojo, furioso y doloroso.
Las llamas lamian las paredes, devorándolas sin problemas, borrando todo lo que paso allí. Llamas amarillas y rojas, cubrieron el área e iluminaron la noche como si fuese un día oscuro.
Ichigo estaba cubierto de un bermellón húmedo, mirando con ojos vacios a la destrucción del lugar. La forma gatuna de Toushirou estaba en su hombro, y el gato azul y el perro estoico los observaban, esperando por su decisión. Lagrimas frescas corrían p0or las mejillas del gato naranja, limpiando el bermellón de su rostro.
“Hermano...”
Ichigo miro a las luces de neón de Karakura y camino en su dirección.
Se aferraron a la vida con toda la fuerza que tenían. No tenían un motivo, sólo deseaban vivir y sentir el mundo, ver qué se les había negado hasta entonces. Sin embargo, sólo encontraron rechazo, miedo o asco en los ojos de la gente que se cruzaban. Empezaron a pasar hambre, y se pelearon por un trozo de pan podrido que encontraron en la basura, y entonces Grimjow le grito a Ichigo que habría sido mejor seguir siendo mascotas de Grand Fisher a morir de hambre en las calles.
“Si ustedes dos les hubieran dado lo que querían, ¡no estaríamos en esta mierda!”
Ichigo le dio un puñetazo. En sus normalmente calmos ojos chocolate un brillo dorado asomó.
“¡Cerrá el pico! ¡No sabes nada....!”
“Sé que los quería para su uso personal. ¿Cuál era el drama? Se la chupabas y te daba un lugar tibio donde estar. Al menos nosotros no éramos deseados, nos podríamos haber arreglado.”
Ichigo le cayó encima y volvieron a pelear. La genta de alrededor les grito que hicieran silencio, pero no le prestaron atención. Se rasguñaron, mordieron y desgarraron la piel.
Entonces apareció un grupo de drogadictos, que estaban molestos con ellos porque les invadieron el lugar y ya no podían cobrarse sus “peajes” de la gente que pasaba para comprarse droga.
Los gatos dejaron de pelear para deshacerse de ellos. Ichigo, Toushirou y Ulquiorra los dejaron ir sin muchas heridas, pero Grimjow estaba tan molesto que mato a un pobre diablo sin cuidado. Un color rojo le ensucio las manos, pero no era tan hermoso como el que había cubierto a Ichigo ese día. El chico había brillado entonces, y Grimjow estaba seguro que nada que viera podía ser mejor que eso.
Eso no cambiaba el hecho que estaba enojado con el gato naranja por ponerlos en esa situación.
Grimjow revolvió entre las cosas y encontró las pipas con droga. La primera vez que la probó, sintió sus sentidos enloquecer, como si fuese el mejor orgasmo de su vida. Y entonces la feroz imagen de Ichigo, cubierto de bermellón, estaba frente de él otra vez.
Entonces llego el cazador y fueron separados. Aizen los llevo con él, y Grimjow se sumergió más en su adicción. Estaba totalmente ido por días, y se olvidaba de que hacia esas veces. Ulquiorra siempre iba con el amo por su aprobación y hacia todo lo que le ordenaba. Odiaba eso. Odiaba al perro por su mirada superiora, y la lástima que a veces brillaba en sus ojos por él. Ese perro nunca iba a ser como Ichigo. Deseaba el otro gato, no solo para una pelea, sino para también tumbarlo y hacerle chillar de placer, ver los irises dorados deleitados de la sangre que goteaba de sus manos, o, al menos, verlo morir por sus manos. Algo que le mostrara al otro gato cubierto nuevamente de bermellón.
Entonces, vio al gato naranja en los brazos del shinigami pelirrojo y deseó arrancar esa mano. No eran celos, Grimjow nunca supo como sentir algo semejante. Era el hecho de que el gato en brazos del shinigami no era el real que había visto. El real estaba dentro de Ichigo, y era la única razón por la cual se quedo bajo el yugo de Aizen. Deseaba tocar, ver, morder, devorar o ser devorado por esa criatura.
Abrió los ojos.
“¡Oh, se despertó! ¡Kenny!”
Yachiru estaba feliz. ¡Al fin, el lindo gato azul había despertado! Le gustaba el gato desde que lo había visto ser traído al Seireitei. Olía como Ichi, como la sangre, a muerte y a hombre. Sabía que Kenny podía llegar a divertirse con este si probaba.
“¡Gatito azul!”
Yachiru tiro de las orejas del gato, y Grimjow le golpeo la mano. ¿Quién carajo era esta piba? La niña de cabello rosa lo miro con sus grandes ojos con curiosidad. No estaba molesta por su agresividad, era como si estuviera... ¿contenta?
“¡Oles como Ichi!”
“¿De qué mierda hablas? ¿Dónde estoy?”
“¡Soul Society! ¡Kenny!”
La enorme figura de Zaraki apareció. Grimjow ni se inmuto ante la apariencia del gran hombre.
“¿Me lo puedo quedar? ¿Puedo? ¡Estoy segura de que puedo!”
Kenpachi Zaraki era un hombre de hábitos sencillos. Amaba pelear, mostrar su fuerza y dejarse ser llevado por el gozo de la lucha. A su modo, amaba a la pequeña Yachiru. Sin embargo, tener esta criatura... no le encontraba sentido.
“No necesitamos a este gato miedoso.”
Grimjow le clavo la mirada.
“¿A quién le decís miedoso, mutante? ¡Estoy seguro que sos solo palabras!”
“Oh...” dijo Yachiru.
“¿Eso es una amenaza, gato?”
“Por supuesto” Grimjow se encogió ante el repentino dolor de sus heridas.
“Je. Cuando te cures, ya veremos... mientras, te lo podes quedar.”
“¡Sí!” rio Yachiru y abrazo al nekobito, quien trato de apartarla. ¿En que se había metido esta vez?
La flor de la luz de la luna
Escrito por: Maru de Kusanagi
Disclaimer: Bleach y todos sus personajes no me pertenecen. Ojala fueran míos. Esto está escrito por una fan para otros fans, y no pretende ofender a nadie, ni sacar provecho económico alguno.
Advertencias del capítulo: yaoi, parejas extrañas, flurry, universo alternativo y escritora loca. Acento rioplatense.
Parejas: principalmente Renji/Ichigo, Byakuya/Ishida, Grimmjow/Ulquiorra (un poco), Aizen/Toushirou y mención de Gin/Rangiku.
Clasificación: M (lemons y muchas escenas fuertes).
~Terminología para esta historia~
Semi-humano: una persona mitad animal, como los nekobito.
Neko: gato en japonés.
Nekobito: significaría algo así como “persona gato”, y es la unión de las palabras japonesas “neko” y “hito” (persona), y es una palabra que inventé.
Kitsune: zorro
Inubito: persona + perro... no me gusta como suena, así que no lo voy a usar mucho.
NOTA: recomiendo leer este capítulo con la canción “Vermillion” (segundo ending de “Bokurano”).
Vermillion bokura ha ikiru koto ni shigamitsuita keredo
Vermillion sore wo kakkou warui to ha omowanai
Vermillion bokura no naka ni shizuka ni nagareteru mono ha
Vermillion ano sora yori akaku hageshii mono da yo
Akaku hageshii mono da yo
Bermellón: nos aferramos a la vida, pero
Bermellón: no pensamos que eso fuera una cosa horrible
Bermellón: la cosa que quitamente corre dentro nuestro
Bermellón: es algo más rojo y más violento que aquel cielo
Algo más rojo y más violento.
CAPÍTULO 10
Lluvia. La lluvia que había deseado ahora caía en el mundo torcido de su mente, donde él y su otra mitad existían.
Lluvia.
Esta lluvia no daba ninguna sensación física: frío o humedad. Sin embargo, daba tal desasosiego y dolor al alma, que hubiera preferido el frio o cualquier otra cosa.
¿No te dije que iba a pasar esto?
Ichigo no reacciono a la voz burlona, estaba demasiado cansado de todo. Rukia y Toushirou seguramente estaban muertos. Ulquiorra y Grimjow también.
Renji no estaba muerto, pero había sido lastimado por su culpa. Toda la gente que amaba y trataba de proteger terminaba así.
La lluvia se enrareció, y frente suyo y de su reflejo una puerta apareció. Sin ruido alguno, se abrió lentamente. Shirosaki miro a la puerta, y sabía lo que vendría de su interior. Era la puerta a las memorias de ambos. Ichigo empezó a recordar.
Llovía aquel día en que habían sido confinados a una habitación para practicar algo. Toushirou fue apartado de su lado a media mañana y no lo vio en el almuerzo. Rangiku apareció con una expresión rara en el rostro, y cuando le pregunto por el gato blanco, solo consiguió silencio como respuesta.
Cuando comieron el almuerzo, Ichigo sintió como que algo estaba mal. Era como... si algo terrible hubiera pasado. Y cuando estaba por probar su comida, un sonido llego a sus oídos. Era como un grito, ahogado por la distancia. La voz de Toushirou.
“¡Ran-nee! ¡Escuche algo!” dijo.
“Sí, tus gritos.” Le dijo ella.
“¡No! ¡Era Toushirou!”
Ella se quedo callada y la sonrisa que le había enseñado hasta entonces desapareció. Envolvió sus brazos alrededor del gatito y susurró:
“Lo siento...”
Ichigo iba a decir algo, pero permaneció callado. En cierta forma, Ran-nee le recordaba a su mamá, con el largo cabello y la amplia sonrisa. No quería verla triste, así que dejo que lo abrace y se quedo quieto.
Cuando bajo el sol, la lluvia ya había parado horas antes.
Ichigo anduvo por los pasillos en busca de Toushirou. Llego al comedor de invitados y pudo oler la esencia del gato blanco, así que entro.
El lugar estaba desordenado y olía raro. Había rastros de una comida en la mesa y pudo ver una puerta más allá. La empujo y descubrió un dormitorio. En el suelo yacía Toushirou, desnudo y golpeado, con algunos tajos y sangre entre las piernas. El olor se hizo más fuerte.
“¿Toushirou? ¿Toushirou?”
Ichigo se acerco al nekobito inmóvil. Estaba vivo, porque podía ver el movimiento de su pecho, indicando que respiraba. ¿Qué paso allí?
“¡Toushirou!”
El gato blanco movió las orejas y con gran esfuerzo abrió los ojos. Miro a Ichigo con sus grandes ojos verdes, que carecían de su usual energía. Ichigo no sabía por qué, pero se puso a llorar.
“¿Ichigo? ¿Estás bien? ¿Te... te lastimo a vos también...?” susurro el blanco, acariciándole la cabeza. Ichigo sacudió la cabeza de lado a lado.
“Que... bueno.”
Toushirou dejo de acariciarlo y miro a su cuerpo con asco. Su apariencia fue la causa de lo que había sucedido. Cerró los ojos y su forma cambio a la de un gato. Ichigo estaba sorprendido.
“Nunca te había mostrado esta forma, ¿no? Puedo transformarse así.”
El gato se acerco a Ichigo y se encaramo en su hombro.
“Nunca más deseo ser como era antes.”
“¿Ichigo? ¿Toushirou? ¿Están ahí?”
Era la voz de Rangiku.
“¡Ran-nee!”
Rangiku los vio y entonces los abrazó.
“Lo siento. No esperaba que hiciera a hacer semejante cosa...” susurro ella, y ellos pudieron oler el alcohol en su aliento. Toushirou deseaba gritarle, apartarla, pero no pudo. Al fin había visto la marca en su cuello, justo detrás de la oreja. Era una prisionera, como ellos. “Toushirou... yo... no querés volver a tener tu forma humana, ¿verdad? Puedo sellarte en esta, si me dejas.”
“Sí.”
Rangiku tomo al gato blanco en sus brazos y le beso la cabeza.
“Listo.”
“¿Así nada mas?”
“Hay solo una manera de que se pueda quitarte ese sello, pero no creo que lo queras saber, ¿no?”
El gato no respondió. Después de un rato, salto de sus brazos y volvió a los hombros de Ichigo.
“Los voy a liberar, hijos míos. Vamos.”
“¿Qué estás haciendo?”
La voz de Grand Fisher rugió a sus espaldas. Los nekobito temblaron.
“Los dejo en libertad. ¡Tú y tu amo no tienen derecho a lo que les hacen!”
“¡Cállate puta!” Grand Fisher la pateo. “¿Desde cuándo te crees con el derecho de criticar mis negocios? ¿Querés que te venda a un telo de putas?”
“¡Ran-nee!” grito Ichigo y fue con ella.
“Amo, yo nunca me opuse a lo que me ordenó, pero esto es... ¡esto es demasiado!” exclamo Rangiku y se incorporó “Ichigo, tu mamá te espera afuera. Ve.”
“Pero Ran...”
“¡Ve!”
“¡Vámonos, Ichigo!” dijo Toushirou, y entonces Ichigo empezó a correr.
“¡Perra!”
Rangiku grito. La marca en su cuerpo quemaba y Grand Fisher la pateaba repetidamente, y el sonido de huesos rotos llego a los oídos de los gatos. Ichigo se volvió a ver la horrenda escena y entonces ciegamente se lanzo contra Grand Fisher.
“¡Déjala!” chillo, clavando sus garras en la pierna de Grand Fisher. Toushirou le arrojo una lluvia de lanzas de hielo, pero el sujeto apenas fue lastimado por el ataque.
“¡Basuras!” Grand Fisher tomo a Ichigo de cabello y lo arrojo al piso. Toushirou salto y le rasguño la cara, pero una de sus manos lo sujeto y tiro contra la pared. Ichigo se incorporó con dificultad y volvió a encarar al hombre que estaba tras Rangiku.
“Pedazo de mierda,” Grand Fisher esta vez tomo a Ichigo del cuello y empezó a ahogarlo. “¡Te voy a matar! ¡Nadie necesita una mascota que muerde la mano de su amo!”
Grand Fisher iba a golpear a Ichigo cuando Rangiku lo cubrió con su cuerpo, y entonces él la golpeo repetidamente, gritándole que saliera del medio, que lo dejara matar al pequeño bastardo. Al final, el hombre se canso y paro. Ichigo sintió el peso muerto sobre él y se dio cuenta que Rangiku estaba muerta.
“¿Ran-nee?”
Algo dentro de Ichigo se rompió entonces, la sangre escarlata que pintaba sus ropas era todo lo que podía ver. Ichigo se descubrió en cuatro patas y siseándole a Grand Fisher. Su cuerpo hervía de odio, de dolor, con la necesidad de alimentar su pena y acallar el lamento de su alma.
“Oh, ¿ahora creés que tenés suficientes bolas para enfrentarme? Vení, dale.”
Nunca antes se había movido tan velozmente. Todo alrededor se movía lentamente, como si fuera una película en cámara lenta. Podía ver los movimientos de Grand Fisher y evitarlos. Sus garras estaban más filosas que antes, con simples movimientos, corto la carne, desgarro los músculos, separo trozos del cuerpo del hombre. Grand Fisher gritó y callo debido a que sus tendones fueron cortados. Cuando miro arriba, vio nuevamente al nekobito, peor no era naranja con ojos chocolate, era blanco, con ojos dorados viéndolo con odio y deseo asesino. Ichigo le salto encima y clavo los dientes en su garganta, perforando una arteria. Arranco un pedazo de carne y lo escupió mientras la sangre escarlata le teñía el pelaje.
***
Escarlata. Aun cuando esos ojos estaban cerrados, recordaba el color.
La figura de ese hombre era fina y grácil, y sencillamente ocultaba su fuerza. Recordaba cómo Rangiku había sellado su forma y se pregunto: ¿era tan sencillo romper el hechizo? ¿Con sólo ser tocado por otro kitsune?
Toushirou se acomodo la tela que Gin le había dado la noche anterior sobre su cuerpo desnudo. Observo como el zorro la tocaba y se transformaba en un yukata. Toushirou estaba sorprendido como tan sencillamente usaba el kitsune sus habilidades. Miro a Gin con desconfianza, ¿por qué lo ayudo la noche previa? ¿Por qué sentía esa sensación extraña cuando estaba cerca de él?
“La shinigami te buscaba,” dijo Gin y Toushirou fue retirado de sus pensamientos.
Rukia, se había olvidado de ella...
El nekobito corrió al templo y encontró a Rukia junto al cuerpo herido de Renji, secándose lagrimas de los ojos. Lo miro y por un momento estuvo alarmada. Luego se relajó.
“¿Shirou-chan...? ¿Sos vos?”
“Sí...” casi carraspeó y se le acerco “¿Qué pasó?”
“No sé... lo encontré así después de que salí del templo y pensé que había sido el ataque de un Hollow, pero no es una herida producida por uno. También descubrí a ese nekobito azul medio muerto, y al inu que ya estaba muerto.”
Toushirou vio las figuras quietas de Grimjow y Ulquiorra no muy lejos de donde estaba Rukia y Renji.
“¿Ichigo? ¿Donde esta?”
“Se lo llevo él.” Respondió el kitsune “Aizen es tu dueño, ¿no? Se escaparon de él, pero al fin los encontró....”
“A mí no me posee nadie.” Dijo secamente Toushirou, mientras miraba al kitsune. Por alguna razón, esa criatura lo enervaba ponía inquieto, pero, igualmente, algo dentro suyo deseaba estar cerca del kitsune. Esos parpados cerrados ahora estaban fijos en las marcas de su muñeca.
Toushirou tapo las marcas. Así que, el pasado finalmente los alcanzaba.
“Debo salvarlo.” Dijo al fin.
“¿Qué vas a hacer?”
“¡Voy a confrontarlo!”
“¡Espera, Toushirou!” lo llamo Rukia “¿Hablas de Sosuke Aizen, el shinigami expulsado que trató de destronar al Rey? ¡Debes estar loco! Aun los capitanes no pudieron vencerle y solo sellaron su zanpakutou, pero su poder sigue siendo grande. ¡No puedes dejarme con este lio acá! El escuadrón cuatro ya llega, creo que debemos esperar y volver donde Urahara, y ver qué podemos hacer. Aun cuando Ichigo no se esperaba que estuviera aquí, Aizen casi mata a Renji sin razón, así que Soul Society no se quedara de brazos cruzados en este tema, estoy segura.”
“Este no es asunto de Soul Society, Rukia-san. Siempre fue asunto nuestro. Necesitamos ocuparnos solos de esto.” Dijo Toushirou “Ichigo siempre me protegió cuando estábamos en las calles y cuando Urahara-san nos adoptó. Siento mucho lo que le paso a Abarai-san, nunca quise en verdad que le pase algo porque Ichigo lo ama. Estoy realmente agradecido de los que compartimos juntos.”
Toushirou se inclino ante ella y corrió.
“¡Toushirou!”
El gato blanco corrió hasta que sus piernas cedieron. El bosque verde empezó a girar alrededor suyo y necesito descansar en el suelo y cerrar los ojos. Los sonidos de las aves eran lejanos, como si fueran ahogados por el ruido del latido de su corazón.
“¿Siempre corres así?” pregunto la voz juguetona del zorro sobre él. ¿Cómo llego tan rápido? ¿Lo estaba siguiendo? ¿Por qué?
“¿Por qué? ¿Por qué insistes en perseguirme?”
Toushirou fijo sus orbes esmeraldas en la cara de Gin. La sonrisa se desdibujo un poco y el kitsune se acerco más.
“¿Sabías que soy una persona a la que le molesta mucho cuando sus dominios son invadidos? Entraste en mi hogar, me atacaste, y trajiste problemas. ¿Ahora te parece que podes irte, así nomas, sin siquiera pagarme el problema que causaste?”
Gin tomo la muñeca marcada de Toushirou. El chico estaba tan mareado, que solo se dio cuenta que hizo el zorro cuando hizo otra cosa.
El kitsune mordió la marca y la sangre brotó. Si no hubiera estado tan sorprendido, Toushirou hubiera gritado. Simplemente... observó.
Gin lamio la sangre que salía, borrando las marcas hechas por Aizen. Gin nunca podría ser domado por persona alguna y ninguna marca o cadena podía ponérsele.
Este pequeño gatito ahora iba a ser suyo, porque, a pesar de lo que dijo Rangiku, este chico no era el que había muerto. Este estaba muy vivo.
Es igual a él, Gin. Igual al bebé que murió... Lo vi en un sueño.
No puedo dejarlo así nada más, Gin.
La voz de Rangiku estaba confusa por el alcohol. Siempre le había gustado beber, y también a Gin, pero esta vez ella solo trataba de caer en un coma etílico. No era que él no se sintiera mal por el bebé, o no quisiera vengarse del hombre que les había causado tanto dolor. Pero ese hombre era demasiado fuerte y conocía todos sus trucos, y Ran estaba demasiado harta de correr.
“Lo pude ver en ese sueño... cuando me abrazaste en tus brazos, después de que hicimos el amor. Tenía tu pelo plateado... era tan bello...”
Rangiku lloró en su pecho, avergonzada de sí misma.
“Esos niños... no puedo dejarlos solos... necesitan que alguien los ame...”
Se quedaron callados un momento. Entonces, Ran lo besó por última vez.
“Sos libre, Gin. Ve a tu amado bosque, porque mi único hogar ahora es ese lugar.”
****
Bermellón.
Todo era un color rojo, furioso y doloroso.
Las llamas lamian las paredes, devorándolas sin problemas, borrando todo lo que paso allí. Llamas amarillas y rojas, cubrieron el área e iluminaron la noche como si fuese un día oscuro.
Ichigo estaba cubierto de un bermellón húmedo, mirando con ojos vacios a la destrucción del lugar. La forma gatuna de Toushirou estaba en su hombro, y el gato azul y el perro estoico los observaban, esperando por su decisión. Lagrimas frescas corrían p0or las mejillas del gato naranja, limpiando el bermellón de su rostro.
“Hermano...”
Ichigo miro a las luces de neón de Karakura y camino en su dirección.
Se aferraron a la vida con toda la fuerza que tenían. No tenían un motivo, sólo deseaban vivir y sentir el mundo, ver qué se les había negado hasta entonces. Sin embargo, sólo encontraron rechazo, miedo o asco en los ojos de la gente que se cruzaban. Empezaron a pasar hambre, y se pelearon por un trozo de pan podrido que encontraron en la basura, y entonces Grimjow le grito a Ichigo que habría sido mejor seguir siendo mascotas de Grand Fisher a morir de hambre en las calles.
“Si ustedes dos les hubieran dado lo que querían, ¡no estaríamos en esta mierda!”
Ichigo le dio un puñetazo. En sus normalmente calmos ojos chocolate un brillo dorado asomó.
“¡Cerrá el pico! ¡No sabes nada....!”
“Sé que los quería para su uso personal. ¿Cuál era el drama? Se la chupabas y te daba un lugar tibio donde estar. Al menos nosotros no éramos deseados, nos podríamos haber arreglado.”
Ichigo le cayó encima y volvieron a pelear. La genta de alrededor les grito que hicieran silencio, pero no le prestaron atención. Se rasguñaron, mordieron y desgarraron la piel.
Entonces apareció un grupo de drogadictos, que estaban molestos con ellos porque les invadieron el lugar y ya no podían cobrarse sus “peajes” de la gente que pasaba para comprarse droga.
Los gatos dejaron de pelear para deshacerse de ellos. Ichigo, Toushirou y Ulquiorra los dejaron ir sin muchas heridas, pero Grimjow estaba tan molesto que mato a un pobre diablo sin cuidado. Un color rojo le ensucio las manos, pero no era tan hermoso como el que había cubierto a Ichigo ese día. El chico había brillado entonces, y Grimjow estaba seguro que nada que viera podía ser mejor que eso.
Eso no cambiaba el hecho que estaba enojado con el gato naranja por ponerlos en esa situación.
Grimjow revolvió entre las cosas y encontró las pipas con droga. La primera vez que la probó, sintió sus sentidos enloquecer, como si fuese el mejor orgasmo de su vida. Y entonces la feroz imagen de Ichigo, cubierto de bermellón, estaba frente de él otra vez.
Entonces llego el cazador y fueron separados. Aizen los llevo con él, y Grimjow se sumergió más en su adicción. Estaba totalmente ido por días, y se olvidaba de que hacia esas veces. Ulquiorra siempre iba con el amo por su aprobación y hacia todo lo que le ordenaba. Odiaba eso. Odiaba al perro por su mirada superiora, y la lástima que a veces brillaba en sus ojos por él. Ese perro nunca iba a ser como Ichigo. Deseaba el otro gato, no solo para una pelea, sino para también tumbarlo y hacerle chillar de placer, ver los irises dorados deleitados de la sangre que goteaba de sus manos, o, al menos, verlo morir por sus manos. Algo que le mostrara al otro gato cubierto nuevamente de bermellón.
Entonces, vio al gato naranja en los brazos del shinigami pelirrojo y deseó arrancar esa mano. No eran celos, Grimjow nunca supo como sentir algo semejante. Era el hecho de que el gato en brazos del shinigami no era el real que había visto. El real estaba dentro de Ichigo, y era la única razón por la cual se quedo bajo el yugo de Aizen. Deseaba tocar, ver, morder, devorar o ser devorado por esa criatura.
Abrió los ojos.
“¡Oh, se despertó! ¡Kenny!”
Yachiru estaba feliz. ¡Al fin, el lindo gato azul había despertado! Le gustaba el gato desde que lo había visto ser traído al Seireitei. Olía como Ichi, como la sangre, a muerte y a hombre. Sabía que Kenny podía llegar a divertirse con este si probaba.
“¡Gatito azul!”
Yachiru tiro de las orejas del gato, y Grimjow le golpeo la mano. ¿Quién carajo era esta piba? La niña de cabello rosa lo miro con sus grandes ojos con curiosidad. No estaba molesta por su agresividad, era como si estuviera... ¿contenta?
“¡Oles como Ichi!”
“¿De qué mierda hablas? ¿Dónde estoy?”
“¡Soul Society! ¡Kenny!”
La enorme figura de Zaraki apareció. Grimjow ni se inmuto ante la apariencia del gran hombre.
“¿Me lo puedo quedar? ¿Puedo? ¡Estoy segura de que puedo!”
Kenpachi Zaraki era un hombre de hábitos sencillos. Amaba pelear, mostrar su fuerza y dejarse ser llevado por el gozo de la lucha. A su modo, amaba a la pequeña Yachiru. Sin embargo, tener esta criatura... no le encontraba sentido.
“No necesitamos a este gato miedoso.”
Grimjow le clavo la mirada.
“¿A quién le decís miedoso, mutante? ¡Estoy seguro que sos solo palabras!”
“Oh...” dijo Yachiru.
“¿Eso es una amenaza, gato?”
“Por supuesto” Grimjow se encogió ante el repentino dolor de sus heridas.
“Je. Cuando te cures, ya veremos... mientras, te lo podes quedar.”
“¡Sí!” rio Yachiru y abrazo al nekobito, quien trato de apartarla. ¿En que se había metido esta vez?
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