Gekkouha
La flor de la luz de la luna
Escrito por: Maru de Kusanagi
Disclaimer: Bleach y todos sus personajes no me pertenecen. Ojala fueran míos. Esto está escrito por una fan para otros fans, y no pretende ofender a nadie, ni sacar provecho económico alguno.
Advertencias del capítulo: yaoi, parejas extrañas, flurry, universo alternativo y escritora loca. Acento rioplatense.
Parejas: principalmente Renji/Ichigo, ya se sumó Byakuya/Ishida, y habrán más (irán apareciendo a lo largo de los capítulos, si leyeron la versión en inglés, ya deben saber).
Clasificación: M (habrá lemons).
~Terminología para esta historia~
Semi-humano: una persona mitad animal, como los nekobito.
Neko: gato en japonés.
Nekobito: significaría algo así como “persona gato”, y es la unión de las palabras japonesas “neko” y “hito” (persona), y es una palabra que inventé.
Kitsune: zorro
Inubito: persona + perro... no me gusta como suena, así que no lo voy a usar mucho.
Originalmente, a esta altura estaba re confundida y cansada, y no tenía idea de cómo proseguir con esta historia.... estaba a punto de patear el tacho y mandar todo al diablo. Pero no me rendí, había asumido un compromiso (como ahora lo estoy haciendo al pasarla a castellano, aunque parece que a nadie le interesa dejarme una opinión-salvo dos personas-). Otro tema es que, como no conozco muy bien a los Arrancar, me tome muchas libertades en la caracterización (bah, en realidad con todos los demás también, eso es algo inevitable en este tipo de historias). Así, espero que disfruten esta historia hasta el final, son 17 capítulos ¡y ya estamos en el 8!
CAPÍTULO 8
“El olor a muerte va muy bien con esta escena.”
Ulquiorra levantó sus ojos vacios al oír las palabras de Aizen. El pequeño inubito había matado al cazador que lo perseguía sin vacilar. Se volvió a atacar a Aizen, pero la repentina energía que reptaba del cuerpo de ese hombre le hizo repensar. Era fuerte, muy fuerte. Miró a Aizen, interesado.
“Nunca cambias de expresión, eso me conto Grand Fisher.” Aizen miró de soslayo al cuerpo del cazador, desgarrado. La mano de Ulquiorra estaba aun cubierta por la sangre tibia, un golpe directo y aplastó al corazón entre sus dedos. La expresión sorprendida del sujeto era un visible. Después de esto, Aizen se volvió al nekobito de pelo azul “Y también hablo de este, Grimjow. Fuerte, pero cabeza dura, lanzado y que se choca a todo sin pensarlo.”
Grimjow estaba en el suelo gravemente herido pero aun consciente. Estaba maldiciendo y tratando de incorporarse.
“¡Estúpido! ¿Por qué no lo mataste antes?” miro a Ulquiorra con odio.
“No pierdo el tiempo en basura.” Le dijo Ulquiorra con su usual frialdad.
“¿Dónde están los otros dos?” pregunto Aizen.
“Escaparon.”
“Oh.” Aizen estaba un poco desilusionado, pero de todos modos, estos dos podrían ser una pieza interesante si la añadía a su colección. Prefería a los gatos, pero su premio mayor había sido cuando puso las manos en el plateado. Bueno, si había algo que tuviera, era paciencia. Le ordeno a su segundo que llevara a los dos a su casa.
Grimjow seguía furioso. No solo había sido derrotado por Ulquiorra otra vez (quien estaba en desacuerdo en enfrentar y matar al cazador), pero porque también había dicho que eso atraería atención innecesaria hacia ellos. Grimjow empezó otra pelea, pero Ulquiorra no tuvo dificultades en dejarlo tirado en el suelo, y sólo mató al cazador porque amenazaba su vida.
Para el libro de la vida de Ulquiorra, una cosa como las emociones, algo intangible que no podía ser visto por sus ojos, no existía. Por esto, siempre chocaba con la pasión salvaje que Grimjow mostraba en su accionar. En Gekkouha, siempre había sido igual. Aprendió a olvidarse de algo tan inútil como sentimientos tras haber sido criado allí. No era necesario perder tanta energía en esas cosas. Obedecía a Aizen porque era más fuerte que él, y, en el pasado, escapó de Gekkouha con Ichigo y Toushirou porque el gato naranja había mostrado cuan fuerte podía ser si se ponía las pilas. Pero ahora, seguramente estaban muertos, así que necesitaba un nuevo sitio. Aizen le proveía de eso si obedecía. Acepto el trato, llamándolo “Aizen-sama”.
Aizen era un shinigami expulsado. Trato de engañar a su capitán y fue castigado con la restricción eterna de su zanpakutou y echado fuero de los limites de Soul Society, pero el poder restante era todavía algo de temer. Tenía un seguido llamado Kaname Tousen, un hombre de tez oscura y ciego, pero era extremadamente perceptivo acerca del mundo que lo rodeaba. En el mundo humano, Aizen uso su extremadamente agudo y maquiavélico intelecto para conseguir una enorme fortuna y con ello dejar que sus deseos fueran satisfechos. No pudo obtener el trono del mundo, pero en sus dominios era un rey absoluto. La única ley era su palabra, y aquellos que desobedecieran eran castigados, aún aquellos que habían abandonado todo por él. Después de un tiempo, se intereso en los semi humanos. Capturo la mayor parte de ellos en la selva para usarles como herramientas de estudio, y para ello invento a Gekkouha, el proyecto de semi humanos Flor de la luz de la Luna. En ese lugar reunió sus mejores especímenes y descubrió las diferencias que surgían cuando la sangre era mezclada, por ejemplo:
*un nekobito cruzado con otro de su clase daba por resultado un pura sangre. Usualmente, los pura sangre eran seres guiados más por instinto, sin la capacidad de lenguaje humano, pero lo entendían perfectamente. Carecían de reiatsu.
*una nekobito hembra cruzada con un humano daba un mestizo con más habilidades animales, pero podía hablar. Este mestizaje tenía un inusual cantidad de reiatsu y podía esconderse bajo la apariencia de un gato común. Ese era el tipo que eran Grimjow y Toushirou.
*un macho cruzado con una mujer humana también daba un mestizo, pero esta vez más humano. Era un tipo muy difícil de conseguir, porque el nekobito macho se ponía muy protector con su elegida, y atacaba a todos los masculinos que se le acercaran a la mujer cuando él se encontraba cerca. Por eso, las leyes recientes prohibían y declaraban ilegal esta cruza. Éste era el origen de Ichigo, y Aizen escogió a Masaki especialmente para ello. Perder al padre fue un poco inesperado, peor más lo fue la mujer desapareciendo con el niño en su vientre. Por este motivo no pudo recuperar a Ichigo hasta que fuera un niño de unos cinco años, (sólo para perderlo nuevamente), y porque este tipo de mestizaje ocultaba su naturaleza salvaje dentro suyo, sólo liberándola cuando fuera necesario o que estuviera bajo gran presión. Era muy probable que este mestizaje tuviera un reiatsu más poderoso que el tipo anterior, pero la información era insuficiente. (1)
*la cruza entre un inu y un neko, o viceversa, era imposible.
Por otro lado, el inubito resultó ser una raza muy deprimente. La mayoría no tenían espíritu de lucha y mayormente eran obedientes al deseo de su amo (algo que encontraba muy útil en ocasiones). Así que, sólo se quedo con los que le resultaban especiales.
Y había un tipo más: el kitsune.
Los resabios de los dioses del bosque eran el motivo por el cual se intereso en los semi humanos en un principio.
Encontró un zorro plateado muy joven llamado Gin un siglo atrás, y se lo llevo con su pareja, la zorra roja llamada Rangiku. Los crio juntos y estudio sus habilidades, y cuando se hicieron mayores, Rangiku quedo embarazada del zorro plateado, pero mientras Gin había sido mandado lejos a una misión, ella perdió al niño. Aizen experimentó con las habilidades de Rangiku, especialmente con esa en la que podía convertir su cuerpo en cenizas y casi desaparecer. Deseaba saber si algo sucedería durante el embarazo, pero ella se negó a obedecerle. Aizen la forzó usando la marca que había puesto en ella, y Rangiku finalmente obedeció, pero su cuando su cuerpo se hizo nuevamente carne, el cuerpo del bebé había sido dispersado por el viento. Su energía era demasiado débil aun para mantenerse y al ser separado del vientre materno el espíritu del pequeño zorro se deshizo. Aizen estaba muy disgustado por esta falla.
“En fin, sólo con observación y experimentación aprendemos cosas nuevas. Ahora lo sabemos.”
Entonces Rangiku trato de atacarlo, por lo que fue severamente castigada. Cuando creyó que la zorra no iba a sobrevivir los brutales golpes que le había propinado, se la vendió a Grand Fisher. Milagrosamente, sobrevivió, pero ya no podría tener más hijos (los kitsune son diferentes de los neko e inu: al ser criaturas de orígenes más puros, mientras sus cuerpos fuesen compatibles, podían tener más de un hijo). Sabiendo esto, el zorro plateado enfrento a Aizen, pero casi pierde la vida en ello y escapo al bosque a refugiarse. Aizen sabía que Gin seguramente iría a buscar a Rangiku cuando descubriese que seguía viva; se sorprendió, sin embargo, cuando la zorra roja no lo siguió al bosque. Se quedo atrás, para cuidar de los cuatro cachorros que estaban en Gekkouha porque era imposible sacarlos en ese momento. Así que Aizen aún tenía sus juguetes, y dejó a Gin hacer. Con el tiempo, lo recuperaría.
“Así que lo encontraste.”
“Sí.”
Aizen le miró con aire superior. Sólo la presencia de este hombre hacia la sangre de Grimjow arder, pero lo que más le molestaba era la actitud de mansedumbre que Ulquiorra tenía hacia este. La marca de su espalda también le ardía y hacia que su voluntad cediera.
“Y estuviste fumando nuevamente esa basura, ¿no es así?” inquirió Aizen “Nuevamente fuiste un gato desobediente, ¿no te parece?”
Grimjow rugió, sintiendo que un trozo de su espalda le era arrancado. Si sólo pudiese borrar esa sonrisa....
“Debería echarte, no has sido más que problemas, más caros de lo que vales. Pero creo que aun hay algo útil en ti, así que será tu última oportunidad. Trae a esos dos o veras.” Aizen dejo a Grimjow jadeando y temblando en el suelo, con la mente nublada de dolor. Odiaba a ese hombre, y odiaba a Ichigo y a Toushirou por ponerlo en esa situación.
Se incorporo y fue a su habitación. Allí toco la marca que aun ardía y golpeó la pared con rabia. No era la mascota de nadie, aún cuando Aizen dijera lo contrario. Él odiaba muchas cosas en este mundo, mataba a cualquiera que lo mirase mal en las calles. Eso provoco que los ciudadanos llamaran al cazador en primera instancia. Revolviendo los bolsillos de las personas que mataba, encontró el Paco y lo probó. Esa mierda hizo que su mundo se hiciera un remolino en su mente, no sentía hambre o miedo, calor o frio, o nada. Con eso en su sistema, podía pasar una semana sin comer. Pero también hizo que sus compañeros se apartaran o lo esquivaran, y las peleas con Ichigo encrudecieron. Ulquiorra lo miraba con una expresión estoica, pero algo había cambiado en los ojos fríos. ¿Decepción?
El joven inu estaba parado a su lado, mirándolo con esos mismos ojos. Los odiaba.
“¿Qué querés, perro?”
“No entiendo porque insistes en proseguir en este comportamiento.”
“Jeh.” Grimjow se sentó en la cama “¿Estas preocupado, perro?”
Ulquiorra no le respondió. Sólo le toco el rostro. Esos condenados ojos...
Grimjow tomó la mano de Ulquiorra y lo tumbo en la cama. Se sentó a horcajadas sobre él y llevo su rostro cerca al del inu. La misma expresión estoica, cómo deseaba verla contraída en ira, dolor, o lo que fuera. Lo que fuera, mientras no fuera ese silencio, ese estúpido silencio.
“Quítateme de encima” dijo calmadamente Ulquiorra “Basura.”
En un moviendo rudo, Grimjow arrancó la parte superior de sus ropas y se vio un pezón rosado. Junto a éste, la marca de una mordida reciente. La sangre de Grimjow volvió a arder. Se acercó y tomó el pezón entre los dientes y lo mordió con fuerza, haciendo brotar sangre. Ulquiorra gimió y Grimjow lamió el liquido tibio.
El gato azul volvió a alzar la vista.
“¿Lo disfrutas tanto, el ser su mascota?” susurró Grimjow contra su garganta, y lo mordió “¿Ser la obediente mascota de tu Aizen-sama?”
Ulquiorra lo pateó en el estómago y se liberó. Fue fácil, porque Grimjow había perdido mucho peso en los últimos tiempos, y debido a su adicción, su mente estaba nublada por los tóxicos. ¿Dónde estaba la brava e indomable criatura del pasado? Este ser roto... no era el hombre que conocía. Esto era... basura.
Pero, aún así, no podía apartar la mirada.
“Nunca entenderías,” dijo el inu, apartándose “basura. Esta vez, yo los buscaré.”
Oh, ¡como deseaba Grimjow arrancarle la cabeza al inu en ese momento!
“¡No me jodas, Ulquiorra! ¡Los puedo agarrar!”
“Entonces, hazlo.”
“Así que, considere su contrato con Ichigo cumplido y culminado.”
Las palabras se hundieron dentro de los oídos de Renji.
“No se preocupe, le enviare de regreso el uniforme que le prestó.” Dijo Urahara, y empujo los papeles hacia Renji. “Si lo precisa, le puedo dar un recibo.”
“Olvídelo.” Le corto Renji “No me voy a ir con eso. Quiero un nuevo contrato si es lo que quiere que haga. ¡pagaré lo que sea!”
“¿Así que dice que quiere un nuevo acuerdo?” preguntó Urahara, viéndolo tras la sombra de su sombrero.
“Quiero comprar a Ichigo” exclamó Renji, golpeando rudamente la mesa “¡Sólo deme un maldito precio!”
Urahara frunció el ceño hacia el pelirrojo.
“¿Cree que es tan simple como eso, que puede venir y pedirme que se lo venda, así, sin más? Pensé que era un hombre de principios, pero cometí un error. Lo quiero fuera de mi casa.”
“¡Mire quien habla sobre principios morales!” rugió Renji “¿usted es quien lo marco como un animal ordinario!” Renji iba a saltarle al hombre de sombrero cuando una espada desenvainada lo apuntó.
“Usted no sabe nada de mi o de Ichigo, así que cuide sus palabras, jovencito.” El reiatsu de Urahara se elevó y Renji sintió la opresión. Era increíble, ¡como la de un capitán! “Se lo pediré otra vez, márchese y nunca regrese a este lugar. Esta vetado de nuestra lista de clientes.”
Renji considero sus opciones. Si se enfrentaba a este hombre, no estaba seguro de ganar. Si ganaba, aun debería explicarle a sus superiores porque destruyo el lugar y mato al dueño. Sin embargo, no iba a dejar que las cosas quedaran así, y movió la mano a la empuñadura de su zanpakutou.
“Alto.” Una mano en el hombro le llamo la atención. Renji se volvió y vio la broceada figura de Yoruichi. “¿Crees que Ichigo querría esto? Si te importa él, debes dejar las cosas terminar aquí, ¿o piensas que no le entristecerá que algo te pase?”
Renji no era un hombre que se acobardara ante una pelea, pero la mujer estaba en lo cierto. Debía pensar en Ichigo.
Se marcho sin volver la mirada a Urahara.
“¿No te excediste un poco?” le preguntó ella cuando el joven shinigami desapareció.
“No tiene lo necesario. Por eso deseaba que Ichigo estuviera con Kuchiki. Ese sí puede protegerlo.”
“Pero olvidas que Ichigo no te pertenece. Sólo trabaja para ti porque te respeta, y se siente en deuda. Pero, cuando una persona se enamora, sacrifica cualquier cosa por amor.”
“Quiero comprarlo.”
Esas palabras estaban grabadas en el corazón de Ichigo, y el dolor era casi insoportable. Corrió al interior de la tienda.
Debía haberlo sabido.
Renji no le había prometido nada. Ni siquiera le había dicho si lo quería, y cuando lo pensó cuidadosamente, llegó a la conclusión de que Renji probablemente había sido hechizado por sus feromonas.
Oyó los pasos de Renji desaparecer en la distancia con cada segundo. Era cómico como en tan poco tiempo se había acostumbrado y sabia tanto sobre él. Deseaba correr tras suyo, pero usó toda su fuerza de voluntad para evitarlo. Sintió su corazón dividirse en dos: una diciéndole que se quedara y obedeciera al hombre que lo había protegido todos estos años, mientras que la otra gritaba por correr tras el pelirrojo shinigami. Y estaba el tema que pulsaba en su brazo.
“Hermano.” Toushirou saltó a su hombro “Lo siento. Pero te lo advertí, estas personas son demasiado sensibles al efecto de nuestras feromonas.” El gato blanco acarició la cara de Ichigo con su nariz, ronroneando. Era algo que sólo hacía para calmar a Ichigo. “¿Quieres que lo castigue?” siseó, e Ichigo sintió la energía helada surgiendo del cuerpo del gato “Puedo hacerlo, si me dejas.”
Ichigo cerro los puños.
“Te... tenemos trabajo que hacer, Toushirou.” Dijo Ichigo, y lo bajo de su hombro.
“Hermano...”
La mañana siguiente a su licencia médica, Renji llegó tarde al trabajo. Después de que Ichigo había sido apartado de su lado, fue encontrado con Rukia en el bar, ahogándose en sake. ¿Por qué la vida era tan perra? Aún al tratar de calmarse, muchos pensarían que se había vuelto loco. Nadie se molestaba tanto por la compañía de un semi-humano. Su amiga lo llevo a casa y escuchó sus rabietas, hasta que se hartó y lo pateó. Lo llamo cobarde.
“¿A quién le importa? Ya pasamos esto, Renji, cuando entramos a la Academia y aguantamos las miradas de los otros, descalificándonos. Siempre fuimos distintos a los demás, ¿pero qué importa? Si lo amas, no deberías rendirte.”
Se sentó en su escritorio y sintió la resaca latir en su cabeza. Sólo deseaba que ese puto día terminara, así iría a tomar. Lo necesitaba. Su mano tocó algo blando, y vió que, sobre la mesa, había algo envuelto en una tela. Lo abrió y halló el uniforme que le prestó a Ichigo, perfectamente limpio y planchado.
Perfecto.
“Teniente, deseo hablar con usted.” La gélida voz de Byakuya era lo último que deseaba escuchar Renji en ese instante. Pero se incorporo de su sitio y fue donde su capitán. Byakuya estaba sentado en su silla con su look impecable: el pelo perfectamente arreglado, y el haori calzando elegantemente a su cuerpo. Renji se detuvo a unos pasos de su escritorio.
“Escuche unas noticias inesperadas sobre su comportamiento en la Tienda Urahara.” Dijo el capitán sin emoción “Urahara-san dijo que le amenazó.”
“¿Qué hice qué?” Renji uso toda su paciencia para mantener su voz a raya. “Ese hombre decidió cancelar el contrato que tenía con Ichigo, y cuando solicite uno nuevo ¡me lo negó!” Byakuya lo miro duramente y Renji recordó bajar la voz.
“Dijo que trató de forzarlo a venderle uno de sus sirvientes, el gato naranja llamado Ichigo.”
“Deseaba comprarlo para que no tuviera que seguir vendiéndose.” Renji dijo estas palabras sin meditarlas “Y me negó la oportunidad de explicarme. Dijo que no era la persona que había esperado...”
“Así que te expulsaron.” Determino Byakuya sin levantar ni una ceja.
“Si...” dijo Renji.
“Pero también dijo que trató de atacarle, y que él debió defenderse. Por ese motivo me llamó. No debería presionar así. Ni siquiera sabe si desea venderlo.”
“No fue eso.” Dijo Renji “Él... no me quería cerca de Ichigo. Era como si le quitase algo importante.”
“Sabe, teniente, que algo como esto puede ganarle una suspensión o un tiempo detenido. Si este asunto llegase al comandante Yamamoto, podría terminar en su expulsión.”
“¡Lo sé, capitán Kuchiki!” esta vez Renji ni siquiera trató de contenerse, y sus gestos mostraron su desesperación “Pero sólo deseaba mantener a Ichigo a mi lado... así no lo volverían a tratarlo como a un animal.” El pelirrojo sintió un inusual ardor en sus mejillas. Tantas veces había enfrentado a la muerte, y esta simple resolución lo ponía nervioso: ”Creo que me enamore de él...”
La expresión de Byakuya se suavizo ligeramente al oírlo. Recordó cuando Hisana y el compraron a Uryu en el remate de semi-humanos. Comprendía los sentimientos que perturbaban a su segundo, pero actuar tan descuidadamente no estaba permitido.
“Le enviare a investigar nuevamente ese templo abandonado. Hay una teoría sobre qué sucede allí así que creo servirá para tranquilizarle. Si esto va bien, considerare hablarle al dueño.” Los ojos de Renji se abrieron como platos, como si su capitán fuera una aparición. ¿Lo iba a ayudar? Antes de que su boca golpease la mesa, Byakuya habló con su voz queda “Y no es una opción, es una orden.”
Renji suspiro, debía saber que su capitán no sería tan generoso.
“Rukia lo encontrara allí. Debe partir esta noche.”
“Sí señor.”
El día culminó e Ichigo decidió ir a costarse, pero recibió un llamado de Urahara. Había evitado cruzarle en todo el día, haciendo las labores que encontrara. Pero ahora era imposible.
Ichigo había adoptado una expresión herida en el rosto. No era su usual bravura o el fruncido de ojos que le daba a la mayoría. Su dolor era tan profundo que no podía ocultarlo. Era como aquella vez, cuando le conto porque habían huido de Gekkouha. Urahara se sentía un poco culpable, pero Ichigo debía recordar su lugar.
“Ichigo,” le dijo al fin “tienes una invitación a cenar en la residencia Kuchiki en una hora. Ha pasado rato desde que no te citas con él, así que creo debes ir.”
Ichigo apretó los puños. No deseaba ir, no iba a estar con nadie más que no fuese Renji. Pero si Urahara insistía, iría, pero mantendría su distancia del noble.
“Sí, Urahara-san.”
“Ichigo, deseaba hablarte acerca de lo que pasó ayer.”
“No hay nada que discutir. Yo fui quien termino el trato al acostarme con él, así que creo que es un asunto cerrado.”
“Ichigo,” Urahara le asió de la mano “no soy el malo aquí.”
Ichigo se soltó y fue a prepararse.
No fue Byakuya quien lo llamo, fue Rukia. Ichigo estaba un poco sorprendido cuando fue llevado a su habitación.
“Renji nunca fue un hombre que supiera expresarse debidamente.” Dijo ella repentinamente “Siempre fue más un hombre de acción que de palabras, pero creo que eso te gusta de él, ¿o no?”
Ichigo se ruborizo ante sus palabras.
“Sé lo que pasó.” Continuo ella “Mi hermano decidió mandar a Renji a investigar nuevamente el templo donde nos atacaron el otro día.”
Al oír esto, Ichigo no pudo ocultar su temor: ¿y si esta vez lo mataban?
Apartó estos pensamientos, no era como si a Renji le importara él.
“No mal interpretes a mi hermano, sólo quiere que las cosas se calmen, pero creo que podemos hacer algo al respecto.”
“Renji... Renji sólo desea comprarme como si fuera uno de esos anteojos que colecciona.”
Rukia se mantuvo callada un momento.
“No quiero eso... no quiero ser un juguete para él.”
“¿Te dijo algo al respecto?”
“No.”
“Me dijo que no desea que sigas vendiéndote...”
“No necesito su lástima.”
“Ichigo,” Rukia midió sus palabras “Renji no haría eso. Te ama, y si no lo amaras también, este asunto no te afectaría tanto.”
Ichigo se calló un momento, y dijo al fin “¿Por qué haces esto? También te gusta.”
Rukia se ruborizo al verse descubierta, Ichigo era más perceptivo de lo que pensaba... o sólo lo era cuando se relacionaba con el pelirrojo, porque nunca se dio cuenta del coqueteo de Orihime o de los ojos anhelantes de Urahara.
“No es como si no pudiera vivir sin él.” Repuso ella “Te ama a vos, no a mí. No en ese sentido, al menos. Crecimos juntos en Rukongai, distrito Inuzuri (2). Tras perder a muchos amigos, entramos a la Academia de Shinigamis, y nos hicimos uno. Esto fue hace más de un siglo, pero nos estamos yendo de tema, y el tiempo apremia.” Le dio una carta. Ichigo la abrió y leyó que era necesitado en una investigación. Estaba firmada por el mismo Byakuya.
“Incluso tu amo no rechazaría una carta de invitación firmada por Byakuya Kuchiki, diciendo que tus habilidades de nekobito son altamente precisadas.”
Rukia le sonrió.
“Es falsa, ¿no?”
“No del todo... es una carta que fue modificada por una amiga.”
Corriendo en el medio de la noche con la morena shinigami no era algo que espero hacer cuando le llamaron. Incluso tenía sus dudas en aceptar la propuesta, sin embargo, el saber que estaría con Renji hacia su corazón saltar de felicidad. Este sentimiento de calidez, desde su interior, no era un deseo producido por el celo, era amor.
Ichigo nunca había estado tan lejos de lo de Urahara. Los arboles del bosque bailaban suavemente en la brisa de la noche, y sus sentidos percibían todos los aromas. Nunca antes se sintió tan en casa.
“Así que, acá estamos.” Susurro Toushirou en su hombro. O iba a dejar a su hermano con el colorado otra vez.
“Rukia,” llamo Renji, saliendo del bosque “¿por qué tardaste tanto...? ¡¿Ichigo?! ¿Qué haces acá?”
“Je. Nii-sama dijo que sus habilidades de nekobito podían servir.” Repuso ella.
“¡Y yo quería castigarte por entristecer a mi hermano!” exclamo el gato blanco y Renji esquivó una lanza de hielo.
“¡Toushiro! ¡Basta!” el gato se volvió. Nunca antes había visto tanto enojo hacia él en los ojos de su hermano. Antes de que Ichigo dijera algo indebido, Rukia se metió.
“Bueno,” tomo al gatito entre sus brazos “creo que es nuestro turno de patrullar. Los dejaremos un rato solos.”
Renji espero porque se retiraran antes de hablar.
“Así que...”
“Quería decirte que no necesito tu lástima.” dijo Ichigo antes de que Renji pudiera proseguir, cruzado de brazos y frunciendo el ceño “He vivido mi vida como lo precisé, y odio cuando la gente me disminuya, pensando ‘que vida dura’ tuve por lo que soy. No necesito que me rescates si esa era tu intención...”
Ichigo no pudo seguir, Renji lo había tomado de los brazos y besado rudamente.
“Gato tonto,” le dijo entonces, ahora conteniendo la cara de Ichigo entre sus manos “¿no te das cuenta que me enamoré de vos? Lo último que quiero es que estés con alguien más.”
Ichigo lo miró a los ojos. La pasión de ese hombre era la misma que sintió el primer día.
“Nadie debe tener el derecho a tocarte si no soy yo. Si te viera con otro, no sé qué haría.”
Ichigo enredo sus brazos alrededor de la cintura de Renji mientras el pelirrojo lo besaba nuevamente. Se estaba ahogando en este amor, y no le interesaba evitarlo. Sólo deseaba sentir la piel de Renji contra la suya. Los brazos fuertes sostenerlo, la dura pasión llegando a lo más hondo de sus ser, y haciéndolo perder todos sus sentidos cuando llegaba al orgasmo.
¿Cuándo Renji les quitó la ropa? ¡Mierda que era rápido!
El pelirrojo levanto su brazo izquierdo y los números grabados en su piel eran apenas visibles, pero ambos sabían que estaba allí. Ichigo repentinamente se sintió avergonzado y quiso liberarse, pero Renji le negó la huida. En lugar de eso, le besó la piel marcada.
“Nadie tiene el derecho a marcarte.”
“Nadie más que vos.” Agregó Ichigo, trayéndolo más cerca.
1-por si preguntaban, la mamá de Uryu era una mestiza. Por eso lo abandono su papá.
2-‘perro colgado’ según la traducción latinoamericana
La flor de la luz de la luna
Escrito por: Maru de Kusanagi
Disclaimer: Bleach y todos sus personajes no me pertenecen. Ojala fueran míos. Esto está escrito por una fan para otros fans, y no pretende ofender a nadie, ni sacar provecho económico alguno.
Advertencias del capítulo: yaoi, parejas extrañas, flurry, universo alternativo y escritora loca. Acento rioplatense.
Parejas: principalmente Renji/Ichigo, ya se sumó Byakuya/Ishida, y habrán más (irán apareciendo a lo largo de los capítulos, si leyeron la versión en inglés, ya deben saber).
Clasificación: M (habrá lemons).
~Terminología para esta historia~
Semi-humano: una persona mitad animal, como los nekobito.
Neko: gato en japonés.
Nekobito: significaría algo así como “persona gato”, y es la unión de las palabras japonesas “neko” y “hito” (persona), y es una palabra que inventé.
Kitsune: zorro
Inubito: persona + perro... no me gusta como suena, así que no lo voy a usar mucho.
Originalmente, a esta altura estaba re confundida y cansada, y no tenía idea de cómo proseguir con esta historia.... estaba a punto de patear el tacho y mandar todo al diablo. Pero no me rendí, había asumido un compromiso (como ahora lo estoy haciendo al pasarla a castellano, aunque parece que a nadie le interesa dejarme una opinión-salvo dos personas-). Otro tema es que, como no conozco muy bien a los Arrancar, me tome muchas libertades en la caracterización (bah, en realidad con todos los demás también, eso es algo inevitable en este tipo de historias). Así, espero que disfruten esta historia hasta el final, son 17 capítulos ¡y ya estamos en el 8!
CAPÍTULO 8
“El olor a muerte va muy bien con esta escena.”
Ulquiorra levantó sus ojos vacios al oír las palabras de Aizen. El pequeño inubito había matado al cazador que lo perseguía sin vacilar. Se volvió a atacar a Aizen, pero la repentina energía que reptaba del cuerpo de ese hombre le hizo repensar. Era fuerte, muy fuerte. Miró a Aizen, interesado.
“Nunca cambias de expresión, eso me conto Grand Fisher.” Aizen miró de soslayo al cuerpo del cazador, desgarrado. La mano de Ulquiorra estaba aun cubierta por la sangre tibia, un golpe directo y aplastó al corazón entre sus dedos. La expresión sorprendida del sujeto era un visible. Después de esto, Aizen se volvió al nekobito de pelo azul “Y también hablo de este, Grimjow. Fuerte, pero cabeza dura, lanzado y que se choca a todo sin pensarlo.”
Grimjow estaba en el suelo gravemente herido pero aun consciente. Estaba maldiciendo y tratando de incorporarse.
“¡Estúpido! ¿Por qué no lo mataste antes?” miro a Ulquiorra con odio.
“No pierdo el tiempo en basura.” Le dijo Ulquiorra con su usual frialdad.
“¿Dónde están los otros dos?” pregunto Aizen.
“Escaparon.”
“Oh.” Aizen estaba un poco desilusionado, pero de todos modos, estos dos podrían ser una pieza interesante si la añadía a su colección. Prefería a los gatos, pero su premio mayor había sido cuando puso las manos en el plateado. Bueno, si había algo que tuviera, era paciencia. Le ordeno a su segundo que llevara a los dos a su casa.
Grimjow seguía furioso. No solo había sido derrotado por Ulquiorra otra vez (quien estaba en desacuerdo en enfrentar y matar al cazador), pero porque también había dicho que eso atraería atención innecesaria hacia ellos. Grimjow empezó otra pelea, pero Ulquiorra no tuvo dificultades en dejarlo tirado en el suelo, y sólo mató al cazador porque amenazaba su vida.
Para el libro de la vida de Ulquiorra, una cosa como las emociones, algo intangible que no podía ser visto por sus ojos, no existía. Por esto, siempre chocaba con la pasión salvaje que Grimjow mostraba en su accionar. En Gekkouha, siempre había sido igual. Aprendió a olvidarse de algo tan inútil como sentimientos tras haber sido criado allí. No era necesario perder tanta energía en esas cosas. Obedecía a Aizen porque era más fuerte que él, y, en el pasado, escapó de Gekkouha con Ichigo y Toushirou porque el gato naranja había mostrado cuan fuerte podía ser si se ponía las pilas. Pero ahora, seguramente estaban muertos, así que necesitaba un nuevo sitio. Aizen le proveía de eso si obedecía. Acepto el trato, llamándolo “Aizen-sama”.
Aizen era un shinigami expulsado. Trato de engañar a su capitán y fue castigado con la restricción eterna de su zanpakutou y echado fuero de los limites de Soul Society, pero el poder restante era todavía algo de temer. Tenía un seguido llamado Kaname Tousen, un hombre de tez oscura y ciego, pero era extremadamente perceptivo acerca del mundo que lo rodeaba. En el mundo humano, Aizen uso su extremadamente agudo y maquiavélico intelecto para conseguir una enorme fortuna y con ello dejar que sus deseos fueran satisfechos. No pudo obtener el trono del mundo, pero en sus dominios era un rey absoluto. La única ley era su palabra, y aquellos que desobedecieran eran castigados, aún aquellos que habían abandonado todo por él. Después de un tiempo, se intereso en los semi humanos. Capturo la mayor parte de ellos en la selva para usarles como herramientas de estudio, y para ello invento a Gekkouha, el proyecto de semi humanos Flor de la luz de la Luna. En ese lugar reunió sus mejores especímenes y descubrió las diferencias que surgían cuando la sangre era mezclada, por ejemplo:
*un nekobito cruzado con otro de su clase daba por resultado un pura sangre. Usualmente, los pura sangre eran seres guiados más por instinto, sin la capacidad de lenguaje humano, pero lo entendían perfectamente. Carecían de reiatsu.
*una nekobito hembra cruzada con un humano daba un mestizo con más habilidades animales, pero podía hablar. Este mestizaje tenía un inusual cantidad de reiatsu y podía esconderse bajo la apariencia de un gato común. Ese era el tipo que eran Grimjow y Toushirou.
*un macho cruzado con una mujer humana también daba un mestizo, pero esta vez más humano. Era un tipo muy difícil de conseguir, porque el nekobito macho se ponía muy protector con su elegida, y atacaba a todos los masculinos que se le acercaran a la mujer cuando él se encontraba cerca. Por eso, las leyes recientes prohibían y declaraban ilegal esta cruza. Éste era el origen de Ichigo, y Aizen escogió a Masaki especialmente para ello. Perder al padre fue un poco inesperado, peor más lo fue la mujer desapareciendo con el niño en su vientre. Por este motivo no pudo recuperar a Ichigo hasta que fuera un niño de unos cinco años, (sólo para perderlo nuevamente), y porque este tipo de mestizaje ocultaba su naturaleza salvaje dentro suyo, sólo liberándola cuando fuera necesario o que estuviera bajo gran presión. Era muy probable que este mestizaje tuviera un reiatsu más poderoso que el tipo anterior, pero la información era insuficiente. (1)
*la cruza entre un inu y un neko, o viceversa, era imposible.
Por otro lado, el inubito resultó ser una raza muy deprimente. La mayoría no tenían espíritu de lucha y mayormente eran obedientes al deseo de su amo (algo que encontraba muy útil en ocasiones). Así que, sólo se quedo con los que le resultaban especiales.
Y había un tipo más: el kitsune.
Los resabios de los dioses del bosque eran el motivo por el cual se intereso en los semi humanos en un principio.
Encontró un zorro plateado muy joven llamado Gin un siglo atrás, y se lo llevo con su pareja, la zorra roja llamada Rangiku. Los crio juntos y estudio sus habilidades, y cuando se hicieron mayores, Rangiku quedo embarazada del zorro plateado, pero mientras Gin había sido mandado lejos a una misión, ella perdió al niño. Aizen experimentó con las habilidades de Rangiku, especialmente con esa en la que podía convertir su cuerpo en cenizas y casi desaparecer. Deseaba saber si algo sucedería durante el embarazo, pero ella se negó a obedecerle. Aizen la forzó usando la marca que había puesto en ella, y Rangiku finalmente obedeció, pero su cuando su cuerpo se hizo nuevamente carne, el cuerpo del bebé había sido dispersado por el viento. Su energía era demasiado débil aun para mantenerse y al ser separado del vientre materno el espíritu del pequeño zorro se deshizo. Aizen estaba muy disgustado por esta falla.
“En fin, sólo con observación y experimentación aprendemos cosas nuevas. Ahora lo sabemos.”
Entonces Rangiku trato de atacarlo, por lo que fue severamente castigada. Cuando creyó que la zorra no iba a sobrevivir los brutales golpes que le había propinado, se la vendió a Grand Fisher. Milagrosamente, sobrevivió, pero ya no podría tener más hijos (los kitsune son diferentes de los neko e inu: al ser criaturas de orígenes más puros, mientras sus cuerpos fuesen compatibles, podían tener más de un hijo). Sabiendo esto, el zorro plateado enfrento a Aizen, pero casi pierde la vida en ello y escapo al bosque a refugiarse. Aizen sabía que Gin seguramente iría a buscar a Rangiku cuando descubriese que seguía viva; se sorprendió, sin embargo, cuando la zorra roja no lo siguió al bosque. Se quedo atrás, para cuidar de los cuatro cachorros que estaban en Gekkouha porque era imposible sacarlos en ese momento. Así que Aizen aún tenía sus juguetes, y dejó a Gin hacer. Con el tiempo, lo recuperaría.
***=^..^=***
“Así que lo encontraste.”
“Sí.”
Aizen le miró con aire superior. Sólo la presencia de este hombre hacia la sangre de Grimjow arder, pero lo que más le molestaba era la actitud de mansedumbre que Ulquiorra tenía hacia este. La marca de su espalda también le ardía y hacia que su voluntad cediera.
“Y estuviste fumando nuevamente esa basura, ¿no es así?” inquirió Aizen “Nuevamente fuiste un gato desobediente, ¿no te parece?”
Grimjow rugió, sintiendo que un trozo de su espalda le era arrancado. Si sólo pudiese borrar esa sonrisa....
“Debería echarte, no has sido más que problemas, más caros de lo que vales. Pero creo que aun hay algo útil en ti, así que será tu última oportunidad. Trae a esos dos o veras.” Aizen dejo a Grimjow jadeando y temblando en el suelo, con la mente nublada de dolor. Odiaba a ese hombre, y odiaba a Ichigo y a Toushirou por ponerlo en esa situación.
Se incorporo y fue a su habitación. Allí toco la marca que aun ardía y golpeó la pared con rabia. No era la mascota de nadie, aún cuando Aizen dijera lo contrario. Él odiaba muchas cosas en este mundo, mataba a cualquiera que lo mirase mal en las calles. Eso provoco que los ciudadanos llamaran al cazador en primera instancia. Revolviendo los bolsillos de las personas que mataba, encontró el Paco y lo probó. Esa mierda hizo que su mundo se hiciera un remolino en su mente, no sentía hambre o miedo, calor o frio, o nada. Con eso en su sistema, podía pasar una semana sin comer. Pero también hizo que sus compañeros se apartaran o lo esquivaran, y las peleas con Ichigo encrudecieron. Ulquiorra lo miraba con una expresión estoica, pero algo había cambiado en los ojos fríos. ¿Decepción?
El joven inu estaba parado a su lado, mirándolo con esos mismos ojos. Los odiaba.
“¿Qué querés, perro?”
“No entiendo porque insistes en proseguir en este comportamiento.”
“Jeh.” Grimjow se sentó en la cama “¿Estas preocupado, perro?”
Ulquiorra no le respondió. Sólo le toco el rostro. Esos condenados ojos...
Grimjow tomó la mano de Ulquiorra y lo tumbo en la cama. Se sentó a horcajadas sobre él y llevo su rostro cerca al del inu. La misma expresión estoica, cómo deseaba verla contraída en ira, dolor, o lo que fuera. Lo que fuera, mientras no fuera ese silencio, ese estúpido silencio.
“Quítateme de encima” dijo calmadamente Ulquiorra “Basura.”
En un moviendo rudo, Grimjow arrancó la parte superior de sus ropas y se vio un pezón rosado. Junto a éste, la marca de una mordida reciente. La sangre de Grimjow volvió a arder. Se acercó y tomó el pezón entre los dientes y lo mordió con fuerza, haciendo brotar sangre. Ulquiorra gimió y Grimjow lamió el liquido tibio.
El gato azul volvió a alzar la vista.
“¿Lo disfrutas tanto, el ser su mascota?” susurró Grimjow contra su garganta, y lo mordió “¿Ser la obediente mascota de tu Aizen-sama?”
Ulquiorra lo pateó en el estómago y se liberó. Fue fácil, porque Grimjow había perdido mucho peso en los últimos tiempos, y debido a su adicción, su mente estaba nublada por los tóxicos. ¿Dónde estaba la brava e indomable criatura del pasado? Este ser roto... no era el hombre que conocía. Esto era... basura.
Pero, aún así, no podía apartar la mirada.
“Nunca entenderías,” dijo el inu, apartándose “basura. Esta vez, yo los buscaré.”
Oh, ¡como deseaba Grimjow arrancarle la cabeza al inu en ese momento!
“¡No me jodas, Ulquiorra! ¡Los puedo agarrar!”
“Entonces, hazlo.”
***=^..^=***
“Así que, considere su contrato con Ichigo cumplido y culminado.”
Las palabras se hundieron dentro de los oídos de Renji.
“No se preocupe, le enviare de regreso el uniforme que le prestó.” Dijo Urahara, y empujo los papeles hacia Renji. “Si lo precisa, le puedo dar un recibo.”
“Olvídelo.” Le corto Renji “No me voy a ir con eso. Quiero un nuevo contrato si es lo que quiere que haga. ¡pagaré lo que sea!”
“¿Así que dice que quiere un nuevo acuerdo?” preguntó Urahara, viéndolo tras la sombra de su sombrero.
“Quiero comprar a Ichigo” exclamó Renji, golpeando rudamente la mesa “¡Sólo deme un maldito precio!”
Urahara frunció el ceño hacia el pelirrojo.
“¿Cree que es tan simple como eso, que puede venir y pedirme que se lo venda, así, sin más? Pensé que era un hombre de principios, pero cometí un error. Lo quiero fuera de mi casa.”
“¡Mire quien habla sobre principios morales!” rugió Renji “¿usted es quien lo marco como un animal ordinario!” Renji iba a saltarle al hombre de sombrero cuando una espada desenvainada lo apuntó.
“Usted no sabe nada de mi o de Ichigo, así que cuide sus palabras, jovencito.” El reiatsu de Urahara se elevó y Renji sintió la opresión. Era increíble, ¡como la de un capitán! “Se lo pediré otra vez, márchese y nunca regrese a este lugar. Esta vetado de nuestra lista de clientes.”
Renji considero sus opciones. Si se enfrentaba a este hombre, no estaba seguro de ganar. Si ganaba, aun debería explicarle a sus superiores porque destruyo el lugar y mato al dueño. Sin embargo, no iba a dejar que las cosas quedaran así, y movió la mano a la empuñadura de su zanpakutou.
“Alto.” Una mano en el hombro le llamo la atención. Renji se volvió y vio la broceada figura de Yoruichi. “¿Crees que Ichigo querría esto? Si te importa él, debes dejar las cosas terminar aquí, ¿o piensas que no le entristecerá que algo te pase?”
Renji no era un hombre que se acobardara ante una pelea, pero la mujer estaba en lo cierto. Debía pensar en Ichigo.
Se marcho sin volver la mirada a Urahara.
“¿No te excediste un poco?” le preguntó ella cuando el joven shinigami desapareció.
“No tiene lo necesario. Por eso deseaba que Ichigo estuviera con Kuchiki. Ese sí puede protegerlo.”
“Pero olvidas que Ichigo no te pertenece. Sólo trabaja para ti porque te respeta, y se siente en deuda. Pero, cuando una persona se enamora, sacrifica cualquier cosa por amor.”
***=^..^=***
“Quiero comprarlo.”
Esas palabras estaban grabadas en el corazón de Ichigo, y el dolor era casi insoportable. Corrió al interior de la tienda.
Debía haberlo sabido.
Renji no le había prometido nada. Ni siquiera le había dicho si lo quería, y cuando lo pensó cuidadosamente, llegó a la conclusión de que Renji probablemente había sido hechizado por sus feromonas.
Oyó los pasos de Renji desaparecer en la distancia con cada segundo. Era cómico como en tan poco tiempo se había acostumbrado y sabia tanto sobre él. Deseaba correr tras suyo, pero usó toda su fuerza de voluntad para evitarlo. Sintió su corazón dividirse en dos: una diciéndole que se quedara y obedeciera al hombre que lo había protegido todos estos años, mientras que la otra gritaba por correr tras el pelirrojo shinigami. Y estaba el tema que pulsaba en su brazo.
“Hermano.” Toushirou saltó a su hombro “Lo siento. Pero te lo advertí, estas personas son demasiado sensibles al efecto de nuestras feromonas.” El gato blanco acarició la cara de Ichigo con su nariz, ronroneando. Era algo que sólo hacía para calmar a Ichigo. “¿Quieres que lo castigue?” siseó, e Ichigo sintió la energía helada surgiendo del cuerpo del gato “Puedo hacerlo, si me dejas.”
Ichigo cerro los puños.
“Te... tenemos trabajo que hacer, Toushirou.” Dijo Ichigo, y lo bajo de su hombro.
“Hermano...”
***=^..^=***
La mañana siguiente a su licencia médica, Renji llegó tarde al trabajo. Después de que Ichigo había sido apartado de su lado, fue encontrado con Rukia en el bar, ahogándose en sake. ¿Por qué la vida era tan perra? Aún al tratar de calmarse, muchos pensarían que se había vuelto loco. Nadie se molestaba tanto por la compañía de un semi-humano. Su amiga lo llevo a casa y escuchó sus rabietas, hasta que se hartó y lo pateó. Lo llamo cobarde.
“¿A quién le importa? Ya pasamos esto, Renji, cuando entramos a la Academia y aguantamos las miradas de los otros, descalificándonos. Siempre fuimos distintos a los demás, ¿pero qué importa? Si lo amas, no deberías rendirte.”
Se sentó en su escritorio y sintió la resaca latir en su cabeza. Sólo deseaba que ese puto día terminara, así iría a tomar. Lo necesitaba. Su mano tocó algo blando, y vió que, sobre la mesa, había algo envuelto en una tela. Lo abrió y halló el uniforme que le prestó a Ichigo, perfectamente limpio y planchado.
Perfecto.
“Teniente, deseo hablar con usted.” La gélida voz de Byakuya era lo último que deseaba escuchar Renji en ese instante. Pero se incorporo de su sitio y fue donde su capitán. Byakuya estaba sentado en su silla con su look impecable: el pelo perfectamente arreglado, y el haori calzando elegantemente a su cuerpo. Renji se detuvo a unos pasos de su escritorio.
“Escuche unas noticias inesperadas sobre su comportamiento en la Tienda Urahara.” Dijo el capitán sin emoción “Urahara-san dijo que le amenazó.”
“¿Qué hice qué?” Renji uso toda su paciencia para mantener su voz a raya. “Ese hombre decidió cancelar el contrato que tenía con Ichigo, y cuando solicite uno nuevo ¡me lo negó!” Byakuya lo miro duramente y Renji recordó bajar la voz.
“Dijo que trató de forzarlo a venderle uno de sus sirvientes, el gato naranja llamado Ichigo.”
“Deseaba comprarlo para que no tuviera que seguir vendiéndose.” Renji dijo estas palabras sin meditarlas “Y me negó la oportunidad de explicarme. Dijo que no era la persona que había esperado...”
“Así que te expulsaron.” Determino Byakuya sin levantar ni una ceja.
“Si...” dijo Renji.
“Pero también dijo que trató de atacarle, y que él debió defenderse. Por ese motivo me llamó. No debería presionar así. Ni siquiera sabe si desea venderlo.”
“No fue eso.” Dijo Renji “Él... no me quería cerca de Ichigo. Era como si le quitase algo importante.”
“Sabe, teniente, que algo como esto puede ganarle una suspensión o un tiempo detenido. Si este asunto llegase al comandante Yamamoto, podría terminar en su expulsión.”
“¡Lo sé, capitán Kuchiki!” esta vez Renji ni siquiera trató de contenerse, y sus gestos mostraron su desesperación “Pero sólo deseaba mantener a Ichigo a mi lado... así no lo volverían a tratarlo como a un animal.” El pelirrojo sintió un inusual ardor en sus mejillas. Tantas veces había enfrentado a la muerte, y esta simple resolución lo ponía nervioso: ”Creo que me enamore de él...”
La expresión de Byakuya se suavizo ligeramente al oírlo. Recordó cuando Hisana y el compraron a Uryu en el remate de semi-humanos. Comprendía los sentimientos que perturbaban a su segundo, pero actuar tan descuidadamente no estaba permitido.
“Le enviare a investigar nuevamente ese templo abandonado. Hay una teoría sobre qué sucede allí así que creo servirá para tranquilizarle. Si esto va bien, considerare hablarle al dueño.” Los ojos de Renji se abrieron como platos, como si su capitán fuera una aparición. ¿Lo iba a ayudar? Antes de que su boca golpease la mesa, Byakuya habló con su voz queda “Y no es una opción, es una orden.”
Renji suspiro, debía saber que su capitán no sería tan generoso.
“Rukia lo encontrara allí. Debe partir esta noche.”
“Sí señor.”
***=^..^=***
El día culminó e Ichigo decidió ir a costarse, pero recibió un llamado de Urahara. Había evitado cruzarle en todo el día, haciendo las labores que encontrara. Pero ahora era imposible.
Ichigo había adoptado una expresión herida en el rosto. No era su usual bravura o el fruncido de ojos que le daba a la mayoría. Su dolor era tan profundo que no podía ocultarlo. Era como aquella vez, cuando le conto porque habían huido de Gekkouha. Urahara se sentía un poco culpable, pero Ichigo debía recordar su lugar.
“Ichigo,” le dijo al fin “tienes una invitación a cenar en la residencia Kuchiki en una hora. Ha pasado rato desde que no te citas con él, así que creo debes ir.”
Ichigo apretó los puños. No deseaba ir, no iba a estar con nadie más que no fuese Renji. Pero si Urahara insistía, iría, pero mantendría su distancia del noble.
“Sí, Urahara-san.”
“Ichigo, deseaba hablarte acerca de lo que pasó ayer.”
“No hay nada que discutir. Yo fui quien termino el trato al acostarme con él, así que creo que es un asunto cerrado.”
“Ichigo,” Urahara le asió de la mano “no soy el malo aquí.”
Ichigo se soltó y fue a prepararse.
No fue Byakuya quien lo llamo, fue Rukia. Ichigo estaba un poco sorprendido cuando fue llevado a su habitación.
“Renji nunca fue un hombre que supiera expresarse debidamente.” Dijo ella repentinamente “Siempre fue más un hombre de acción que de palabras, pero creo que eso te gusta de él, ¿o no?”
Ichigo se ruborizo ante sus palabras.
“Sé lo que pasó.” Continuo ella “Mi hermano decidió mandar a Renji a investigar nuevamente el templo donde nos atacaron el otro día.”
Al oír esto, Ichigo no pudo ocultar su temor: ¿y si esta vez lo mataban?
Apartó estos pensamientos, no era como si a Renji le importara él.
“No mal interpretes a mi hermano, sólo quiere que las cosas se calmen, pero creo que podemos hacer algo al respecto.”
“Renji... Renji sólo desea comprarme como si fuera uno de esos anteojos que colecciona.”
Rukia se mantuvo callada un momento.
“No quiero eso... no quiero ser un juguete para él.”
“¿Te dijo algo al respecto?”
“No.”
“Me dijo que no desea que sigas vendiéndote...”
“No necesito su lástima.”
“Ichigo,” Rukia midió sus palabras “Renji no haría eso. Te ama, y si no lo amaras también, este asunto no te afectaría tanto.”
Ichigo se calló un momento, y dijo al fin “¿Por qué haces esto? También te gusta.”
Rukia se ruborizo al verse descubierta, Ichigo era más perceptivo de lo que pensaba... o sólo lo era cuando se relacionaba con el pelirrojo, porque nunca se dio cuenta del coqueteo de Orihime o de los ojos anhelantes de Urahara.
“No es como si no pudiera vivir sin él.” Repuso ella “Te ama a vos, no a mí. No en ese sentido, al menos. Crecimos juntos en Rukongai, distrito Inuzuri (2). Tras perder a muchos amigos, entramos a la Academia de Shinigamis, y nos hicimos uno. Esto fue hace más de un siglo, pero nos estamos yendo de tema, y el tiempo apremia.” Le dio una carta. Ichigo la abrió y leyó que era necesitado en una investigación. Estaba firmada por el mismo Byakuya.
“Incluso tu amo no rechazaría una carta de invitación firmada por Byakuya Kuchiki, diciendo que tus habilidades de nekobito son altamente precisadas.”
Rukia le sonrió.
“Es falsa, ¿no?”
“No del todo... es una carta que fue modificada por una amiga.”
Corriendo en el medio de la noche con la morena shinigami no era algo que espero hacer cuando le llamaron. Incluso tenía sus dudas en aceptar la propuesta, sin embargo, el saber que estaría con Renji hacia su corazón saltar de felicidad. Este sentimiento de calidez, desde su interior, no era un deseo producido por el celo, era amor.
Ichigo nunca había estado tan lejos de lo de Urahara. Los arboles del bosque bailaban suavemente en la brisa de la noche, y sus sentidos percibían todos los aromas. Nunca antes se sintió tan en casa.
“Así que, acá estamos.” Susurro Toushirou en su hombro. O iba a dejar a su hermano con el colorado otra vez.
“Rukia,” llamo Renji, saliendo del bosque “¿por qué tardaste tanto...? ¡¿Ichigo?! ¿Qué haces acá?”
“Je. Nii-sama dijo que sus habilidades de nekobito podían servir.” Repuso ella.
“¡Y yo quería castigarte por entristecer a mi hermano!” exclamo el gato blanco y Renji esquivó una lanza de hielo.
“¡Toushiro! ¡Basta!” el gato se volvió. Nunca antes había visto tanto enojo hacia él en los ojos de su hermano. Antes de que Ichigo dijera algo indebido, Rukia se metió.
“Bueno,” tomo al gatito entre sus brazos “creo que es nuestro turno de patrullar. Los dejaremos un rato solos.”
Renji espero porque se retiraran antes de hablar.
“Así que...”
“Quería decirte que no necesito tu lástima.” dijo Ichigo antes de que Renji pudiera proseguir, cruzado de brazos y frunciendo el ceño “He vivido mi vida como lo precisé, y odio cuando la gente me disminuya, pensando ‘que vida dura’ tuve por lo que soy. No necesito que me rescates si esa era tu intención...”
Ichigo no pudo seguir, Renji lo había tomado de los brazos y besado rudamente.
“Gato tonto,” le dijo entonces, ahora conteniendo la cara de Ichigo entre sus manos “¿no te das cuenta que me enamoré de vos? Lo último que quiero es que estés con alguien más.”
Ichigo lo miró a los ojos. La pasión de ese hombre era la misma que sintió el primer día.
“Nadie debe tener el derecho a tocarte si no soy yo. Si te viera con otro, no sé qué haría.”
Ichigo enredo sus brazos alrededor de la cintura de Renji mientras el pelirrojo lo besaba nuevamente. Se estaba ahogando en este amor, y no le interesaba evitarlo. Sólo deseaba sentir la piel de Renji contra la suya. Los brazos fuertes sostenerlo, la dura pasión llegando a lo más hondo de sus ser, y haciéndolo perder todos sus sentidos cuando llegaba al orgasmo.
¿Cuándo Renji les quitó la ropa? ¡Mierda que era rápido!
El pelirrojo levanto su brazo izquierdo y los números grabados en su piel eran apenas visibles, pero ambos sabían que estaba allí. Ichigo repentinamente se sintió avergonzado y quiso liberarse, pero Renji le negó la huida. En lugar de eso, le besó la piel marcada.
“Nadie tiene el derecho a marcarte.”
“Nadie más que vos.” Agregó Ichigo, trayéndolo más cerca.
***=^..^=***
1-por si preguntaban, la mamá de Uryu era una mestiza. Por eso lo abandono su papá.
2-‘perro colgado’ según la traducción latinoamericana
» hola jovenes nyaa
» La apuesta- (lemon) SEBASTIAN X CIEL
» One-Shot: Ojos Que atrapan (Get Bakers BanXGin)
» Bajos instintos (oneshot LEMON SEBASTIAN X CIEL)
» ¿ Que le falta al Foro?
» me presento...al igual que el resto ^^
» Karemi_chan, se presenta.
» TEST TE GUSTA EL YAOI